Cuando las viviendas sociales de Madrid las diseñaban los 'Nobel' de la arquitectura
HISTORIAS CAPITALES
Desde Mayne a Legorreta, Chipperfield o MVRDV firmaron los pisos baratos de autor de la capital
Arquitectura con mayúsculas para las viviendas sociales de Madrid. Ese fue el objetivo que se fijó en su día el Gobierno municipal del alcalde José María Álvarez del Manzano, y que le llevó a invitar a los grandes nombres de esta disciplina, los 'nóbeles' de la arquitectura mundial ... , a trabajar en Madrid. El resultado fueron media docena de promociones de pisos baratos diseñados por genios.
El inspirador de la idea fue el entonces concejal de Vivienda, y arquitecto a su vez, Sigfrido Herráez, que hoy es el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). De sus gestiones con estos grandes profesionales de prestigio mundial surgieron las viviendas que ocuparon muchos madrileños en la primera década del 2000. Pisos baratos que, no obstante, son paradigma de la mejor arquitectura internacional del momento, y casos que se estudian en los libros sobre esta disciplina.
Mirador de Sanchinarro
Los ejemplos están a la vista, y de hecho llaman bastante la atención. Ahí está el edificio Mirador, de Sanchinarro, proyectado por los holandeses MVRDV -Winy Maas, Jacob van Rijs and Nathalie de Vries, ganadores entre otros del Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Europea- y la madrileña Blanca Lleó. Una torre blanca, gris y roja de 21 plantas que pretende ser una manzana clásica pero colocada en vertical, con el patio común en el centro del edificio, dibujando un hueco que se convierte en espacio vecinal y en mirador privilegiado hacia la sierra de Guadarrama.
Construido en 2006, hay que reconocer que sus materiales, al menos los externos, han envejecido mal. En los primeros tiempos, se podía visitar el espectacular mirador central, pero los vecinos acabaron con esta práctica, suponemos que cansados del aluvión de curiosos. Muy cerca, el mismo grupo de arquitectos construyó otro proyecto, Celosía, 146 apartamentos sociales repartidos en un bloque de 9 alturas salpicado por 30 huecos de uso vecinal.
Thom Mayne -premio Pritzker en 2005- ejecutó un proyecto de viviendas protegidas en Carabanchel, vendidas por la EMV, que incluyó dos torres de pisos, una en vertical y la otra construida en horizontal. Todas con patios privados, y con un techo verde que proporcionara climatización natural.
Referentes arquitectónicos
En total, 64 viviendas en horizontal y 100 en altura son las que diseñaron Mayne en colaboración con el equipo español de Begoña Díaz-Urgorri. El paso del tiempo dejó en evidencia algunas deficiencias en la construcción, tanto en el aislamiento térmico como en el sistema de calefacción, de saneamiento o fisuras y humedades, por las que la EMV fue condenada al pago de los desperfectos. Pero el edificio sigue siendo un referente arquitectónico de primer orden.
El mexicano Ricardo Legorreta -Medalla de Oro del American Institute of Architects y con un marcado carácter social en su obra-, junto con su hijo y el español Eugenio Aguinaga bañaron de color su proyecto de viviendas sociales: rojo, naranja, añil, pistacho, cubrían las fachadas de sus 112 viviendas protegidas junto a la carretera de Extremadura. Con enormes ventanales y una pantalla vegetal que redujera el ruido del tráfico en la cercana carretera, su obra pretende dar un toque de alegría, y ayudar a sus habitantes a vivir mejor. Por eso, dispuso los bloques creando plazas interiores y espacios paseables.
Y en el distrito de Villaverde, fue David Chipperfield -Medalla de Oro Heinrich Tessenow- el encargado de construir 176 viviendas en una estructura en U de 8 pisos de altura. Utilizan un revestimiento de paneles prefabricados de cemento reforzado con fibra de vidrio, en tonos terrosos que van del ocre al marrón, y le dan una variación cromática muy singular a la fachada.
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