Los vigilantes de la medicación para los 129 enfermos de tuberculosis más vulnerables
Un programa de Cruz Roja se ocupa de que pacientes en exclusión social reciban y tomen sus tratamientos contra esta enfermedad que, aunque remite, deja 560 casos al año en Madrid
Los casos de tuberculosis repuntan en España por primera vez en una década
Un programa se ocupa de facilitar el tratamiento a enfermos de tuberculosis en exclusión social
Aunque en claro retroceso, la tuberculosis sigue entre nosotros. Esta enfermedad que suena a posguerra y a necesidad continúa produciendo unos 560 casos al año en la región, con cifras prácticamente estables salvo la bajada que se produjo en 2020, el año de la ... pandemia, por el aislamiento social que todos padecimos. Pero de esos varios cientos de casos, 129 pertenecen a colectivos vulnerables o en exclusión social. Para ellos, la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid tiene un convenio con Cruz Roja que se ocupa de garantizar que les llega el tratamiento necesario y que lo toman. Se llama Tratamiento Directamente Observado.
«En algunos casos, la enfermedad está asociada a personas de otros países donde es más común o personas de colectivos en vulnerabilidad», explica Elena Andradas, directora general de Salud Pública del Gobierno autonómico. Personas a veces sin domicilio o con él pero en riesgo de exclusión, a las que una vez diagnosticadas y acordado con su médico la pauta de tratamiento, se les hace un seguimiento diario por parte de unidades móviles de Cruz Roja.
«Los profesionales de este servicio consiguen quedar con el paciente en su domicilio, en un cajero o donde sea, y comprueban cada día si se toman el tratamiento», remata.
La tasa de éxito en la curación de estos pacientes socialmente vulnerables «es superior al 90 por ciento», destaca Andradas.
La tuberculosis bacilífera –en la que se eliminan las bacterias a través de tos o estornudos– es la que más preocupa a las autoridades sanitarias madrileñas. Ayer fue el día mundial contra esta enfermedad. Desde la Consejería de Sanidad recuerdan que esta es una patología «evitable y curable en un 95 por ciento de los casos» si se sigue la pauta indicada. Un tratamiento que suele durar como media unos seis meses y que hay que seguir con constancia para superarla totalmente.
El tratamiento directamente observado persigue que los afectados no olviden su tratamiento y se aplica a personas en las que existen antecedentes de abandono o cuando el fracaso terapéutico puede suponer un grave impacto en su entorno.
Desde Atención Primaria
La tendencia general en la Comunidad de Madrid es descendente en lo que respecta a este problema. Salud Pública está centrando sus esfuerzos en «trabajar con Atención Primaria para que los médicos de familia sean capaces de a partir de esa sospecha diagnóstica, para actuar cuanto antes en la detección», señala Elena Andradas.
Del total de casos diagnosticados, el 82,2 por ciento fueron hospitalizados, algo que ocurre «no porque tengan una situación de gravedad, sino por aislarles durante unos días, hasta que se controle que se está siguiendo el tratamiento y está siendo eficaz; luego ya sigue controlándole su médico de familia», señala la directora general de Salud Pública.
Es un paso muy importante, recalca, para evitar contagios en su entorno. Además, añade, hay que «controlar muy bien que la persona diagnosticada se ponga el tratamiento correctamente, porque si no lo hace, pueden desarrollarse resistencias».
Del total de casos registrados en 2023 en la Comunidad de Madrid de esta infección bacteriana, el 60,3 por ciento, se detectaron en personas nacidas en el extranjero, en países donde la incidencia de esta enfermedad es aún alta.
Durante el año anterior, Salud Pública ha realizado hasta 21 estudios de contactos relacionados con enfermos que pertenecían a sus colectivos laborales o escolares. A estos se les realizó la conocida 'prueba de la tuberculina' o 'mantoux', que sirve para detectar la patología. En torno al 60 por ciento de los contactos resultaron no infectados; un 30 por ciento podrían estarlo pero sin desarrollar la enfermedad; y sólo un 8 por ciento estaban enfermos.
La tuberculosis, según los estudios realizados por Salud Pública, tiene también como factores de riesgos el tabaquismo, padecer una enfermedad inmunodepresora, el alcoholismo o la diabetes.