La vecina asesina debía ocho meses de recibos y pasó varios días con el cadáver de Pilar en su piso de Carabanchel
La Policía Científica halla sangre en la inspección del piso de Marta, la detenida y presunta autora del crimen. Trasladó el cuerpo a una escombrera de Toledo, donde lo arrojó y metió fuego con gasolina
Ocho míseros recibos de la electricidad para la caldera del edificio. Eso es lo que valía para Marta Carretero Huertos, española de 34 años, la vida de su vecina Pilar Moreno, de 68. La víctima le venía reclamando que se pusiera al corriente de los pagos atrasados, desde que cinco meses atrás tomara la presidencia de la comunidad, un bloque de la calle de la Oca (Carabanchel). El Grupo V de Homicidios de Madrid sospecha que ahí estaba el origen de las rencillas entre ambas, que acabaron con el asesinato de Pilar, que vivía sola en la misma planta tercera, donde estaba alquilada su homicida.
Desde que el jueves fue arrestada y hasta hoy, que pasará a disposición judicial, a Marta se le tomó declaración en varias ocasiones. Una de las claves era saber cómo la mató. En la prueba del luminol en la casa de la sospechosa, la Policía Científica halló restos de sangre. Se analizan para saber si son de la víctima, lo que podría invitar a pensar que utilizó un arma blanca.
Si bien no la descuartizó, sí se sabe que la trasladó hasta el toledano pueblo de donde Marta es oriunda, Las Ventas con Peña Aguilera, a 115 kilómetros de la calle de la Oca. Allí la arrojó a una escombrera y, con el combustible de varios bidones que había comprado, quemó el cuerpo. No la llegó a desmembrar, pero el efecto del fuego dejó los restos de Pilar totalmente destrozados.
Lo que se investiga también, es cuándo y cómo la trasladó hasta el municipio toledano donde Marta había residido, y de ahí que eligiera una escombrera de esa zona para deshacerse de Pilar.
Una de las hipótesis es que metiera a la mujer, ya muerta, en una maleta. La infortunada medía apenas 1,47 metros y pesaba alrededor de 45 kilos. Una mujer menuda que cabía en una 'trolley' como la que vio el conserje que Marta se llevaba el lunes pasado.
Sin embargo, la muerte pudo ocurrir tres días antes. El viernes, ambas mujeres habían quedado para solventar el asunto, tras dar a la presidenta de la comunidad todo tipo de excusas: irían al banco a realizar el pago de alguna manera. La deuda total del edificio con Iberdrola ascendía a unos 10.000 euros.
Asesinada en el piso de Marta
Pero nunca llegaron a la sucursal. La Policía Nacional cree que el crimen se cometió en el piso de la arrestada. Y que, si sucedió aquel viernes y no fue trasladada a la escombrera hasta el domingo, Marta debió de pasar el fin de semana con el cadáver de su vecina.
El lunes 27 de febrero, Homicidios comenzó a buscar a la desaparecida. Su sobrino Adolfo había hecho antes, el sábado, un llamamiento en Twitter por si alguien la había visto. Observó que había dejado la luz de la casa encendida y que allí estaban su teléfono móvil y su cartera con la documentación, algo inusual en ella.
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