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Tumbar el muro del Asperger con unas gafas de realidad virtual: «Al principio, al avatar le costaba escucharme»

Mover las manos o mirar a los ojos es parte del lenguaje no verbal que se puede entrenar en una 'app' con IA

Tras un año de proyecto piloto en un 'coworking' de Las Rozas, cinco jóvenes han mejorado sus habilidades sociales

Agustín (izqda.) prueba las gafas de realidad virtual, junto a Alejandro y el psicólogo de ambos, Héctor Redono (dcha.), en una sala de Las Rozas Innova GUILLERMO NAVARRO
Cris de Quiroga

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Siempre que hacía falta, Alejandro Plaza viajaba durante una hora en autobús para ponerse unas gafas de realidad virtual. Desde Aluche, el barrio al sur de Madrid donde vive con su familia, hasta una sala de un 'coworking' particular en un polígono del municipio de Las Rozas. «No pasa nada, todo lo que sea aprender es bueno», dice un año después, en la misma sala acristalada. Allí, en un universo alternativo, ha aprendido a comunicarse mejor, a reducir el grueso muro que levanta el Asperger entre él y el resto del mundo. «Mis padres y mi hermana mayor lo han visto: soy una persona diferente», asegura.

La idea de unir tecnología puntera y TEA (Trastorno del Espectro Autista) se le ocurrió a Héctor Redondo, psicólogo en la asociación Asperger Madrid desde hace seis años. La idea se convertió en proyecto y el proyecto en un programa piloto que se ha podido materializar en la sede de Las Rozas Innova, una empresa municipal que desarrolla «proyectos de tecnología aplicados a la ciudad y a sus vecinos, para que puedan vivir mejor», en palabras de su consejera delegada, Cristina Álvarez. Entre febrero y diciembre del año pasado, cinco jóvenes con TEA en grado 1 (o síndrome de Asperger) han puesto a prueba sus habilidades sociales en unas sesiones pioneras.

Héctor Redondo reclutó a los participantes, cuatro hombres y una mujer de entre 20 y 26 años; todos, salvo Alejandro, viven en Las Rozas. «Empezamos haciendo 'role playing' [juegos de rol, en inglés] sobre situaciones cotidianas y más adelante practicábamos hablando con un avatar. Al principio, hablabas de qué tal iba tu semana y al avatar le costaba escuchar. Teníamos que hablar despacio, tranquilos, con más calma. Yo tengo el defecto de hablar muy rápido», reconoce Alejandro. Cuenta que antes atropellaba las palabras, que solía correr demasiado, y lo cuenta con una cadencia de conversación natural.

5.000 euros

La subvención que ha recibido Asperger Madrid de Las Rozas Innova para el proyecto piloto que une realidad virtual, IA y trastornos autistas

A principios del año pasado, Agustín Nieto recibió una llamada de su psicólogo:

—Vamos a empezar un programa para mejorar las habilidades sociales y creo que te vendría muy bien. ¿Te apuntas?

—¡Pues claro!

Fue la primera vez que Agustín, de 20 años, probó unas gafas de realidad virtual. «Me sorprendió porque era entrar, olvidarme del mundo exterior y estar dentro de otro con otras opciones; en una entrevista, en una conferencia, exponiendo en clase.... Si esta es la inmersión con las limitaciones que hay ahora, imagínate qué va a ser en el futuro», reflexiona.

Hablar ante un auditorio

La aplicación VirtualSpeech ha sido desarrollada por una empresa londinense para entrenar las habilidades sociales en el mundo laboral. Son entornos virtuales para que cualquiera dé un discurso delante de cientos de personas o convenza a alguien con una presentación de un minuto (el famoso 'elevator pitch' para distancias cortas). También incorpora una inteligencia artificial que proporciona comentarios al usuario. Esta plataforma no se ha retocado; Héctor Redondo ha comprado las cinco gafas y cinco licencias con la subvención de 5.000 euros de Las Rozas Innova para, después, lo más importante, incorporar su papel de orientador.

Aplicada a personas con trastornos autistas, VirtualSpeech es un cuadrilátero donde superar obstáculos y sembrar el camino de la empleabilidad. «Cuando pensamos en comunicación, pensamos en lenguaje, pero ese lenguaje va acompañado de mucha parte no verbal, de una carga, que cambia su significado. Si no entiendes la parte no verbal, socialmente es realmente imposible funcionar, hacer amigos, hacer una entrevista...», explica la directora del Área Clínica de la Fundación Asperger Madrid, Aránzazu Lapuente. Las personas diagnosticadas con síndrome de Asperger tienen que ejercitar ciertas competencias y ponerse delante de un auditorio simulado y repleto de público ha resultado ser el mejor ensayo.

Alejandro ha aprendido a bajar el ritmo para que la inteligencia artificial le comprenda. Agustín ha entendido que las conversaciones no son sesudas, sino que fluyen en torno a percepciones y sentimientos. «Me ha cambiado la perspectiva de lo que tengo que hacer. No se trata de hablar de un tema para llegar a una conclusión en la que todos estén de acuerdo, sino de expresar cómo te hace sentir ese tema», destaca Agustín. Y pone un ejemplo: si conversas sobre un videojuego, no consiste en desgranar todas sus características, en ser «demasiado técnico», sino en compartir «lo increíble que es y por qué te cambió».

10% Resultados

Después de once meses y 18 sesiones, los participantes han mejorado un 10% sus habilidades sociales.

Según explica el psicólogo Redondo, este proyecto pionero nació con tres objetivos: mejorar la comunicación social, entrenar conductas que favorezcan la socialización, que ayuden a establecer vínculos, y estimular funciones cognitivas como la atención o la concentración, trastocadas por el síndrome de Asperger. La propia aplicación ha medido los resultados antes, durante y después. La conclusión: «El efecto ha sido beneficioso, sobre todo, disminuyendo la timidez e inseguridad y mejorando la comunicación no verbal», afirma Redondo.

Resultados tangibles

Después de las 18 sesiones a lo largo de once meses, los cinco participantes han mejorado un 10% sus habilidades sociales, según las encuestas de VirtualSpeech. En concreto, han mejorado a la hora de hablar con desconocidos y con «superiores» —padres, jefes o agentes de la autoridad—, y de mantener la calma en situaciones que les provocan ansiedad o ataques de pánico. También han perfeccionado su autopercepción: se sienten más capaces de enfrentarse a escenarios nuevos o estresantes como un examen universitario, una entrevista de trabajo o un evento social. El programa también ha detectado un aumento del 20% respecto a la sensación de satisfacción con la propia aplicación.

En esa sala de 'coworking' de Las Rozas, 72 horas antes de este 18 de febrero, Día Internacional del Síndrome de Asperger, se presentaron estas conclusiones. El psicólogo de la fundación madrileña explicó una serie de diapositivas, acompañado de Agustín, que asentía y sonreía ante varias filas de sillas.

—El programa es una forma de vencer la timidez —sostiene Redondo en un momento dado.

—Sí, ¿no? —bromea Agustín.

Cuando termina la parte sesuda de la presentación, Agustín saca un papel del bolsillo, lo desdobla y lee, como si estuviera en lo alto de un escenario. Estas son algunas de sus frases. «Si estoy aquí es para deciros sin palabras lo que fue para mí esta experiencia. Fue una experiencia que necesitaba [remarca cada sílaba del verbo con fuerza], con la que a día de hoy logro darme a entender con los demás». «Me ha servido para darme cuenta lo rígido [hace hincapié en el adjetivo] que era al intentar conversar, y que lo importante de cualquier relación es comunicar quién eres tú mientras hablas con la otra persona». «Cosas como el tono, el contexto, las muecas, las sonrisas, los sentimientos [sube el tono], mirar a los ojos, mover las manos [las mueve]... son reglas que solo podré aprender practicando, haciendo el ridículo, cayendo [hace una breve pausa] y disfrutando tras la caída».

El psicólogo Héctor Redondo indica a Agustín Nieto, de 20 años, cómo usar la aplicación VirtualSpeech GUILLERMO NAVARRO

«Agustín nos ha dejado alucinados, te has superado», alabó después del discurso (y una ronda de aplausos), la presidenta de la asociación Asperger Madrid, Paloma Martínez. «Las personas con Asperger tienen que hacer un esfuerzo para ir hacia la sociedad, necesitan unas escaleras, pero es necesaria esta concienciación para que, entre todos, mejoremos la comunicación». El entrenamiento con gafas de realidad virtual e inteligencia artificial puede ser un ascensor. «No solamente es chulo; es útil. Prometemos que vamos a seguir utilizándolas», se comprometió Álvarez. «Con este programa hemos probado que la tecnología es una verdadera herramienta de progreso», coincidió el alcalde de Las Rozas (y presidente de Las Rozas Innova), José de la Uz.

Hacia la entrevista laboral

Redondo ya dispone del equipo tecnológico para sus sesiones, tanto presenciales como 'online', en las que puede enseñar aspectos teóricos y la ciencia de la retórica a más socios de Asperger Madrid. El psicólogo puntualiza que «la forma de implementación debería ser semanal, más que mensual». Algunos de los participantes del programa piloto recomiendan utilizarlo incluso tres horas a la semana. Dos de ellos tienen trabajo. El resto está buscando.

«Si tuviera que hacer una entrevista mañana, creo que me contratarían», confía Agustín, aunque pretende estudiar primero un curso de psicología. Y Alejandro está puliendo su inglés para conseguir un empleo de recepcionista y pagarse el carné de conducir. «Pero nunca me gusta marcarme objetivos, porque luego te frustras. Hay que ser realista».

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