Terror en el restaurante chino: intenta matar con un boli-pistola a un comensal por dinero
Clientes y personal del local, en Usera, retuvieron al autor hasta llegar la Policía. No llegó a disparar
Denuncian un restaurante chino en Usera que sacrificaba tortugas y cangrejos exóticos para cocinarlos
![El restaurante y los bolígrafos-pistola incautados](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/08/16/combobolibalas-RMxu0AhRa4FwWZr5bjpFZAI-1200x840@abc.jpg)
Entre platos de arroz, cerdo agridulce y cerveza china, una reyerta en pleno restaurante del barrio de Usera a punto estuvo de costarle la vida a un cliente, tras ser agredido con un bolígrafo-pistola por otro asiático. No llegó a disparar (al menos, no le impactó ningún proyectil), pero sí que le clavó tan singular arma en la cabeza un par de veces.
Todo se quedó en un susto y ahora se investiga el móvil concreto del ataque, que se vincula a una cuestión económica. El sospechoso está detenido y su víctima fue dada de alta con lesiones leves.
El restaurante Guo Rong, en la calle de Dolores Barranco, 52, es de los que mejores reseñas tiene en las webs de visitantes y recomendaciones en el barrio chino por antonomasia de Madrid. Allí, en la tercera planta, un ciudadano de esa nacionalidad de 51 años se encontraba en una suerte de reservado, una habitación cerrada, con más comensales. En el momento en que estalló la situación, se encontraba esperando a que les llevasen los platos que acababan de pedir, precisan fuentes policiales a ABC.
Pero a las 21.48, la Policía Municipal fue comisionada urgentemente en el establecimiento. Personas del negocio avisaron de que un individuo había llegado y agredido a un cliente conocido. Según explicaron en un primer momento, le había disparado.
Este periódico ha podido saber que el atacante subió a la habitación y, tras abrir la puerta, le dijo a su víctima que saliera. Se conocían de antes. El agresor había trabajado con la persona con la que quería ajustar las cuentas, en la reparación de una máquina. Había un desacuerdo económico, que quiso solventar previamente, sin que el aludido cediera. Esa es la base fundamental de la hipótesis del caso.
Entonces, el sospechoso se abalanzó sobre el comensal y se enzarzaron en una pelea. Según cuatro testigos, oyeron una detonación, como un disparo, aunque no lo vieron. Por eso, cuando el cliente cayó al suelo con dos heridas en la cabeza (concretamente, en el pómulo y en la frente, se temieron lo peor.
Los agentes avisaron al Samur, que atendió allí al hombre, de 44 años, y vieron inicialmente que las erosiones que presentaban eran compatibles con al menos una herida de arma de fuego, con orificio de entrada pero no de salida. Así que lo trasladaron grave al hospital Doce de Octubre.
Tres balas y dos pistolas
Uno de los testigos entregó a la Policía un bolígrafo-pistola (que le había arrebatado al sujeto), un arma prohibida de metal que, efectivamente, simula ser un lapicero pero que está montada para disparar. Se da la circunstancia de que, mientras que llegaban los funcionarios de Usera, los propios clientes y empleados del restaurante retuvieron al sospechoso. Luego, en el cacheo al encartado le encontraron otro segundo artilugio como ese, con tres balas de calibre pequeño. Quedó arrestado inmediatamente.
Hasta el lugar acudió el Grupo de Delitos Violentos (DEVI), de la Brigada Provincial de Policía Científica, aún trabajando con la hipótesis de que aquello podía ser un tiroteo en toda regla. Se llevaron los dos bolígrafos para su análisis y comprobar si había sido percutido. Sí parece, de cualquier modo, que la idea del atacante era acabar con la vida del cliente del Guo Rong allí mismo.
La Policía Nacional también fue al 12 de Octubre, para intentar tomar declaración al lesionado. Y lo consiguieron. Porque los médicos que allí le asistieron aclararon que realmente lo que había pasado era había sido golpeado, pero no le habían baleado. Este extremo lo corroboró la propia víctima a los agentes: «No me llegó a disparar, sino que me atacó con el bolígrafo en la cara», reconoció. Le pusieron cuatro puntos de aproximación y fue dado de alta.
«Faltan policías»
Precisamente ayer, la vicealcaldesa de Madrid y delegada del Área de Emergencias y Seguridad, Inmaculada Sanz, denunció la falta de efectivos: «Nosotros llevamos mucho tiempo diciendo que la capital necesita más policías municipales; tenemos un déficit estructural de más de mil agentes en nuestra plantilla. Lo venimos denunciando desde hace cuatro años que entramos en el Gobierno. Lamentablemente no hemos tenido ningún tipo de respuesta positiva por parte del Ejecutivo de España para que podamos incorporar ese número de policías que esta ciudad necesita».
Sanz añadió que Madrid es «una de las capitales mundiales más seguras del mundo y así lo reflejan todos los datos, todos los 'rankings'»: «Pero está habiendo repuntes de hechos delictivos que tienen que ver con armas blancas y es algo a lo que hay que atender».
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