Los teatros de verano que animaban las noches de Madrid en el siglo XIX
Historias capitales
Decenas de establecimientos salpicaban la ciudad ofreciendo música, sainetes, comedias y operetas a precios económicos
La biblioteca donde los niños leían y jugaban en los años 20 en el Parque de El Retiro
![Madrid, 1921: teatro de verano en los jardines de El Retiro](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/07/04/teatro-verano-2-RGDzoyysghVeOiBGjXLifbL-1200x840@abc.jpg)
Al igual que ahora las autoridades y los promotores culturales se inventan ciclos como los Veranos de la Villa, las Escenas de Verano o las Noches del Botánico para tener entretenidos a los que, por gusto o por necesidad, veranean en Madrid, cien ... años atrás el estío y sus rigores era también la excusa perfecta de los madrileños para salir al fresco de noche, y de paso presenciar un espectáculo. Había entonces una red completa de teatros de verano, que nacieron con ese nombre y con la intención de funcionar cuando el calor apretara, y en algunos casos se quedaron después durante el resto del año.
Solían estar en las zonas céntricas de la capital, y en las inmediaciones del parque de El Retiro en muchos casos, pero también los había en áreas más urbanas. En muchos casos, eran muy sencillos en su estructura, aunque luego se adornaran con fachadas muy decoradas y elaboradas, que amplificaran el espectáculo.
Los expertos y estudiosos sitúan estos teatros de verano a medio camino entre los corrales de comedias y los teatros cortesanos abiertos -como el del Buen Retiro-, y los auditorios al aire libre. Y en ellos se podía disfrutar de una obra de teatro, un espectáculo musical o incluso una ópera. Y, como señalaba Serrano Anguita, por el módico precio de «una peseta».
Eso, sin contar con otra de sus funciones principales: la de ver y ser visto, lo que permitía jugosas conversaciones a cuento de quién estaba con quién o qué modelo lucía tal o cual dama. Todo entretenimiento.
La idea original de muchos de ellos era funcionar solo de abril a septiembre. Y por eso comenzaron a instalarse, mediado el siglo XIX, en solares vacíos cerca de parques. Eran desmontables y ambulantes.
Los primeros en aparecer datan de la segunda mitad del siglo XIX: el Teatro Circo Paul, que la prensa ya calificó como «teatro de verano», que llegó a tener aforo para 400 espectadores en su mejor época. O el Teatro del Príncipe Alfonso, en el paseo de Recoletos, con cabida para hasta 2.500 asistentes.
![Imagen principal - Arriba, el Teatro Paraiso, en su estreno en 1915. Abajo, izq., teatro Ciudad Lineal en 1916. Dcha, el Ideal Rosales.](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/07/04/teatro-paraiso-U83065628477imd-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Arriba, el Teatro Paraiso, en su estreno en 1915. Abajo, izq., teatro Ciudad Lineal en 1916. Dcha, el Ideal Rosales.](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/07/04/teatro-ciudad-lineal-U81482433267aPd-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Arriba, el Teatro Paraiso, en su estreno en 1915. Abajo, izq., teatro Ciudad Lineal en 1916. Dcha, el Ideal Rosales.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/07/04/teatro-verano-U62713238157apo-278x329@abc.jpg)
En los conocidos como Campos Elíseos de Madrid, al comienzo de la calle Velázquez, se encontraba el Teatro Rossini desde 1864. Y en la calle Barquillo esquina con Fernando VI se instaló el Teatro de los Jardines Orientales sólo diez años después. Aún no había acabado el siglo XIX cuando sei nauguró el Teatro de Recoletos, en el número 4 de la calle Salustiano Olózaga, que se quemó cinco años después de su inauguración.
También era normal que cambiaran de nombre: el Madrid, que luego se llamó Barbieri, en la calle de la Primavera. Otros, de lo que cambiaban era de ubicación: el Teatro Felipe primero estuvo en el paseo del Prado, luego en Bailén y finalmente a la calle Altamirano.
La lista sigue: era mucha la afición y más aún la oferta teatral para el estío: estaba el Nuevo Teatro, en Sagasta esquina con Álvarez Quintero; el Ideal Polistilo, en la calle Villanueva; y el Ideal Rosales, en el paseo del mismo nombre. Uno de ellos, el Teatro de la Ciudad Lineal o Teatro Escuela, fue después absorbido por los Estudios CEA.
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Algunos tenían nombres originales, como el Magic Park, de la calle Ferraz, luego sustituido por el Saturno Park. O el Teatro de los Recreos Matritenses, en la calle de Fuencarral, junto a la plaza de Barceló, que fue destruido por un incendio. Uno de los últimos que se puso en marcha fue el Teatro Iris, en la Gran Vía, en 1935.
En ellos, convivían los sainetes con las zarzuelas,las operetas y los bailes. Eran económicos y no duraban mucho más de una hora, lo que les hacía muy del gusto de las capas populares.
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