La Tata y el Piojín, historia de un complejo de Edipo criminal
Caen la reina del alunizaje y su hijo tras el asalto a una óptica del barrio de Salamanca y una huida por los tejados
Jezabel Herrero suma 109 reseñas policiales. Es de un clan de Orcasitas con millones de euros robados
Churrita, Lolo y Miguelito, hijo del Piojo, a prisión por robar 1,5 millones en coches y alunizajes
La Tata y su hijo, Piojín
La pregunta no admitía dudas: «¿Ustedes se conocen?», inquirió el patrullero a los dos únicos ocupantes del coche, un hombre y una mujer. La respuesta llegó unísona, pero contradictoria: «Sí», dijo una. «No», el otro. «Salgan del vehículo ahora mismo. Quedan detenidos». Este podría ser el epitafio, hasta el cierre de esta edición porque con estos delincuentes lo difícil es que acaben entre rejas, de la última escapada de la Tata. Jezabel Herrero Pernía, de 37 años, es una mujer de belleza algo artificial, como la de su expareja más conocida, Jonathan Moñiz Alcaide, de 40, el butronero conocido como el 'Piojo'. Bisturí y esteroides a la orden del día.
Desde que él volvió a la cárcel tras su sonada fuga en diciembre de 2020 del penal de Valdemoro, el vástago de Jezabel, que considera a Moñiz su padre pese a no llevar su sangre, viene escalando en su carrera al margen de la ley. Miguel Gómez Herrero antes era 'Miguelito'. Ahora se le conoce como 'Piojín', tiene 20 años, la mitad de sus reseñas policiales incluidas las de su época de menor de edad. Su madre quintuplica sus ficheros, con 109 antecedentes, informan fuentes del caso.
Lo que sí se puede decir de ella es que no es supersticiosa, porque eligió un martes y 13, el de este mes de agosto, para juntar a parte de su banda y salir de madrugada a hacerse una óptica, comercios que en épocas pasadas eran objetivo predilecto de los aluniceros durante el verano. La acompañaba Piojín pero también el hermanastro de ella, Francisco Pedraza Herrero, alias 'Paquito', líder de la banda que a finales de abril fue arrestada por el Grupo XXI de Policía Judicial de Madrid y el de Tráfico Ilícito de Vehículos de la Udyco Central. Pues ya estaba en la calle.
La víctima en el caso de la madrugada de ayer fue la óptica Veneta, en la calle de Castelló, 51, en pleno distrito de Salamanca. La banda reventó una ventana del patio interior del inmueble y diversas puertas de acceso al establecimiento. En cuestión de segundos les dio tiempo a llevarse 150 pares de gafas, pero saltó la alarma, que estaba conectada directamente a la sala Cimacc-091 de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Rápidamente, varias radiopatrullas del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) y del Grupo Operativo de Respuesta (GOR), de Seguridad Ciudadana, acudieron al punto.
Eran las 4.50 horas y habían dejado el interior de la tienda manga por hombro. En las inmediaciones, los dos sospechosos ya mencionados en un coche. Durante la requisa, los agentes hallaron dentro herramientas para el robo, como destornilladores, ganzúas, guantes, plásticos rígidos para abrir puertas por el método del resbalón...
Un testigo alertó a los intervinientes de que había tres hombres más, uno de ellos Piojín, huyendo por los tejados de la vecina calle de Ayala, comenzando una persecución a través de varios bloques de viviendas. Fueron apresados en una azotea. Ellos también portaban dos bolsas con las 150 gafas sustraídas. Al cierre de esta edición, no habían pasado a disposición judicial.
Peroo es que apenas mes y medio antes, el 21 de junio a las 19.20 horas, Jezabel entró en una joyería de la Milla de Oro y, aprovechando que la empleada atendía a un cliente, manipuló la cerradura de una vitrina y se llevó 4.000 euros en productos como un collar y una pulsera de oro. Se la puso en busca y el Grupo de Policía Judicial de la comisaría del distrito de Salamanca le echó el guante. Pero, claro, la autoridad judicial la volvió a dejar en la calle y ha reinicidido.
«Me encanta lo prohibido»
Fue ABC quien dio a conocer a la Tata. El 6 febrero de 2020, justo antes del inicio de la pandemia, dos policías que patrullaban buscando a carteristas de la comisaría de Usera-Villaverde se encontraban picando algo en un bar del centro comercial de La Gavia, en Villa de Vallecas. En la mesa de al lado estaba ella con su novio de turno y un adolescente Piojín. Por aquel entonces, la delincuente sumaba 40 antecedentes y uno de los agentes la reconoció. La conocían de su barrio, Orcasitas y pendían sobre ella seis órdenes de citación judiciales y una de ingreso en prisión. Llevaba dos años en busca y captura. Los policías alertaron a sus compañeros del GOR, quienes comprobaron estos extremos y lograron apresar a la fugitiva. «Me encanta lo prohibido», es la máxima de esta mujer, como ha venido repitiendo a propios y extraños. Su etapa en Madrid I (la cárcel de mujeres de Alcalá Meco) duró un suspiro.
La Tata tiene otro hermano, este por doble línea de consanguinidad, conocido como el Tato. Además, mantuvo relaciones, además de con el Piojo, con Iván Bocero Vargas, quien pasó por prisión por apuñalar seis veces a un policía fuera de servicio en un bar de copas. Uno y otro han tenido lazos con jerifaltes del hampa nacional como Fernando Miguel Barrantes y el fallecido a tiros Niño Sáez.
La Tata conoció a toda esta gente en su barrio Orcasitas, de donde es también el no menos conocido Niño Juan, cuya cúspide criminal fue el intento de asalto del palacio de Fontainebleau, en el que está inspirado la serie 'Hasta el cielo', en Netflix, una de las favoritas de Jezabel. Pero si hubo un lugar donde hizo muchas relaciones públicas en los reservados fue en discotecas donde trabajó como imagen como la desaparecida Garamond y Shoko. Aunque frecuentaba más las salas Bash, Stella y Reinabruja, en el entorno de la Puerta del Sol.
De Miguelito a Piojín
La reina del alunizaje volvió a la carga en octubre de 2021, junto al Tato (recordemos, su hermano), Miguelito (su hijo) y un primo. Una empresa editorial de Fuenlabrada, un colegio de Arturo Soria, la clínica Cemtro, de donde se llevaron 40.000 euros de dos cajas fuertes... Miguelito, con los 18 recién cumplidos, tendría que escribir otro capítulo importante antes de pasar a Piojín: fue apresado 'in fraganti' en Usera cuando, junto a siete compinches, se disponía a robar un Opel Astra para ir luego a cometer un robo. El joven manipulaba un inhibidor de 12 antenas, informaron fuentes del caso, una verdadera máquina de anular cualquier tipo de frecuencia y alarma en muchos metros a la redonda.
El 10 de abril pasado, fue cazado en el marco de la operación Cerbero Shaguar, a manos del Grupo de Delincuencia Organizada de la Comandancia de la Guardia Civil. Le venían siguiendo los pasos desde octubre a él, pero también a Manuel Menasalvas 'Lolo'; Raúl Vargas Izquierdo 'el Churrita', y a otros delincuentes de menor nivel.
Todo comenzó cuando detectaron un incremento de robos de Range Rover con motores de 4.2 c. c. y 300 CV de potencia y Jaguar, a manos de la misma banda. Poco después, a raíz de un asalto al Media Markt del centro comercial Nexum de Fuenlabrada, a primeros de diciembre y en plena campaña de Navidad, supieron que los autores de las sustracciones de los vehículos (los hay de 100.000 euros de valor) semanas antes, en vísperas del Black Friday, habían golpeado en el mismo establecimiento de la localidad.
Actuaron en otros Media Markt, como el de Alfafar (Valencia), y, esa misma noche, hicieron la intentona en el de Quart de Poblet, en la misma provincia. También asaltaron una farmacia de Requena, y así hasta una sospecha de 100 robos en Boadilla del Monte, Majadahonda, Las Rozas, Morata de Tajuña, Tielmes, San Agustín del Guadalix, Aranjuez, Madrid capital, Siete Aguas o Alfara del Patriarca. Millón y medio de euros.
Ahora, Piojín, su madre y su tío han caído por un puñado de gafas de sol, aunque seguramente el verano lo pasen en algún chiringuito.
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