El soterramiento del norte de la Castellana bajo una pradera estará listo en la primavera de 2027
El Ayuntamiento de Madrid aprueba el contrato de redacción y ejecución de un proyecto con 70.000 metros cuadrados de espacio público y 600 árboles
Una pasarela con un 50% de zonas verdes cubrirá 200 metros de la M-30 al sur de Ventas en 2027
![Al fondo, las Cuatro Torres de Madrid, al norte del paseo de la Castellana](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/07/11/cuatro-torres-RwT5o3LCurevtpWDim3DG0J-1200x840@diario_abc.jpg)
Otra promesa electoral en el horno municipal. El Ayuntamiento de Madrid aprobó este jueves el contrato para la redacción y ejecución del soterramiento del norte de la Castellana, un proyecto que presentó José Luis Martínez-Almeida en mayo de 2023 y que, si se cumplen los plazos previstos, se materializará en la primavera de 2027. El boceto diseñado por el Área de Obras y Equipamientos contempla un bulevar verde de 820 metros de largo entre la calle de Sinesio Delgado y el Nudo Norte de la M-30. En total, 70.000 metros cuadrados nuevos de espacio público que cubrirán siete carriles de tráfico.
«Es una de las obras más importantes de esta legislatura», aseguró la delegada del ramo, Paloma García Romero, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno que autorizó el contrato con un presupuesto base de licitación de 128,9 millones de euros. Hace solo una semana, la concejal anunció en la misma sala la luz verde al cubrimiento de la M-30 a su paso por Ventas, la otra gran obra (y promesa electoral) del mandato, un proceso que seguirá los mismos tiempos: una pasarela con un 50% de zonas verdes sobrevolará 200 metros de la circunvalación empezará a construirse en abril de 2025 y se terminará en el mismo mes de 2027.
El anteproyecto del consistorio contempla 70.000 metros cuadrados de jardines y zonas peatonales, y poco tráfico. «En superficie, solo estará abierto para transporte público y el acceso a distintos aparcamientos, o sea, tráfico local», precisó García Romero. También un carril bici de dos direcciones. El soterramiento cierra así la brecha entre los distritos de Fuencarral-El Pardo y Chamartín, integra en un solo ámbito el entorno de las cinco torres y el Hospital de La Paz con la antigua colonia de la EMT y la futura ‘city’ (distrito financiero, en inglés) en Madrid Nuevo Norte.
El futuro bulevar contará con una colina con grada, 5.710 metros cuadrados de jardines y 120 árboles, «como mínimo», de gran porte; una fuente con juegos de agua que ocupará 270 metros cuadrados, «programada para producir efectos especiales de agua y de luz»; una plaza central con un centenar árboles y una pérgola de acero y madera «para cubrirse con enredaderas y dar sombra»; un pinar central con otros 300 árboles nuevos; una segunda pérgola monumental para rematar el eje de la Castellana y jardines para cubrir las rampas de la zona norte.
En total, el soterramiento del final de la arteria madrileña plantaría un mínimo de 670 árboles. «Insisto en que es un anteproyecto, pero en principio pediríamos que el proyecto básico tenga» esas características, destacó la delegada de Obras y Equipamientos. Ahora comienza el plazo de presentación de ofertas de las potenciales adjudicatarias, después, los servicios técnicos de la concejalía seleccionarán al ganador y, en principio, los trabajos arrancarán la primavera de 2025. Unos plazos muy similares al cubrimiento de la M-30 al sur del puente de Ventas.
Los carriles bajo rasante
Este tipo de soterramiento excavará un túnel que enlazará el Nudo Norte de la M-30 con el tronco del paseo de la Castellana. La entrada al paso subterráneo por el sur contará con tres carriles de tráfico, desde la calle de Sinesio Delgado hasta la circunvalación M-30, y la salida, al norte, tendrá cuatro carriles desde el Hospital de La Paz hasta Sinesio Delgado.
El anteproyecto municipal prevé además un tercer túnel de sur a norte, a un segundo nivel: «No queríamos eliminar las coníferas, lo haremos así para no afectar a ninguna masa arbórea», explicó García Romero sobre ese túnel, que permanecerá cerrado una vez construido, porque conectará la Castellana con el barrio de Begoña y el desarrollo de Madrid Nuevo Norte en un futuro. La infraestructura, una prolongación con un único vano para dos carriles, estará preparada para, en el próximo mandato, servir de acceso a la moderna ‘city’ de la capital.
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