Las sombras detrás de la brutal agresión en La Peseta: una comunidad en apuros y una supuesta red de estafas de María
Los vecinos aseguran que la víctima se hacía pasar por abogada para tramitar gestiones ficticias relacionadas con el fondo de inversión propietario del bloque a cambio de importes abultados
Un hombre le rompe el cráneo a su casera en La Peseta: «Le he pegado hasta que me he cansado»
La brutal agresión de Jesús L. M. a su casera y compañera de piso, María, en un bajo del barrio de La Peseta aún colea en el número 4 de la calle del Arte Rupestre del Mediterráneo. Allí, este hombre español de 49 años, carente hasta el martes de antecedentes penales, golpeó a su víctima «hasta cansarse» y no paró siquiera cuando ella estaba ya en el suelo y semiinconsciente. La escena que se encontraron los agentes de la Policía Nacional fue dantesca, hasta el punto de que si no es por su rápida actuación y la de los facultativos del Summa-112, el suceso podría haber sido más trágico si cabe.
Con el detenido, un conductor de autobuses que estaba de baja por problemas psiquiátricos, ya en prisión provisional, los agentes del Grupo VI de Homicidios tratan de desentrañar ahora las causas del salvaje ataque. Por un lado, cuentan con la versión aportada por el propio Jesús dentro del domicilio, en la que aseguró que tras iniciarse una discusión entre ambos, María le habría amenazado con llamar al 016 con el fin de que le quitaran la custodia de su hija, llegándole a decir: «Eres un maltratador». Cabe resaltar que Jesús se había separado de la madre un par de años atrás, un divorcio para él traumático.
En medio de esa explicación, el agresor llegó a mantener que su violenta reacción vino después de que María le sacara un cuchillo de cocina , pero al ser cuestionado por la ubicación del mismo, este refirió a los agentes que lo había guardado de nuevo en el cajón, una versión incongruente y que no cuadra con la secuencia acontecida en la casa. Asimismo, apuntó a los patrulleros que su casera le debía 3.000 euros, una teoría, esta sí, que otros vecinos del bloque amplificaron al advertir de que la mujer podría haber estafado a parte de la comunidad una cantidad cercana a los 50.000 euros.
Lo cierto es que a la agredida, todavía ingresada en el hospital 12 de Octubre, le consta una reclamación de un juzgado de Guadalajara por un delito de intrusismo, que será ejecutada una vez los médicos le concedan el alta. Los residentes de la calle del Arte Rupestre del Mediterráneo, 4, donde vive desde hace años, sostienen que para acometer esas presuntas estafas la mujer, española de 50 años, se hacía pasar por abogada para tramitar diversas gestiones a cambio de importes abultados que finalmente nunca hacía. ¿Y cuáles eran esas gestiones?
El edificio pertenece a Fidere, una socimi española del fondo de inversión norteamericano Blackstone, que está negociando con algunos inquilinos las nuevas condiciones de los contratos de alquiler (una vez los actuales, a precios más bajos, finalicen su duración). Es, por tanto, en esa tesitura donde supuestamente aparecería la figura de María, quien, haciéndose valer de una titulación universitaria, habría conseguido convencer a parte de los afectados para que dejaran el caso en sus manos.
A ello se añade el hecho de que la cerradura del piso estaba violentada la mañana que sucedió el ataque; es más, el propio Jesús relató que esta llevaba un mes en mal estado, por lo que no es descartable que la acción vandálica fuera producto de algún conflicto vecinal.
Con todo esto encima de la mesa, los investigadores deberán averiguar qué llevó a Jesús a propinar tal paliza a María, en la que casi acaba con su vida. Además de las lesiones en la cabeza, la mujer sufrió fracturas en la clavícula, una vértebra y una costilla; y el jueves tuvo que ser operada del estómago por el encharcamiento de sangre. Por suerte, ha podido contarlo.
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