Rita Maestre pierde Usera: «No pueden venir 4 días antes de las elecciones a pintar la mona. Hay que estar al pie del cañón»
El fortín de Más Madrid se tiñe de azul a pesar de que el partido se volcara en campaña
Mapa | Así ha arrasado Ayuso en las elecciones 2023 en Madrid, calle a calle
![Un cartel de Unidas Podemos, en el centro comercial Orcasur](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/05/29/usera-Rj5BurhZYUaNIEDEskUAc6I-1200x840@abc.jpg)
A principios de mayo, Félix López-Rey congregó a decenas de vecinos en Orcasitas. El número dos de Más Madrid es algo así como el abuelo del barrio que ayudó a construir a partir de barro y chabolas en la década de 1970. López-Rey es un histórico activista y, en este pedazo del sur de la capital, en el distrito de Usera, todos lo conocen. «Había 400 personas. Les dije que me habían elegido, pero que ellos tenían la ultima palabra; si mis vecinos me dicen que no estoy haciendo lo que debo hacer, yo dejo el acta», asegura a ABC. Un mes después, el distrito entero ha caído en manos del PP. José Luis Martínez-Almeida adelantó a Rita Maestre por 3.773 votos.
Durante la jornada electoral, López-Rey, de 74 años, repartió bocadillos en varios colegios de Orcasitas. Aunque el distrito se ha teñido de azul, él afirma que su barrio se pintó de verde: «Precisamente en Orcasitas ha ganado Más Madrid, en todas las mesas; aquí nunca ha ganado la derecha, y me remonto a 1979, con las primeras elecciones democráticas«, sostiene. El resultado, sin embargo, es que los primeros comicios sin Manuela Carmena han abocado el partido a una sangría de 191.954 votos respecto a 2019, mientras que Almeida ha ganado en los 21 distritos, incluso en Puente de Vallecas.
Más Madrid eligió el centro cultural Orcasur para el cierre de su campaña. La candidata a la Asamblea, Mónica García, habló de sanidad pública; la alcaldable, Rita Maestre, ensalzó a su feudo. «Frente a su desprecio por los barrios de Madrid, nuestro Félix López-Rey; frente a su Bildu, nuestros Orcasitas y Carabanchel», dijo. Este lunes, Pepe, un vecino de 77 años, barba blanca y gorra del Atlético de Madrid, descansaba en un banco frente al centro cultural, en la plaza del Pueblo, después de rumiar toda la noche por el resultado electoral. «A mí me da vergüenza ajena que en un barrio obrero vote la derecha», declara.
Pepe está jubilado, tiene esposa y cuatro hijos (dos aún viven en su casa). Hace tiempo que cerraron la peluquería de ella y el taller de él. Este domingo votó a Unidas Podemos, como en las elecciones de 2019, y está enfadado. «El problema es que [en la izquierda] se pelean entre ellos», lamenta. Pero está enfadado con todos los partidos, por muchos actos y mítines que hayan celebrado en el barrio. «No puede ser que vengan aquí cuatro días antes de las elecciones a pintar la mona, aquí hay que estar al pie del cañón», señala. Pepe acostumbra a llamar al 010 para pedir que rieguen los árboles de la plaza que visita a diario o para que arreglen las baldosas levantadas. Por primera vez, no pretende votar en las elecciones generales, que el presidente del Gobierno ha adelantado al próximo 23 de julio.
El vuelco a la derecha
El local de la asociación vecinal de Orcasitas es una fachada morada con un puño feminista. «El único tesoro que le queda a la ciudad es el barrio», se lee junto a la puerta. La lucha vecinal levantó Orcasitas y los mayores no lo olvidan. Aun así, el PP domina un tramo de esa misma calle, la avenida de Orcasur, con el 29,3% del voto. El resto del mapa es colorido, algunos números son verdes y otros rojos, pero el cómputo total tiene un claro favorito. Almeida se coronó con 17.293 papeletas, seguido de Rita Maestre, con 13.520, y el PSOE de Reyes Maroto, con 11.587 votos.
En el barrio hay un edificio descuidado y plagado de grafitis al que los vecinos llaman 'el Caracol', por una estrecha escalera gris que se enrosca hasta la primera planta. Hace muchos años, nació como el centro comercial Orcasur; hoy acumula suciedad y locales cerrados a cal y canto. Antes de las elecciones, los candidatos de Unidas Podemos lo visitaron, pero ayer solo quedaba un cartel rasgado de Alejandra Jacinto. Las promesas de la izquierda ya no calan en la zona. Víctor, jubilado de 67 años, hace un breve análisis: «Siempre ha sido un barrio de rojos, pero hace tiempo que ha cambiado».
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