El Real Cortijo de San Isidro, el pueblo de Madrid que (casi) nadie conoce
Tiene alcaldesa, listas electorales y hasta un cementerio que nadie ha utilizado nunca. No es pedanía ni ayuntamiento, sino una entidad local menor, declarada como tal en el año 1957. Toda una sorpresa en la región
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Hay un lugar en Madrid que muchísimos madrileños no conocen. No llega a tener la consideración de pueblo, pero es más que una pedanía. Se llama Real Cortijo de San Isidro, está a apenas 4 kilómetros de Aranjuez, de quien depende administrativamente; tiene alcaldesa y listas electorales. Y hasta un cementerio, aunque nadie lo ha utilizado nunca.
El Real Cortijo de San Isidro «es una entidad local menor; es parecido a una pedanía, pero cuenta con bienes propios«, explica su alcaldesa, Zandra Marlene Campos, de la formación Comprometidos con el Cortijo. Tiene censados a 480 habitantes, »pero son algunos más los que residen aquí«, comenta.
La historia del Cortijo se remonta al reinado de Carlos III: el monarca ilustrado, en su empeño por fomentar y mejorar la agricultura, desarrolló en sus propiedades de Aranjuez varios proyectos experimentales en este campo y el ganadero. Así nació el Cortijo de San Isidro en 1762, siguiendo el modelo de San Leucio, cerca de la italiana Caserta.
Sobre el Real Bosque se inició un proceso de roturado de terrenos vírgenes, y se abrieron calles arboladas por las que acceder a las nuevas huertas, las praderas de pasto, etcétera. Se trajeron de Nápoles ejemplares de vacas, búfalas, ovejas, caballos y bueyes, y para regar se construyeron tres cauces o canales. Por entonces, se plantaron 25.000 olivos y 128.000 cepas, y se cercó con tapia toda la extensión, que fue creciendo a medida que fue pasando el tiempo, añadiéndole otros terrenos en 1777.
La propiedad del Cortijo pasó a manos de Godoy en 1795, por el deseo del rey Carlos IV de favorecer a su valido, al parecer a cambio de la huerta de La Moncloa. Pero tres años después, la propiedad volvió a manos de la Corona, que se la cambió a Godoy por los lagos de la Albufera valenciana.
Regadío y secano
Desde el Cortijo salían los productos que surtían a la Casa Real. Y siguió siendo su propiedad hasta que llegó la desamortización, en 1868. Décadas después, al finalizar la Guerra Civil española, el Gobierno puso a cargo de este espacio al Instituto Nacional de Colonización. En total eran 1.886 hectáreas, la mayor parte –más de 1.200– de secano. Esta entidad compró las tierras a sus últimos propietarios, las parceló y construyó nuevas viviendas, que fueron enajenadas, junto con las tierras, a los trabajadores que vivían allí y a otros colonos procedentes de otras provincias: de Zaragoza, de Andalucía, de Galicia, de la Mancha, de Extremadura o de hacer las Américas.
El lugar se convirtió en entidad local menor el 19 de septiembre de 1957, tal y como publicó entonces el Boletín Oficial del Estado. Celebra sus fiestas el 15 de mayo. En el año 1981 la junta vecinal acordó en un pleno municipal ampliar el casco histórico en 22 viviendas adosadas, que se entregaron a los peticionarios –nietos de colonos titulares– por el procedimiento del sorteo. Y luego se han construido algunas otras en parcelas privadas y mediante un plan de reforma interior.
El Cortijo, no obstante, goza de protección: está catalogado como Bien a Proteger del Patrimonio Histórico-Artístico.
En total, esta entidad local menor cuenta con la alcaldesa y cuatro vocales. Poseen servicio de transporte público, equipamientos deportivos, zonas ajardinadas y una bodega que atraviesa, en subterráneo, todo el pueblo. Este espacio está alquilado ahora a una empresa privada que organiza visitas guiadas.
Con cronista
Incluso tiene una cronista oficial, Josefina Freire Ferrero, que recibió su título en 2015 y ha participado en numerosos estudios y conferencias divulgativas sobre el Real Cortijo de San Isidro y su historia. Por una de estas se apunta el dato sobre el cementerio, construido en su día –una norma obligaba a contar con él para tener la consideración oficial de pueblo– pero en el que nunca se ha enterrado a nadie, por un problema administrativo: al parecer, el camposanto está situado en terrenos que pertenecen al Ayuntamiento de Colmenar de Oreja, mientras el Cortijo depende administrativamente de Aranjuez; de ahí que los enterramientos nunca se hayan realizado en su interior.
En terrenos de la Corona que pasaron por las manos de Godoy trabajaron colonos, algunos de cuyos descendientes aún viven allí
La gente que llevaba el Cortijo lo hacía para vivir allí. En el siglo XXI, varias generaciones más tarde, algunas de las parcelas se han dividido entre los hijos, se han vendido y han pasado a otras personas, que no son colonos ni sus descendientes pero sí vecinos del lugar.
Contribución
El espacio tiene muchas singularidades: la contribución la pagan a Colmenar de Oreja los que tienen terrenos de secano, y a Aranjuez los que las tienen de regadío; a ambos quienes cuentan con parcelas de las dos tipologías.
A día de hoy, en el Real Cortijo de San Isidro viven no sólo colonos y sus descendientes; la alcaldesa explica que «muchos de los actuales vecinos han venido de fuera». Destaca del lugar, además de la bodega subterránea, «una ermita que fundó Carlos III, con unos frescos muy bonitos; y la Casa Grande, que era la vivienda del rey». En sus campos siguen cultivándose productos de la zona: fresón, fresita autóctona, espárragos…
Allí se vota
Ahora que llegan las elecciones, el Real Cortijo de San Isidro también tiene que elegir: «Se vota en el propio pueblo»; para esto no hay que desplazarse a otros puntos. Para ir al colegio sí: «Hubo un colegio unitario, donde los chicos estaban por un lado y las chicas por otro, pero eso fue hace mucho»; ahora los menores censados en el pueblo van a otras localidades a estudiar.
La alcaldesa se despide tras el 28M del cargo: «Yo ya lo dejo; empecé primero cuatro años como colaboradora, y luego estuve otros cuatro de vocal, que es el equivalente al concejal aquí. Y ahora llevo cuatro de alcaldesa. Es un trabajo muy duro, y por supuesto, no remunerado. Es la hora del relevo», comenta a ABC.
El 28 de mayo, en la circunscripción electoral del Real Cortijo de San Isidro se presentan dos candidaturas: la número 1 es de Vox, que presenta a Nuria Borja Gómez; y la segunda es de la Agrupación Independientes Cortijeros, que presenta a Antonio Morollón Pardo.
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