Los puestos del Bernabéu reclaman su sitio: «Hemos perdido el 80% de ventas; los clientes no saben dónde estamos»
Los comerciantes piden volver a la calle de Rafael Salgado ahora que han terminado las obras en esta calle
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![Puestos de 'merchandising' en los alrededores del estadio Santiago Bernabéu](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/09/25/bernabeu-RQVb81UTW3s3wC47Op9gX1M-1200x840@diario_abc.jpg)
Los puestos ambulantes del Santiago Bernabéu han acompañado al Real Madrid durante todos los encuentros celebrados en casa durante décadas. Asistiendo a cada partido en el templo madridista, las previas ya no se pueden concebir sin estos comerciantes, que forman parte de la historia ... del club. Sin embargo, desde poco antes de la pandemia y con motivo de las obras de remodelación del estadio, estas tiendas se han visto constantemente trasladadas lejos de sus tradicionales ubicaciones, lo que ha supuesto que las ventas descendieran hasta un 80%, según informan a ABC desde la Asociación Provincial de Comerciantes Ambulantes y Ferias de Madrid.
Con la reforma del entorno del Santiago Bernabéu prácticamente acabada, estos puestos aún no han conseguido tener un sitio fijo, como llevaban disfrutando durante años. La calle de Rafael Salgado, situada en uno de los laterales y donde siempre se han encontrado estos puestos, es ahora el motivo de la preocupación que sufren estos vendedores, pues los clientes «ya no saben dónde encontrarles».
Con las obras del aparcamiento subterráneo, en febrero de 2024, un decreto de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín ordenó el cambio provisional de 22 puestos a los laterales del paseo de la Castellana. Este fue el espacio de trabajo de estos comerciantes hasta el 30 de junio, cuando volvieron a Rafael Salgado y estuvieron presentes durante muchos de los conciertos que albergó el Santiago Bernabéu esta pasada temporada estival.
Esta reubicación temporal supuso un problema económico para estos negocios, que trabajaban alejados del ambiente festivo que se respira en el entorno del estadio. «Es la emoción del momento lo que anima a que una persona que está cantando a las puertas del Bernabéu compre una bufanda. Aunque ya tenga muchas en casa», explica Javier Herrero, uno de los dueños de los puestos que ha crecido en los aledaños del templo blanco.
Ayer, durante el encuentro liguero Real Madrid-Alavés, en esta vía que separa Padre Damián de la Castellana nadie compró una camiseta de las estrellas del Madrid ni aprovechó para hacerse con una bolsa de pipas antes del pitido inicial. Un segundo decreto obligó a finales de agosto, a penas unas horas antes del primer partido de la temporada en el Bernabeú, a que estos vendedores montaran sus tiendas de nuevo en el paseo de la Castellana.
Este mandato provisional, que aún sigue vigente, afecta a 51 de estos comerciantes. Sin embargo, a diferencia del primero, en el mismo se alegan «problemas de seguridad». «No nos cuadraba nada, así que pedimos a las autoridades pertinentes informes. Sin embargo, todos han salido favorables a nuestra actividad. La novedad estaría en que ahora molestáramos», señala Herrero a este periódico.
Ubicación inviable
Esta nueva ubicación no es viable a largo plazo, señalan desde la asociación. Este medio centenar de tiendas que se han trasladado, se han sumado a los que ya había en ese espacio. «Son puestos aislados, no es un mercadillo», señalan.
Desde el ayuntamiento de la capital, por su parte, aseguran que aún no se ha recepcionado esta obra, por lo que el espacio no puede ser ocupado. A pesar de que han podido operar durante todo el verano. La concejal de distrito de Chamartín, durante el último pleno celebrado el pasado 11 de septiembre, pidió 20 de días a la asociación para responder a todas sus dudas.
Sin embargo, la incertidumbre sobre su futuro genera cada día más y más nerviosismo entre los dueños de estos puestos. «No podemos ignorar que tenemos hipotecas que pagar, el colegio de los niños... Tenemos que saber qué va a pasar con nosotros, no pueden jugar así con las familias», lamenta Herrero, aunque confía en que las razones de este cambio residan en un mero tema burocrático y que les estén «perjudicando sin querer».
Estos últimos años han sido especialmente duros para este negocio. El golpe comenzó con las obras en el estadio y le siguió la pandemia con sus respectivas medidas de reducción de aforo. «Desde la etapa del Covid no levantamos cabeza, con largos periodos sin trabajar y sorteando ubicaciones para que no se suspendiera la actividad», determinan desde la asociación de comerciantes y ferias de Madrid.
Sin trompetas
Estos comerciantes no buscan presentar al ayuntamiento o al club ningún otro nuevo frente con el que lidiar –en referencia a la guerra vecinal que hay abierta contra los conciertos en el Santiago Bernabéu y el ruido que general–. De hecho, han dejado de vender trompetas para poner su grano de arena frente al ruido en la zona y aceptarían renunciar a acudir estos eventos si su presencia supone una carga excesiva en el entorno.
«Somos conscientes de que vendemos el escudo del Madrid y trabajamos en el suelo público. Solo queremos trabajar y que se nos escuche un poquito», insiste este madrileño de 52 años. A mediados de los años 60, antes de que los equipos de fútbol comenzaran a tener su propio 'merchandising', el padre y el tío de Javier Herrero decidieron hacerse con uno de estos puestos.
Negocio familiar
«Mi padre tenía una empresa de serigrafía y vendía banderas con el escudo del Real Madrid. Todo esto antes de que existiera el 'copyright' y comenzáramos a comerciar con productos oficiales», relata el que ha estado presente en los encuentros en casa del equipo de su vida desde que era un niño. Este mismo el perfil de muchos de los dueños de estos puestos.
En los aledaños del estadio han visto tanto la ciudad como a la afición crecer y asegura que no cambiaría por nada el poder trabajar en un ambiente como es el que se vive en esta zona; a pesar de las siete horas de jornada dos días a la semana, como mucho, la lluvia que en muchas ocasiones les obliga a cerrar o el calor extremo que se incrementa en el interior de los puestos.
La desaparición de este negocio, eso sí, no es algo que contemplen. No solo porque han encontrado un gran apoyo entre las peñas madridistas, sino también porque sin ellos, el espacio en el que trabajan acabaría ocupado por la venta ilegal de productos. «Yo cuando estoy en mi puesto puedo avisar a la Policía de la presencia de manteros», indica Herrero.
«No creemos que esto esté entre los planes del ayuntamiento o del Real Madrid. Pero nos gustaría tener información con antelación de lo que tengan pensado hacer con nosotros», apunta. Próximamente será la avenida de Concha Espina –el otro lateral del estadio– en someterse a unas obras y, hasta el momento, Herrero asegura que nadie les ha comunicado nada.
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