Los presupuestos de Almeida, a un paso de la prórroga y en manos de Vox
Los partidos votan este lunes las enmiendas a las cuentas en una comisión extraordinaria y urgente previa al último pleno del año
![El alcalde y el portavoz de Vox, en 2019, cuando pactaron los primeros presupuestos del mandato](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/12/18/almeida-ortega-smith-pleno-RigQAAjoTxAjVtuSQ4tjGQN-1200x840@abc.jpg)
La concejal delegada de Hacienda y Personal, Engracia Hidalgo, ha convocado la sesión extraordinaria y urgente para esta tarde, 16 horas y 15 minutos antes del pleno definitivo. Los portavoces de cada partido político votarán las enmiendas a los presupuestos para 2023 del Ayuntamiento de Madrid en un primer plebiscito a las últimas cuentas del mandato de José Luis Martínez-Almeida. Esta reunión previa al pleno municipal es un trámite indispensable en el que los grupos municipales enseñan sus cartas. Aunque algunos prefieren reservarse el voto hasta la sesión en el palacio de Cibeles, si se convoca una especial solo para los presupuestos antes de que termine 2022. La incógnita sigue siendo la misma desde hace semanas: ¿qué hará Vox?
La comisión de Hacienda y Personal y de Economía, Innovación y Empleo —dos áreas independientes, la primera en manos del PP y la segunda en las de Ciudadanos— comienza a las 17 horas. Los presupuestos de Almeida se enfrentan a las tres enmiendas a la totalidad que recogen el rechazo absoluto de los tres grupos de izquierda, Más Madrid, PSOE y el Grupo Mixto, que piden más inversión, menos deuda y nada de concesiones a Vox. El principal grupo de la oposición, Más Madrid, ha presentado además 192 enmiendas parciales y el PSOE otras 177.
Vox ha sido el único partido que, el pasado martes a las 14 horas, cuando expiraba el plazo para que los partidos registrasen sus correcciones al plan de ingresos y gastos de Almeida, no aportó ningún documento. Sí que presentaron, al día siguiente, enmiendas parciales a las ordenanzas fiscales que, aunque se tramitan por separado, van de la mano: las ordenanzas reflejan lo que ingresan las arcas municipales y los presupuestos lo que gastan.
El que fuera el «socio prioritario» del Gobierno bicéfalo de PP y Ciudadanos, la llave para que Almeida tomara el bastón de mando de la capital en 2019, ya lanzó su ultimátum en septiembre. Mientras no se levanten las restricciones a los vehículos más contaminantes del nuevo Madrid Central, los cuatro concejales de Vox no apoyarán los presupuestos. «Es una línea roja», advirtió entonces el portavoz, Javier Ortega Smith. Su postura no ha variado y el consistorio se acerca inexorablemente, a falta de tres votos más, a una prórroga presupuestaria que congelaría una partida de 5.703 millones de euros, un 2,9% más que el año pasado.
Nadie quiere un escenario en el que las inversiones se congelan. Y también lo harán las ordenanzas fiscales, que recogen la tercera rebaja prometida por Almeida: 120 millones de euros que pretendía ahorrar a los madrileños por reducir el tipo del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) al mínimo legal, el 0,4%. Los técnicos trabajarán por partida doble para, sobre la base de los presupuestos de 2022, intentar que cuadren los gastos sobre la marcha. Y el dinero que quiera utilizar el Gobierno atravesará votaciones y largos cauces burocráticos.
La puerta cerrada
Todas las partidas de las nuevas cuentas amenazan con evaporarse mientras Vox siga enrocado en su única condición. «No vamos a apoyar unos presupuestos que incluyen más de 400 millones de euros recaudados a base del latrocinio que suponen las multas y las restricciones [del Madrid Central de Almeida]», zanjó Ortega Smith una semana después de que el regidor hiciera un guiño a sus pretensiones. El alcalde anunció una moratoria para los transportistas con camiones ligeros y etiqueta medioambiental B, que podrán acceder al corazón de la ciudad durante un año más, hasta el 31 de diciembre de 2023.
Esa medida será uno de los grandes puntos del pleno de mañana, el último del año —si no se convoca 'in extremis' uno extraordinario para los presupuestos—, ya que la moratoria se introduce como una enmienda (vía disposición transitoria) en la nueva ordenanza de Limpieza que votarán los partidos. Vox ha confirmado que dará su 'sí'; de momento, el único, porque el tenso tira y afloja, el continuo cerrazón de Ortega Smith contra las acusaciones de Almeida de «bloquear la ciudad», estalló el pasado jueves.
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Alcalde y vicealcaldesa, Begoña Villacís, dispararon: «Vox es garantía de volatilidad», «vienen a hacer el gamberro», «se está demostrando como el peor partido para hacer política», «Ortega Smith es la versión sanchista [del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez] del “no es no”». Un último intento por presionar al grupo que rozó el 8% de los votos en las elecciones y sumó cuatro concejales que han sido clave tanto para desatascar como atascar todos los presupuestos de la era Almeida.
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