MADRID
Un policía fuera de servicio salva a un hombre que cayó a las vías del Metro
Apenas lleva dos meses en en el Cuerpo y, en el momento del suceso, estaba fuera de servicio, de compras con su novia
Puerta del Ángel. El héroe se llama Ángel. Y, desde luego, se comportó como un verdadero ángel de la guarda: un policía nacional, recién incorporado al Cuerpo y que estaba fuera de servicio, salvó a un hombre de una muerte segura tras sacarlo de las vías y de los ejes de un tren de la línea 6. El agente quiere mantenerse lejos de los «flashes» y ha declinado hablar con los medios de comunicación.
Sin embargo, esta es la historia de lo que ocurrió ayer por la mañana, un viernes más para los ciudadanos que bajan al suburbano a desplazarse al centro. Línea 6. Alrededor de una quincena de personas se encuentra en uno de los andenes de la estación de Puerta del Ángel. En el de enfrente, puede verse a un varón, español y de 41 años, en una extraña actitud.
El hombre apoya su espalda sobre la pared, entre el cartel con el itinerario de la línea y el acceso al andén. Parece que dormita, como si tuviera sus facultades alteradas por la ingesta de alcohol, alguna sustancia estupefaciente o quizá una medicina. Es algo que tendrá que ser determinado en los próximos días, si es que el asunto es fruto de más indagaciones. Tampoco se descarta, aunque es un extremo mucho menos probable, que estuviese sufriendo algún tipo de indisposición.
Caminando hacia atrás
Como si de un cangrejo humano se tratara, el hombre comienza a caminar, lentamente, de espaldas. Se apoya con su brazo izquierdo sobre la pared. No sabemos si es que acaba de despertarse o es que se percata, pese a su precario estado, de que el tren está próximo a llegar. Viste cazadora y zapatillas blancas, de tipo deportivo. Comienza a dar cambaladas, se mete las manos en los bolsillos, cruza una pierna delante de la otra, vuelve sobre sus pasos... Y ya hay algunas personas que, desde el otro andén, le miran como pensando: «Veremos cómo termina ése». En su vagar, el hombre se dirige peligrosamente al borde del andén, cuando en el luminoso avisan de que falta un minuto para que el siguiente convoy llegue. El letrero cambia: el próximo tren está a punto de entrar en la estación. En ese momento, el hombre da un paso hacia atrás, y otro, y otro... Rebasa la marca de seguridad del filo del andén y, como el plomo, cae.
Su espalda choca con las vías y, casi al mismo instante, comienzan las escenas de pánico entre quienes se han percatado de lo ocurrido. «¡Socorro! ¡Que se ha caído!», gritan unos y otros. El hombre, dolorido, se retuerce como un animalillo indefenso, consternado por la caída y por su estado previo, además, claro está, de por el enorme susto que debe de tener metido en el cuerpo. Las cámaras de seguridad del andén captan a la perfección la secuencia de los hechos. La gente va de un lado a otro del andén, los hay que salen en busca de ayuda, otros miran si hay algún tipo de dispositivo para pedir auxilio... Como si de una parada de la EMT se tratara, algunas viajeras, desesperadas, lanzan gritos y hacen aspavientos con sus brazos queriendo alertar al conductor del coche que está a punto de entrar en la estación y de llevarse por delante al malherido.
Pero, entre el gentío, surge el milagro. Es Ángel, un joven de 30 años que juró su cargo como policía nacional el pasado octubre, hace menos de dos meses. Pertenece a la Promoción XXIV-B y comenzó a trabajar hace menos de un mes. Está destinado al área de Gestión Económica y Técnica de los servicios centrales de la Dirección General de la Policía.
A esa hora, las 11.20, se dirige con su novia a realizar algunas compras navideñas. Pero, lo que no sabía realmente, es que a donde se dirigía era a salvar una vida poniendo la suya propia en evidente peligro. Porque salta a las vías con una tranquilidad pasmosa y, casi de manera instintiva, agarra al hombre tirado y evita que sea arrollado por sólo unas décimas de segundo. Luego, lo toma en brazos y, tras un tropezón, lo saca del andén.
El Samur-Protección Civil acudió al lugar y estabilizó al herido, que presentaba diversas contusiones. Fue llevado al Hospital Clínico, para su completa recuperación.
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