El Pleno municipal de Madrid autoriza a Andrea Levy a publicar un libro sobre su enfermedad
La antigua vicesecretaria del PP nacional y delegada de Cultura del ayuntamiento vive ahora en segunda fila política
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¿Qué fue de Andrea Levy? La que fuera una de las dirigentes del PP con más proyección atraviesa una especie de travesía en el desierto de la política, al pasar de la primera línea a un lugar bastante discreto, como concejal de distrito de Retiro, alejada del mundanal ruido del debate de los partidos. Levy ha vuelto a ser noticia este lunes, después de que el Pleno municipal de Madrid aceptara su petición para compatibilizar su puesto en el distrito con la actividad de escribir y publicar. En concreto, Levy prepara un libro sobre su vida con la enfermedad que padece, fibromialgia.
Hubo un tiempo en que Andrea Levy, nacida en Barcelona en 1984, fue una de las jóvenes promesas del PP catalán y por extensión del nacional. Jorge Moragas se trajo a la diputada del Parlamento catalán al equipo de Mariano Rajoy en Génova como vicesecretaria general de Estudios y Programas y Pablo Casado la mantuvo después en su núcleo duro y como presidenta del Comité de Derechos y Garantías del partido, hasta que presentó su dimisión el 22 de febrero de 2022, en plena explosión interna por la guerra del entonces presidente del partido contra Isabel Díaz Ayuso. Justo antes, Levy fue la firmante del expediente informativo interno que se abrió a la presidenta de la Comunidad de Madrid en aquella guerra, y algunos creen, dentro del mundo popular madrileño, que ese hecho marcaría ya su futuro político, por mucho que después diera carpetazo el informe.
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Casado la situó como número dos en la candidatura de un desconocido Almeida en las elecciones municipales de Madrid en 2019, y más tarde sería nombrada delegada de Cultura, por influencia del presidente nacional del partido, con quien mantenía una buena relación. Algo que no se podía decir respecto al alcalde de Madrid, con quien nunca tuvo una sintonía especial.
La caída de Casado y de Teodoro García Egea la arrastraría a ella a la larga, como ocurrió con otros dirigentes del PP de aquella época. Quienes la conocen bien, aseguran que su relación con Ayuso es buena, y atribuyen su caída a la segunda fila política municipal a una decisión personal de Almeida. Algunas fuentes comentan, sin embargo, que Ayuso barajó llevarla en la lista a la Asamblea de Madrid, para evitar que Almeida le diera un cargo. Finalmente se presentó en la candidatura municipal, pero cayó al puesto número 13, detrás de otros nombres que Ayuso, como presidenta del partido en Madrid, había colocado por delante, con el visto bueno de Almeida. El alcalde, más tarde, conocedor directo de la situación interna del PP de Madrid, optó por relegarla a una concejalía de distrito.
«Está tranquila, ha asumido el papel que le corresponde ahora, se limita a la gestión y está a la espera de que le llegue una mejor oportunidad», comentan en su entorno, donde reconocen que a Levy siempre le gustó y le motivó mucho más la política de «altura», el debate político madrileño, pero sobre todo el nacional, que la gestión de calle. Y recuerdan que se maneja especialmente bien en las tertulias televisivas, como se vio sobre todo en aquellos tiempos del PP en los que dar la cara no estaba al alcance de todos.
En el PP de Madrid hay quien sostiene que Levy ha quedado «descolgada», sin una «familia» clara, y en el equipo de Alberto Núñez Feijóo tampoco se cuenta con ella. Ante esta situación, podría pensarse que una de sus salidas podría ser volver a Barcelona y al PP catalán, en un momento clave para este partido. Pero su respuesta es un tajante «no».
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