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Medio siglo del horror en la calle del Correo, el primer atentado masivo de ETA

El 13 de septiembre se cumplen 50 años de la explosión en la cafetería Rolando, que se saldó con 13 muertos y más de 70 heridos

La historia de ETA en cifras: 853 asesinatos, 3.500 atentados y más de 7.000 víctimas

La cafetería, tras el atentado, en 1974. En la imagen pequeña, la calle del Correo, ayer Archivo ABC/TANIA SIEIRA
Sara Medialdea

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En la carrera infernal de la banda ETA, algunos de sus zarpazos han tenido un plus de crueldad. Uno de ellos fue sin duda la bomba que hizo estallar en la cafetería Rolando, situada en la calle del Correo número 4. Fue su primer atentado masivo e indiscriminado, y afectó principalmente a población civil: su balance fue de 13 fallecidos –once en el acto y dos más posteriormente, a consecuencia de las heridas– y más de 70 heridos. El 13 de septiembre se cumplen 50 años de aquel horror, y con este motivo, la Fundación Víctimas del Terrorismo abre la exposición 'Cincuenta fotos para la memoria'. Precisamente por eso: para recordar.

Antonio y María Jesús, mecánico él y telefonista ella, estaban en Madrid aquel día de 1974 pasando su luna de miel: se habían casado seis días antes. Manuel, camarero de 26 años, y Gerardo, su compañero en Rolando, fallecieron en el atentado, al igual que Francisco, cocinero de 31 años. La estudiante María Ángeles, de 20, tuvo la mala suerte de entrar con unas amigas para comer; e igual le ocurrió a Antonio, ferroviario (55 años), al matrimonio formado por el panadero Baldomero y Josefina, ama de casa; a Concepción, administrativa de 65 años, a Luis, de 78, agente comercial jubilado que quedó allí con un cliente; o a la maestra Francisca, de 45 años, que ejercía en Valdepeñas pero ese día estaba en Madrid de compras y había quedado a comer con su prima.

Al parecer, los terroristas eligieron este lugar porque estaba muy cerca de la Dirección General de Seguridad, que estaba aposentada en la Real Casa de Correos. Pero como ésta era inaccesible, pensaron que la cafetería Rolando, donde acudían muchos policías por su cercanía a la DGS –apenas tenían que cruzar la calle–, sería una buena alternativa. No tuvieron en consideración que estaban al lado de la Puerta del Sol, y que muchos otros ciudadanos entraban allí de forma habitual. O no les importó. De las 13 víctimas mortales, sólo uno fue un inspector de la Policía Nacional, Félix, 46 años, que murió dos años y medio después del atentado a consecuencia de las heridas sufridas en él. Entre los más de 70 heridos sí hubo agentes y personal administrativo que trabajaba en la DGS.

La Fundación Víctimas del Terrorismo, en colaboración con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, y con la ayuda de la agencia EFE, han dado forma a la exposición que abrirá sus puertas este septiembre para que nadie olvide, en su 50 aniversario, el horror que se vivió en la calle del Correo aquel día.

Era viernes. Las investigaciones posteriores determinaron que dos etarras, Bernat y María, entraron en la cafetería portando un maletín en el que había 30 kilos de explosivos y tuercas de 2 centímetros de diámetro. Se sentaron en una mesa del comedor y al rato se fueron, dejando allí su letal carga. Poco después, sobre las 14.30 horas, en plena hora de la comida y con el establecimiento lleno, la bomba explotó.

La muestra, 'Cincuenta imágenes para la memoria', estará abierta del 9 al 15 de septiembre en la Real Casa de Postas (plaza de Pontejos, 3). En ella se repasan los inicios de la organización, sus primeros atentados, la respuesta del aparato del Estado, hechos destacados como el consejo de guerra de Burgos o el atentado contra el almirante Carrero Blanco. Y lo ocurrido en la calle del Correo.

Fue, recuerdan los responsables de la exposición, la primera vez que ETA atentaba contra población civil de forma indiscriminada. La onda expansiva de la fortísima explosión hizo caer el techo del restaurante, que aplastó a sus ocupantes. Y se dejó sentir también en el local vecino. Fue el atentado con mayor número de víctimas mortales provocado por ETA hasta ese momento.

La exposición In Memoriam está formada por medio centenar de fotografías seleccionadas del fondo documental de la Agencia EFE, junto con imágenes de las víctimas mortales de aquel brutal atentado, cedidas por sus familiares. Se acompañan también por las portadas de los periódicos de la época, que recogieron el horror ante lo sucedido y el altísimo número de ciudadanos muertos o heridos por efecto de la explosión.

Además, como complementos expositivos, se reproducirá un vídeo informativo, con imágenes cedidas por RTVE, sobre lo acontecido aquel día en Madrid, y un podcast con testimonios de cuatro víctimas del atentado.

No lo reivindicó

La exposición muestra los antecedentes de los hechos, el atentado, las víctimas y sus circunstancias personales, con detalles humanos estremecedores, y lo ocurrido en la investigación policial en relación con estos hechos: los detenidos, los amnistiados más tarde y las consecuencias de todo lo ocurrido.

Cada uno de estos apartados está ilustrado con fotografías que, junto con sus pies de fotos explicativos, ayudan a comprender lo sucedido y sus implicaciones.

Este atentado de la calle del Correo tiene el triste récord de haber sido, cuando tuvo lugar, el que provocó un mayor número de muertes entre los ciudadanos. Sólo lo superó, años después, otro gran atentado indiscriminado de ETA, el cometido en el Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987, donde resultaron muertas 21 personas y otras 45 sufrieron heridas de diversa consideración.

Incluso la dirección de ETA se vio sorprendida por la gravedad del atentado cometido, y por el número de civiles que habían sido víctimas del ataque; se sabe –indican en la exposición– que los hechos dieron lugar a un agrio debate interno, y que finalmente se decidió no responsabilizarse de lo ocurrido.

La organización terrorista tardó más de 40 años en reconocer su responsabilidad en el atentado de la cafetería Rolando. Lo hizo en su último Zutabe –boletín interno de la banda–, que se publicó antes de su disolución en 2018. En el mismo, la banda terrorista admitió la autoría de dos atentados no reivindicados hasta ese momento: el asesinato de tres personas en Tolosa (Guipúzcoa) en 1981, a las que confundió con policías, y el atentado contra la cafetería Rolando en 1974.

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