Lobato marca su espacio en Madrid tras el último batacazo del PSOE
El secretario general de los socialistas madrileños ha evitado etiquetarse dentro de su partido, ni sanchista ni disidente, y ha reclamado tiempo para consolidarse
La estrategia «libre» de Lobato en Madrid despierta recelos en el PSOE
![El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/21/juan-lobato-RKRCswrTMlnN2mKYHLPmUVM-1200x840@diario_abc.jpg)
Ni sanchista ni disidente dentro del PSOE. Juan Lobato ha dejado claro esta semana que no quiere etiquetarse, sino centrarse en trabajar para crear una alternativa al PP de Ayuso en Madrid. Y para ello quiere tiempo. El secretario general del PSOE en Madrid ha vuelto a marcar perfil propio en su partido ... , después del resultado en las elecciones del domingo en Galicia, «malo sin paliativos», y ha aprovechado para reivindicar su trabajo y el de otros dirigentes regionales socialistas en sus respectivos territorios, donde reclama, sobre todo, que se mantenga la apuesta por ellos en el tiempo.
Juan Lobato llegó a la secretaría general del PSOE de Madrid en octubre de 2021, una apuesta arriesgada en unas circunstancias muy complicadas para su partido, cuando acababa de quedar relegado a la tercera posición en la Asamblea y había perdido incluso el puesto honorífico como primer partido de la oposición. El líder socialista madrileño, que llegaba desde la política municipal y dejaba atrás una mayoría absoluta como alcalde de Soto del Real, trató de dar un estilo propio a su partido, lejos de la polarización y con la mano tendida al PP de Ayuso para lograr acuerdos en distintos ámbitos, lo que no acabó de encajar en la dinámica general de la política en España, ni de su propia formación política, en busca permanente de choques frontales con la derecha.
Lobato se está prodigando esta semana en la defensa del trabajo de los dirigentes regionales del PSOE, justo después del último batacazo del partido, el domingo en Galicia, que ha dejado achicharrado al candidato socialista en esa comunidad. El líder socialista madrileño ha optado por marcar bien su territorio en Madrid, reivindicar el trabajo que está llevando a cabo para consolidar una alternativa frente a «súper Ayuso», como la llamó en Onda Cero, y defender sobre todo que para lograr un proyecto creíble los dirigentes autonómicos necesitan tiempo y coherencia, que el partido crea y confíe en ellos: «Hay que mantener las apuestas y ser coherentes, la gente lo valora».
Pocas horas después de la jornada electoral gallega, Lobato ya estaba perfilando un discurso propio. Pidió autocrítica a su partido para recuperar la «confianza, la simpatía y el apoyo» de una mayoría, algo que, subrayó, el PSOE ha perdido en los últimos tiempos. Y remarcó la clave del resultado del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), que quedó muy por delante del PSOE: su candidata, Ana Pontón, se presentaba por tercera vez y eso le permitió trabajar «con consistencia». Precisamente, Lobato también tuvo que presentarse tres veces para ser alcalde en Soto del Real y acabó logrando el 60 por ciento de los votos. Mantener la apuesta, insistió, tiene premio. Un mensaje que podía ir dirigido a cualquier candidato en cualquier comunidad, pero que evidentemente le afectaba a él de lleno.
Apenas ha superado los dos años al frente del PSOE de Madrid, pero en algunos sectores de su partido ya empiezan a surgir voces críticas por su estrategia, en la que combina la oposición firme contra Ayuso con la mano tendida para alcanzar acuerdos, y con propuestas que luego, según presume, son asumidas por el Gobierno regional, como la de tener los colegios abiertos durante 11 meses, para facilitar la conciliación familiar.
Para despejar cualquier duda, Lobato se puso un plazo para su etapa en la política madrileña: «Diez o quince años». «En Madrid se premia el compromiso, la gente tiene que ver que vamos en serio, y eso requiere que se aguanten las apuestas que se hacen, que los buenos candidatos puedan hacer su trabajo». Todo un aviso para los que ya piensan en moverle la silla, y también para los que sitúan su límite en las próximas elecciones autonómicas, las de mayo de 2027.
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