Qué se juega cada partido político en Madrid el 28M
El PP busca la absoluta para ser el contrapeso de Sánchez; CS lucha por sobrevivir; el PSOE aspira a recuperar el liderazgo de la izquierda; UP busca ser la llave; Vox se juega seguir siendo decisivo y Más Madrid quiere ser la alternativa
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El Partido Popular llegó al final de la campaña electoral en un ambiente de máximo optimismo, por méritos propios pero también por los errores de los adversarios, que le han allanado aún más el camino para la mayoría absoluta. Este es el objetivo que Isabel Díaz Ayuso ... y José Luis Martínez-Almeida creen tener al alcance de la mano. Desde el primer día, el PP planteó estas elecciones municipales y autonómicas como una disyuntiva: «Sánchez o España», con un discurso nacional que ha situado el foco en el sanchismo y en la posición de la Comunidad de Madrid como una especie de 'aldea gala' que resiste a las políticas sanchistas. Anoche, en el mitin de cierre, dieron vía libre a la euforia, pese a los llamamientos insistentes a no confiarse y votar este domingo.
En la Comunidad de Madrid, la presidenta madrileña espera alcanzar y superar los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta y dejar de depender así de los votos de Vox, que en la pasada legislatura le bloqueó los Presupuestos. Ayuso ha marcado el ritmo político desde la fiesta del Día de la Comunidad de Madrid, cuando paró los pies al autoinvitado Félix Bolaños. En la campaña condicionó el debate sobre Bildu al pedir su ilegalización y la campaña de acoso de la izquierda contra ella se ha vuelto como un búmeran contra sus autores y han acentuado la victimización de Ayuso y la concentración del voto en torno a su candidatura.
Balcón de Génova
En el Ayuntamiento de Madrid, Almeida, que perdió las elecciones en 2019 pero pudo ser alcalde gracias a los votos de Ciudadanos y de Vox, aspira como mínimo a superar en número de concejales a la izquierda, lo que le permitiría ser alcalde al encabezar la lista más votada, como permite la ley electoral. En la última semana de la campaña los populares han visto más cerca el concejal número 29, el que da la absoluta en el ayuntamiento. Si Unidas Podemos no consigue superar la barrera del 5 por ciento y se queda fuera del ayuntamiento, esa mayoría del PP estaría prácticamente asegurada.
Los mensajes de Ayuso y Almeida en las últimas horas de campaña fueron dirigidos a llamar a una movilización masiva y a una concentración del voto a derecha e izquierda del Partido Popular, para sumar fuerzas, frenar a Sánchez y poder salir al balcón de Génova mañana por la noche junto a Feijóo, para aupar al líder del PP a La Moncloa a finales de año. Los populares quieren hacer una exhibición de unidad en la tradicional escena del balcón.
PSOE
El PSOE de Juan Lobato, a la sombra del sanchismo, aspira a recuperar su lugar
Juan Lobato tiene paciencia, y edad para tenerla. Es el cartel electoral del PSOE para la Asamblea, junto a Reyes Maroto, la ex ministra que quiere ser alcaldesa de Madrid. Ambos saben que lo tienen difícil: las encuestas no permiten muchas alegrías en la sede socialista, que cierra una campaña complicada por la fuerte implicación nacional y el peso de la figura de Pedro Sánchez, que ha opacado en parte a sus cabezas de cartel.
Lobato se hizo cargo del partido en Madrid tras el huracán Ayuso de 2021 y en el momento más bajo del PSOE. Desde entonces, tacita a tacita, ha ido recuperando espacio y en su círculo aseguran que han conseguido mejorar en muchos puntos los malísimos datos que se encontraron.
Durante esta campaña, ha sido el candidato más arropado por ministros que se recuerda: prácticamente cada dos días le acompañaba alguno a sus actos. Las urnas demostrarán el día 28M si apoyarse en las políticas del Gobierno de España le suma lo suficiente a su candidatura, o si por el contrario ha calado el mensaje conservador de que Pedro Sánchez perjudica a Madrid.
Devolver el golpe
En todo caso, el primer reto de Juan Lobato de cara al 28M es devolver al PSOE a la posición de líder de la oposición, de la que le desbancó Más Madrid por apenas 4.000 votos en las últimas elecciones autonómicas. Eso le permitiría también encabezar cualquier negociación futura para posibles gobiernos alternativos, si las urnas lo permitieran.
Reyes Maroto tiene un difícil papel por delante, dado el poco tiempo que lleva como candidata y lo poco que la conocen los madrileños. En cuanto a resultados, a poco que tire ella o las siglas que representa, conseguirá mejorar a su antecesor, Pepu Hernández, una apuesta personal de Pedro Sánchez que no terminó de funcionar en las urnas.
En la corona metropolitana, el PSOE mide su fuerza en los grandes ayuntamientos que gobierna, algunos desde hace décadas: Fuenlabrada, Móstoles, Getafe, Parla, Leganés, Alcalá de Henares... Ahí se jugará otra de las grandes bazas la noche del 28M.
Más Madrid
Más Madrid: sus dos candidatas quieren ser la alternativa en Sol y en Cibeles
Mónica García, la cabeza de lista de Más Madrid en la Comunidad, dio la sorpresa hace dos años, cuando logró adelantar al PSOE y convertirse en la líder de la oposición. Rita Maestre, número 1 de Más Madrid para el ayuntamiento de la capital, liga su nombre irremediablemente al de Manuela Carmena, de la que fue portavoz durante cuatro años y con la que ganó las elecciones en 2019, para ver cómo un pacto de PP, Cs y Vox la dejaba en la oposición durante cuatro años. Ahora, ambas quieren revalidar su liderazgo y convertirse en alternativa –a corto o medio plazo– para los gobiernos regional y local.
Ilusión y fuerza es lo que ha caracterizado la campaña de Más Madrid. Muchos actos conjuntos de ambas candidatas, que abrieron y cerraron juntas, como principales referentes de su formación en Madrid, superando probablemente en peso a un desdibujado Íñigo Errejón.
Millón
La primera lectura de los resultados del 28M en el caso de Más Madrid será en clave de posición: habrá que ver si vuelven a ser la segunda fuerza, por delante del PSOE. En 2021 lograron sumar algo más de 600.000 votos; ahora Mónica García quiere alcanzar el millón de sufragios. Lograrlo –o acercarse– la situaría como cabeza indudable de la oposición, pero también de cualquier posible alternativa a los gobiernos populares en la Comunidad de Madrid. Que sólo podrían salir de una coalición entre fuerzas de izquierda.
Pero además, este resultado consolidaría a Mónica García como líder indiscutible y 'baronesa' de la formación. Por contra, si no consiguiera revalidar esa segunda plaza, y quedara por detrás de Lobato, sería indicio de que puede haber tocado techo.
Rita Maestre necesitará también de otras fuerzas para arrebatar el sillón de regidor a Martínez-Almeida. Y está abierta a prácticamente todas –excepto Vox–: sería posible un pacto con PSOE y Unidas Podemos, y también con Ciudadanos si Begoña Villacís consiguiera representación en el Consistorio.
Maestre ha jugado la carta de Manuela Carmena, que la ha ayudado incluso personalmente en la campaña. Pero en su contra juega de nuevo la división de la izquierda: no sólo compite por los votos con el PSOE, sino también con Unidas Podemos, que en esta ocasión ha presentado su propio candidato. Y verá también arañar algún apoyo a los que fueron sus compañeros de filas en el mandato de Carmena, Luis Cueto (ex coordinador general de Alcaldía) y José Manuel Calvo (ex concejal de Urbanismo), que se presentan bajo las siglas de Profesionales-Recupera Madrid.
Extenderse
La experiencia pasada indica que en ocasiones, los votos que van a estas opciones alternativas no son suficientes para darles representación –necesitan un mínimo del 5 por ciento– pero sí bastan para que otros partidos pierdan algún acta o escaño cruciales para lograr una mayoría suficiente.
Más allá de la capital, Más Madrid aún tiene que crecer y extenderse geográficamente; de momento, presenta candidaturas a una sesentena de municipios, entre ellos los de mayor población. Y ha apostado fuerte por algunos de ellos, como el caso de Móstoles, donde lleva de cabeza de cartel a su diputado regional Emilio Delgado. Meter la cabeza en el 'cinturón rojo' sería avanzar un paso más en esa estrategia de ir ocupando paulatinamente el espacio que en otro tiempo cubría el PSOE.
Vox
Monasterio y Ortega se juegan seguir siendo decisivos en la Comunidad y el ayuntamiento
José Luis Martínez-Almeida recordó esta misma semana que es alcalde gracias a los votos de Vox. Y se lo agradeció. También Isabel Díaz Ayuso fue presidenta en 2019 gracias a ese partido. Luego, en 2021 siguió siendo decisivo en la Comunidad, después de las autonómicas que se celebraron el 4 de mayo ese año, y condicionó las políticas de Ayuso, tanto que bloqueó los Presupuestos regionales.
Uno de los peores escenarios de Vox el 28M es que Ayuso y Almeida alcancen la mayoría absoluta y deje de ser necesario para gobernar. Pasarían de ser imprescindibles a ocupar un lugar mucho más irrelevante en la Asamblea y en el pleno municipal, afrontarían una travesía en el desierto de cuatro años en la que perderían el protagonismo del que han gozado estos años.
Por eso, el objetivo de Rocío Monasterio en la Comunidad y de Javier Ortega Smith en el ayuntamiento es mantener fiel a su electorado, evitar la fuga de votos hacia el Partido Popular y frenar el ensanchamiento de esta formación para que Vox siga siendo imprescindible en cualquier gobierno de la derecha.
No lo tienen fácil, porque en esta región Vox tiene menos respaldo ciudadano que en otros puntos de España, en parte porque el partido que lidera Ayuso en Madrid ha conseguido atraer a una parte del votante más a su derecha. En las municipales de 2019, Vox llegó al 7,63 por ciento de voto, con cuatro concejales. En las autonómicas de 2021, alcanzó el 9,13 por ciento de los votos. La incógnita es si este partido ha tocado techo en Madrid o puede romperlo y seguir creciendo.
El reto: diferenciarse
Uno de los retos de Vox durante la campaña ha sido marcar y defender su espacio político. Una tarea difícil en una región donde Ayuso sí está dispuesta a dar la batalla cultural, al contrario que otros barones del PP. Pero hay señas de identidad que por ahora Vox mantiene como suyas: la lucha contra el aborto, contra la eutanasia, contra la ley trans, contra las leyes LGTBI y, en general, contra la 'moderación' que observa en el PP de Feijóo. A todo ello se suma una política muy beligerante contra la inmigración ilegal que le distancia del PP, partido contra el que ha volcado buena parte de su estrategia de la campaña para impedir un trasvase de voto y hacerse un hueco en ese terreno de la derecha.
Ciudadanos
CS lucha por sobrevivir y desmentir las encuestas
Al menos, Begoña Villacís ha tenido el escaparate del ayuntamiento como vicealcadesa de Madrid para promocionar su candidatura municipal y tener presencia en los medios. ¿Pero alguien sabe quién es la candidata de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid? Seguramente las manos que se levanten serán muy pocas. Se llama Aruca Gómez y ni siquiera pudo darse a conocer en el debate electoral de Telemadrid, donde no fue invitada por no tener representación parlamentaria.
Salvo sorpresa mayúscula, Ciudadanos parece condenado a su desaparición práctica en las principales instituciones de Madrid. Su objetivo es llegar a esa barrera mínima del 5 por ciento, pero parte de una posición muy lejana, en torno al 2 por ciento, y no parece que la campaña le haya servido para subir, sino todo lo contrario. El objetivo de Ciudadanos es desmentir a todos, a las encuestas, a sus adversarios y a los medios de comunicación que le han dado por muerto antes de serlo.
En la Comunidad lo tiene muy difícil, y tras una campaña polarizada, en la que el bipartidismo ha recuperado buena parte de su protagonismo en el conjunto de España, más todavía. El voto del centro-derecha se ha agrupado en el PP y en menor medida en Vox, pero cuando un espacio se fragmenta en dos y no en tres, sale fortalecido.
En el Ayuntamiento, Villacís juega la baza de su popularidad entre los madrileños, pero tiene en contra la marca electoral. En el caso hipotético, y casi milagroso, de que entrara, Almeida tendría realmente difícil ser alcalde en solitario.
Unidas Podemos
UP, en sus horas más bajas, busca ser la llave
Sobrevivir. Esa es la clave para Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid. Y en su caso, esto va unido a la posibilidad de convertirse en llave de gobierno, según las circunstancias. Y ellos lo saben: es una carrera a todo o nada.
Tal vez por eso, la campaña de la formación morada se ha ido endureciendo a medida que avanzaba: las lonas con la cara del hermano de Díaz Ayuso, o la entrega del libro que escribió el ex consejero regional sobre las muertes en las residencias a la presidenta Díaz Ayuso en el debate electoral, son sólo dos ejemplos de esta estrategia. Que podría haber funcionado: las encuestas comenzaban la campaña situando a Unidas Podemos fuera de las instituciones y ya la colocan por encima del 5 por ciento de votos, esto es, con representación tanto en la Asamblea como en el Ayuntamiento de la capital.
Ayuda al PP
Si lo logran, sus votos podrían darles una relevancia inusitada. Hasta el punto de que estarían en condiciones de ser la llave del Gobierno municipal, si sumaran una mayoría suficiente con Más Madrid y PSOE. En la Comunidad es un escenario menos probable, dada la fortaleza que hasta ahora ha demostrado Díaz Ayuso –que en 2021 acumuló más votos que las tres formaciones de izquierda juntas–.
En todo caso, si finalmente los sondeos fallaran y los candidatos de Unidas Podemos no entraran en las instituciones, se daría la paradoja de que al desaparecer, ayudarían al PP a conseguir la mayoría absoluta. En caso de no llegar al 5 por ciento, los 7 diputados que se otorgan por ese porcentaje de votos se repartirían entre las otras formaciones. Y auparían a los populares hasta la victoria.
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