Un joven acude a un piso a una fiesta y termina torturado y secuestrado: «Me apuntaron con una pistola en la boca»

Lo que parecía un apacible día para Moisés, un paraguayo de 35 años, que se encontraba pasando el rato parque Paraíso, en el distrito de San Blas-Canillejas, se tornó en un auténtico infierno. Todo sucedió a finales del mes de abril, cuando según ha relatado este hombre, fue abordado por una pareja, quienes lo convencieron de asistir a una fiesta en su piso situado cerca de allí, en la calle Hermanos García Noblejas.

Comenzó el tormento. Acababa de ser secuestrado. El joven entró en la casa y estuvo con cuatro hombres y dos mujeres en un ambiente festivo. Pero poco más tarde empezó su calvario. «Les veo, me levantan la mano, me saludan y nos acercamos los dos. Me dicen 'vamos a un piso', ero todo bueno de risa, fumándonos cigarros...», ha narrado Moisés. Cuando llegaron a la casa todo cambió: «Cuando entro veo a una mujer en la oscuridad y me meten en la primera habitación a la izquierda».

«Tras mucho forcejo lograron atarme... El objetivo de ellos era que les diese el dinero. Recibí todo tipo de torturas: patadas, puñetazos, me golpearon con una escopeta y me pusieron una pistola en la boca», ha relatado Moisés en el prgrama 'TardeAR'. «Yo llevaba 1.350 euros entre mis tarjetas... Él lo encontró y se enojó bastante y ahí empezaron los golpes», ha contado. Lo cierto es que Moisés ha reconocido que conocía de vista a estos individuos: «Era una pareja que habíamos hablado en dos ocasiones, era conocidos, les conocía y eran del barrio».

Según ha trasladado el abogado de Moisés a Ana Rosa, las cinco personas que fueron detenidas por estos hechos, secuestro y tortura, están involucradas: «Las cinco personas que estaban en la vivienda se detuvieron y están en la cárcel en la actualidad». Al parecer habría más víctimas anteriores a Moisés y se ha abierto una investigación porque han encontrado pasaportes y documentos que no deberían estar ahí: «Desconocemos si puede haber más victimas o sino».

Los arrestados, de edades comprendidas entre los 32 y 55 años, están acusados de detención ilegal, robo y tentativa de homicidio.