LAPISABIEN
Lo que sale al sol
Hoy Atocha es un puerto seco de la muerte
Mi capital del mundo
Después de la tormenta salió un sol como de mayo, picajoso. Íbamos contando muertos en el sur, en el Levante. Llorando mientras se teclea. Y nadie ya nos quitará en la ciudad la pena negra de lo que hemos visto.
El sol salió ... en Madrid, el sol sale para todos que dice Antonio Soler refiriéndose a unos ultramarinos de detrás de la Gran Vía. Hay días en que escribir se hace duro.
Las calabazas y las telas de arañas sintéticas, esa burla a la muerte de la ciudad, son un recordatorio de nuestra debilidad. Del ser contra la nada.
Y sí, el clima ha cambiado. Hubo nieve en algunos altos en todas las latitudes de España, y creímos que volvíamos al refranero, pero no. Enciende uno el televisor y es la catástrofe que más duele: y duele desde esta ciudad porque ya la empieza a vivir.
Esta DANA nos ha quitado la edad de la inocencia así, a tenazón. Un golpazo de realidad hoy, ayer, que los termómetros se han disparado en la capital. Yo llevo por una calle Princesa, donde se han secado ya los charcos, un luto, un abriguillo de entretiempo con una insignia que, por un reportaje, me regaló un bombero.
Nadie sabe nada ante la catástrofe. Nadie nos preparó para que el cielo, en ese camino que hemos transitado tanto rumbo al mar, nos sacudiera de la peor manera.
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Yo, en la antigua casa materna, he visto el mar hacerse un tifón. Escuchar el rugido del oleaje.
Sentir la larga carretera a Barcelona inundada. Hoy Atocha es un puerto seco de la muerte. Hoy, que me disculpen la tristeza.
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