LAPISABIEN
El 'Forqué' de Garci
Cuando en las peluquerías de Princesa los hombres íbamos como a la Academia de Platón a hablar de fútbol, de boxeo
Cenas reportajeadas
![El director José Luis Garci](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/12/1488365501-RXEG8MEtcnuOVxPUd54H1zO-1200x840@diario_abc.jpg)
Cualquier día es bueno para homenajear a Garci, que es lo mismo que decir a todas las potencias del hombre, que es lo mismo que decir que al mejor Madrid.
Garci recibe el 'Forqué' este sábado y nos sale aquí una excusa pintiparada para ... el último clásico, el último divulgador de ese cine que, antes de las chuminadas del 'streaming', nos metía en esas iglesias laicas de los cines en sesión doble. Olía a desinfectante, los hombres llevaban gabardina, Hollywood no era el paraíso 'woke' que es hoy. Éramos más libres.
Garci sabe que al cine hay que ir como al teatro, con un ritual previo. Hablo con él bastante, y es el epítome del madrileño culto que pasea por el Retiro, es memoria lúcida del Atlético, recuerda a su 'hermano' Alcántara y no se le va esa mueca de media sonrisa que tanto tiene de memoria. A Garci el callejero de Madrid le debe una placa: en la Gran Vía, en Narváez, donde él quiera.
Garci resume en sí todo lo que quisimos ser cuando llegamos a esta ciudad. Una ciudad que vivimos, pese al tiempo que transcurre en los calendarios, en un momento muy concreto: los cincuenta. Cuando la Gran Vía era, y me reitero, Nueva York. Cuando llevaban casco los municipales y las cafeterías cerraban tarde con camareros conversadores de 'los Carabancheles'. Cuando en las peluquerías de Princesa los varones íbamos como a la Academia de Platón a hablar de fútbol, de boxeo.
En ese Madrid resonaban los versos a media noche en el Café Varela y afuera brujuleaban torerillos de provincias. Y llegaba San Isidro y no había 'cayetanos' repeinados, sino señores y señoras bien vestidos, con gafas de sol, y en la plaza dejaban memoria dulce de sí.
José Luis Garci es el cine, la literatura, el columnismo. Una trinidad por la que merece la pena la vida. Hay que hablar de él, y a menudo lo hacemos. Hoy es de esos días.
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