El Jarama, un río de toallitas convertido en vertedero
Vecinos y ecologistas alertan del estado «deplorable» del cauce a su paso por San Fernando de Henares
Ayuntamiento y Canal de Isabel II aseguran que la limpieza del entorno comenzará en abril
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Atravesando la Comunidad de Madrid de norte a sur, el Jarama es el río más largo que recorre la región. Sus más de 190 kilómetros albergan no solo una maravilla de la naturaleza, sino también de la historia. Hoy, la diversidad ambiental de dos ... kilómetros del mismo, a la altura de los municipios de San Fernando de Henares y Coslada, se ve amenazada ante la desagradable situación en la que se encuentra su entorno. Murallas de basura, aguas contaminadas, ocupaciones chabolistas y el olvido por parte de las autoridades competentes dejan el cauce a su propia suerte.
Llegar al Puente de Viveros, en la A-2, y seguir río abajo, es lo más parecido a traspasar un vertedero. Sofás, moisés de bebés, colchones, revistas femeninas de los años 50, escombros e incluso depósitos de gasolina de vehículos forman un pasillo hasta llegar a la gravera Peñalver, situada a pocos metros de la orilla del Jarama. Deshacerse de este foco de riesgos sanitarios y ambientales no es tarea sencilla, sobre todo cuando la principal administración competente, en este caso el Ayuntamiento de San Fernando de Henares, «se niega a intervenir desde hace años», aseguran desde la Asociación Ecologista del Jarama El Soto.
Las primeras denuncias de estos activistas fueron presentadas en 2020. Cuatro años más tarde, lamentan haber sido ignorados. «Ni nos respondieron, ni retiraron los residuos, ni sometieron a vigilancia la zona», relata Antonio Martínez, portavoz de la asociación perteneciente a un colectivo de grupos ecologistas que trabajan por la protección de los ríos en la Comunidad de Madrid.
El pasado septiembre, el Consistorio anunció un acuerdo junto con el Canal de Isabel II a través del Ente Público Canal de una cuantía de 260.000 euros para la recuperación del cauce bajo y medio, buscando «revertir la situación» en sus dos márgenes. Este convenio suscribe que el Canal de Isabel II será el encargado del tratamiento y retirada a un vertedero autorizado de los materiales contaminantes y el Gobierno municipal será responsable de las labores de conservación y mantenimiento del dominio público hidráulico en los tramos urbanos del cauce.
Sin embargo, más allá de las palabras, nada parece haber cambiado. «El vertedero sigue ahí y el entorno carece de vigilancia municipal», insiste a este periódico el portavoz de la asociación ecologista.
Trabajos de limpieza
El Ayuntamiento de San Fernando de Henares asegura a ABC que ningún trabajo para eliminar estos residuos acumulados se ha llevado hasta el momento debido a que el convenio continúa en proceso de licitación y que las labores de limpieza comenzarán «corto periodo de tiempo». Por su parte, desde la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid confirman que este convenio se materializará con los primeros trabajos a principios de abril.
Además, subrayan que esta zona entrará dentro de Arco Verde, un proyecto del Gobierno regional que aspira conectar los tres parques regionales con otros espacios naturales de interés. De esta forma, se llevarán a cabo actuaciones para replantar especies autóctonas en el paso del Jarama por esta zona en cuestión.
En tan solo dos kilómetros se encuentran presentes «los peores ejemplos» de lo que ocurre en muchos otros caudales, aseguran estos ecologistas. Pues el problema no solo está en la basura acumulada que puede acabar en el agua, sino también la elevada cantidad de toallitas que taponan los colectores, los olores insoportables para los vecinos o la ocupación ilegal de la ribera.
La margen derecha del río, entre el puente de la A-2 y la presa de San Fernando amontona una docena de colectores y alcantarillas a través de los cuales llegan al río toallitas, empujadas por aguas fecales no tratadas por las depuradoras o que llegan al desbordar las redes de saneamiento cuando se producen fuertes lluvias, pues no existen tanques de tormenta en la zona.
Uno de los focos de vertidos de toallitas es el colector de San Fernando-Coslada, que recoge los vertidos de la red de saneamiento de Coslada. «Esta estructura y el derrame de grandes volúmenes de aguas fecales y materiales sólidos es el mejor ejemplo de las amenazas sanitarias y ambientales que soporta la localidad», determinan estos activistas.
Sin embargo, esto no se limita a la «huella de basura» que supone provocar daños al ecosistema, sino que también deja malos olores que han sido motivo de queja de los residentes en el barrio de La Estación de Coslada. «La situación es de una insalubridad inaceptable impropia de un municipio de la región más rica de España», lamenta Antonio Martínez a ABC.
Por su parte, la concejalía de Medio Ambiente de este municipio madrileño ha planteado varias iniciativas para el mantenimiento del río, además del convenio firmado con el Canal de Isabel II. Según señalan, han impulsado una alianza junto con una veintena de municipios para unir fuerzas que permitan la recuperación del Jarama, se han llevado a cabo campañas de concienciación ciudadana para no tirar desechos al inodoro y conseguir frenar la presencia de toallitas en el cauce; se ha involucrado al alumnado en la limpieza del entorno; y han facilitado medios (contenedores, vehículos...) a las asociaciones vecinales para colaborar con las labores de preservación.
Asentamientos ilegales
Otra de las problemáticas pendientes de resolver es el tramo de 800 metros junto a la ribera que acoge chamizos, construcciones, huertos y gallineros, que no solo son ilegales sino que también pueden ser de alto riesgo, tanto para las personas como para los animales por posibles inundaciones, así como una «evidente limitación de la continuidad ecológica que representa la ribera del Jarama», denuncian desde la asociación ecologista.
Estos asentamientos, según explica Antonio Martínez, no solo son ocupados por las chabolas de individuos sin hogar, sino también por «vecinos que quieren tener unas granjas o unas huertas y se construyen una casita».
Después de que en 2023, el Defensor del Pueblo solicitara al Ayuntamiento de San Fernando que resolviera esta problemática atendiendo a sus responsabilidades, desde el Área de Seguridad y Policía Local de San Fernando de Henares se está trabajando en la elaboración de un censo. Todos los datos recogidos serán remitidos al área de Urbanismo y a la Confederación Hidrográfica del Tajo para que se tomen las medidas oportunas.
Este es, según determinan a ABC, «un trabajo arduo» puesto que hay que identificar a los propietarios de estas parcelas ilegales, pero que ya está «a punto de terminar».
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