La izquierda radical de Madrid se sube al carro de la amnistía para intentar recobrar la fuerza perdida
El principal centro okupa de Madrid acoge la organización de un 'otoño caliente' de Movimiento Antirrepresivo
Antifascistas y anarcos buscan que sus falsos «presos políticos» se beneficien de la negociación entre Sánchez y Junts
El Movimiento Antirrepresivo y Marika Madrid: así se infiltró la ultraizquierda en la protesta por Samuel
![Manifestación de apoyo a Pablo Hasel, en marzo de 2021](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/21/amnistia1-ROtoQmXB7L7Z1TcHCAgh8lM-1200x840@abc.jpg)
No corren buenos tiempos para los autodenominados grupos 'antifascistas' de Madrid. Desde la llegada de Unidas Podemos al Parlamento español y, luego, al Gobierno de la Nación de la mano del PSOE, las distintas corrientes de la izquierda más radical se mantienen en un ... pulso consigo mismas para seguir teniendo presencia en la calle. Ahora, intentan resurgir al calor de la negociación del Ejecutivo central con los independentistas de Junts sobre la 'ley de amnistía' para los condenados por el golpe de estado en Cataluña de 2017.
Este miércoles, el centro okupado La Ferroviaria, en la plaza de Luca de Tena, se celebró a partir de las siete de la tarde una «asamblea abierta» por parte del Movimiento Antirrepresivo de Madrid, el más radical de las cédulas ultraizquierdistas de la región y que ha ido extendiendo sus tentáculos a otras provincias. «Hubo tan poca gente, que la celebraron fuera del edificio», manifiestan fuentes policiales.
«No queremos amnistías parciales ni la libertad solo para unos. Queremos la amnistía total para todos los presos políticos antifascistas. Y nos da igual si cabe o no en su Constitución», explicaron. Lo que podría ser un discurso bisoño y distópico, que lo es, busca «organizar la lucha», según los convocantes. La idea de estas personas es calentar el inicio del otoño, que ahora empieza, cuando pretenden redoblar esta ofensiva y recuperar la presencia en las calles perdida poco a poco en los últimos tiempos. «Pero lo tienen bastante difícil, porque están de capa caída. Llevan mucho tiempo sin movilizarse y han perdido capacidad de convocatoria. Quienes ahora se están moviendo más son Futuro Vegeta, que tienen el apoyo de Femen, pero no son violentos», añaden informantes de toda solvencia.
De cualquier modo, fuentes policiales indican que están al tanto de todo ello y desconfían del poder de convocatoria que puedan tener en esta ocasión; de cualquier modo, conforme se acerque la fecha, se montará un dispositivo proporcional al de la supuesta amenaza radical.
Hace precisamente un año se autoliquidaba Distrito 14, un grupo asentado en Moratalaz. Sin ser el más numeroso, sí que había copado titulares, entre otros asuntos, por agresiones muy graves a miembros de CS, durante las fiestas del distrito. También por su presencia, junto al resto de estos ultras, en manifestaciones tan violentas como las de a favor de Pablo Hasel, el rapero encarcelado, en la Puerta del Sol.
Y ahí es donde realmente surgió el Movimiento Antirrepresivo de Madrid. Primero, tras la causa abierta contra el músico mallorquín Valtònyc, en mayo de 2018. Pero no fue hasta febrero de 2021 cuando quemaron las calles de la capital.
![Atalaya, el principal centro okupa, ayer, en Vallecas](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/21/amnistia2-U33234048844CIW-624x350@abc.jpg)
Como una letanía, insisten en que hay presos políticos en España (pese a la amnistía total de 1977, que acabó con los represaliados del Franquismo) y entre ellos se alza Alfonso Fernández Ortega, 'Alfon', que cumplió prisión por portar una bomba cuando iba camino de un piquete a la huelga general de noviembre de 2012. Un artefacto explosivo que pretendía colocar en una entidad bancaria y que habría causado lesiones muy graves, si no la muerte, a sus víctimas. También sumó otra sentencia por agredir a policías.
Anfon es ahora un asiduo en X (antes, Twitter), donde arenga a quienes le quieren escuchar. Es, además, miembro de las llamadas brigadas antifascistas y de los Bukaneros (lo que viene a ser lo mismo), los hinchas del Rayo. Entre ellos, fuentes policiales citan a unos 300 radicales que pertenecen al ala más dura, a la que sale a la calle (cada vez menos) a reventar cajeros y quemar contenedores.
Apoyos a etarras y CDR
Los del Movimiento Antirrepresivo son menos, unos 50, pero con un perfil más anarcoinserruccionalista, con claros apoyos a los CDR y Tsunami Democrático (grupos violentos de Cataluña) y a terroristas de ETA no arrepentidos y encarcelados.
Otra de sus reivindicaciones era la puesta en libertad del vecino de Getafe Daniel Gallardo Herzog, condenado a cuatro años de cárcel por incrustar un palo con clavos en el casco de un policía el 16 de octubre de 2019. La cabeza visible del MAR es Marco Fernández. Están preparando una gran manifestación para este mes de octubre en ciernes.
Hace unos días, también, el Movimiento Antirrepresivo denunció que, según sus componentes, había policías infiltrados desde hace años entre sus filas y las de redes similares, como la extinta Distrito 14. Fuentes policiales indican, sin afirmar que en este caso fuera así, que la presencia de agentes especializados en la investigación de grupos radicales y violentos no es algo nuevo. Pero niegan cualquier tipo de agresión sexual a sus miembros.
También han movilizado, con los Bukaneros, protestas por las obras de la línea 1 de Metro de Madrid, iniciadas en agosto y que se prevé que se extiendan hasta octubre (aunque ya se abre entre Sol y Nueva Numancia, por lo que queda el trecho hasta Valdecarros); consideran que el cierre parcial es un castigo a un barrio obrero, y por ello abogan por estas manifestaciones, una suerte de lucha de clases en pleno siglo XXI. Sin embargo, desde el inicio de la liga, su actividad callejera es menor, aunque siguen siendo los más fuertes.
Si bien antes la presencia de estos ultras en Madrid estaba más distribuido geográficamente, ahora apenas se dejan sentir en puntos del sur: por delante de todos, Vallecas, pero también en algo más abajo del centro, en Arganzuela, y en Móstoles.
![Cartel en el cenro okupa La Ferroviaria](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/21/amnistia3-U30351447102dwZ-624x350@abc.jpg)
Aquí es donde juegan un papel fundamental los autodenominados centros sociales, que no son más que edificios okupados. Los informantes apuntan a tres como los más activos (llegaron a ser más de una veintena), como Atalaya, en Puente de Vallecas; La Ferroviaria, en Arganzuela, y La Casika, en Móstoles.
Financiación jurídica
En Atalaya, por ejemplo, fue donde seprodujeron los preparativos para la intentar reventar la Cumbre de la OTAN en Madrid de junio de 2022. Está considerado el centro principal en activo, donde, además de hacer proselitismo, consiguen parte de su financiación; lo hacen a través de la venta de camisetas, bebidas y rifas, pero también de conciertos con los que recaudan para las llamadas 'cajas de resistencia': dinero que envían a sus 'presos políticos' y para abonar las minutas de los abogados a los que recurren.
El próximo 14 de octubre hay preparada una velada de boxeo a 5 euros la entrada, «para gastos judiciales»: «Deporte, antifascismo y solidaridad que llenará el ring de nuestra casa», reza la convocatoria. En mayo ya acogió unas jornardas sobre la amnistía, que ahora quieren impulsar a raíz de la negociación abierta por Pedro Sánchez y Yolanda día a cambio de los escaños necesarios para reeditar la coalición de gobierno.
En cuanto a La Casika de Móstoles, se mueve entre la lucha contra los desahucios y actuaciones en favor de «los antifascistas de Navalcarnero, los detenidos en Sol, los detenidos por la amnistía y la detenida en la manifestación del 8-M pasado«.
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