Israel Fernández: «Si me parezco en algo a Camarón, bienvenido sea»

«La pureza está en la verdad», desarrolla el artista de Corral de Almaguer. «Antes se entendía de otra manera muy fundamentalista, pero el maestro Paco de Lucía le dejó las cosas bien claras a todo el mundo. Para él la pureza es lealtad. El respeto a la tradición tiene que estar, pero a partir de ahí se tiene que poder tener libertad para avanzar. Y no me importa lo que opinen los puristas de mí, porque la música es como el amor. Si yo me enamoro de una mujer, me va a dar exactamente igual que no le guste a los demás».

Este es el segundo trabajo de Israel en el que la gran mayoría de las canciones tienen letra escrita por él mismo. Algunas surgieron tomando notas «en el móvil» cuando se topaba con una situación curiosa o inspiradora caminando por la calle, y otras brotaron simplemente dejando fluir sus recuerdos. «He viajado a mi infancia, a lo que he vivido y lo que yo soy. Es mi disco más personal», asegura el cantaor, que de pequeño era «muy cerraíco y tímido» y después fue soltando el lastre de los complejos para convertirse en quien es hoy. «Esa evolución sigue produciéndose todavía», asegura. «Sigo intentando mejorar como persona cada día, engañarme cada vez menos a mí mismo, cuidar a los demás... Sigo siendo bastante tímido, pero cuando llevas una vida muy vivida, y muy deprisa, aprende a ser más extrovertido».

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En el disco suenan cantes, guitarras e incluso discursos que ha ido grabando en sus reuniones familiares, como en 'Seré silencio'. «Ahí se escucha hablar a un tío mío que es poeta autodidacta. Dice: 'El silencio, por sí solo habla. Pero hay que tener tacto, hay que ser sincero con uno mismo. Entonces, puedes escuchar el silencio'. Lo grabé un día que estábamos por la noche con la lumbre, sin que él se diera cuenta. Esas cosas han quedado muy bonitas», cuenta Israel, que asegura haber «disfrutado como un enano» de la experiencia en el estudio con Pional, un productor, compositor y dj madrileño que suele destacar con su visión de las ultimísimas tendencias. «Ha sido un proceso precioso, nos hemos llevado muy bien en lo artístico y lo personal. Y mira que los flamencos somos pesados grabando (risas). Ha tenido la paciencia de un santo, y le ha dado una musicalidad muy bonita al resultado».

Este verano, la modernidad de esta última propuesta de Israel ha quedado certificada con su inclusión en el cartel del festival Primavera Sound, «una de las cita más potentes que he tenido a lo largo de mi carrera», afirma contundente. Y es que detrás de Rosalía, o mejor dicho a su lado, hay muchos otros imanes flamencos para la juventud como lo es él. «Ella hace mucho bien, pero yo también tengo montones de gente joven en mis conciertos. Eso me da una alegría inmensa. Es una bendición».

A pesar de todo esto, la humildad natural de Israel hace que rehúya los elogios como si fueran la peste. Igualito que Camarón. «Es verdad», exclama entre risas. «Me gusta que me aplaudan, pero no mucho. Si el público se tira varios minutos de ovación me empieza a entrar una vergüenza que no puedo con ella. Y oye, si me parezco a Camarón en algo, aunque sea sólo en eso, bienvenido sea (risas)».