Instagram, TikTok, Discord y juegos en línea: las redes donde se mueven los pedófilos en busca de niños
La Sección de Protección al Menor de la Policía detiene a unos 50 criminales sexuales de internet al año en Madrid
Hay preocupación por la creciente cantidad de preadolescentes que se exhiben desnudos por ganar 'likes'
Una niña de 12 años, a la Policía: «El novio de mi madre se mete en la cama conmigo y mi hermanito»
La Policía Nacional detiene a 18 pedófilos que distribuían material de explotación sexual infantil
![Un agente de la Brigada Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/23/pedofilos-R13Pjmn5ddSoE3USGHsjDWO-1200x840@abc.jpg)
Puede ser su vecino de arriba. O el amigo que se ha quedado en paro hace meses y ya apenas quiere salir. Incluso el joven de 21 años que lleva todo el día delante del ordenador en su cuarto. O el panadero al que le ... compra una barra todos los días. El abogado. El carpintero. El periodista. El camarero del bar de la esquina. Todos estos perfiles, y tantos como quepan en la imaginación, pueden estar detrás de los 3.000 informes que analiza la Sección de Protección al Menor de la Brigada Central de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional. Con sede en el complejo de Canillas, tiene a una veintena de hombres y mujeres patrullando internet divididos en tres grupos.
La casuística más importante que se encuentran, prácticamente un 75% de los 400 detenidos que hacen al año (alrededor de medio centenar en la Comunidad de Madrid), es la del tráfico de pornografía en la red. «Esto evoluciona mucho y muy rápido, a medida que cambian las aplicaciones web», explica uno de los inspectores al mando. Y eso está provocando realidades escalofriantes. Como que esa adicción al 'like' y a sumar seguidores está llevando a los menores, de 9 a 11 años, a exponerse desnudos directamente ante las cámaras, por su propia voluntad.
Cada vez son más: «En YouTube lo hacían niños para ganar notoriedad. La empresa lo detectaba y denunciaba, bloqueando el contenido. Luego empezó a ocurrir en Instagram, por mensajes privados. Después, se sumaron Twitch, TikTok... Y ahora es Discord». Se refiere a un sistema de chateo entre participantes en juegos en línea, que empezó solo para voz y no tener que utilizar así las manos (ocupadas en el teclado), y por el que ahora también se pueden enviar archivos.
«Y donde hay menores, ahí están estos delincuentes», sentencia el mando policial. Por eso hay tanto pedófilo en perfiles falsos de 'League of Legends', 'Minecraft' o el muy famoso 'Fortnite'. «Los niños se desnudan, bien inducidos por terceros, que les ofrecen una cuenta especial en un videojuego del mayor nivel; o bien porque quieren ser 'streamers' famosos (transmisores en línea) para ganar seguidores. Cuando ocurre lo primero, se trata de 'childgrooming'», la práctica que consiste en que el acosador finge ser una persona de otro sexo y de otra edad, para embaucar a sus víctimas (chicos o chicas) y seguir en contacto a través de Instagram o WhatsApp.
«Son crueles, sin clemencia»
«En cuanto a los 'groomers', lo más habitual es hacerse pasar por una persona que le pueda gustar a su objetivo. Entonces, prepara vídeos y fotos. Esas imágenes falsas las muestra a su víctima por la webcam, pero poco tiempo, para que no se note que son mentira. Suelen ser muy amables hasta que consiguen la primera imagen; entonces, se vuelven crueles, no tienen ninguna clemencia y exigen cuotas de imágenes. Les da igual la vulnerabilidad del menor.
Los expertos policiales inciden en que «hay un cierto incremento de exposición, tanto de la voluntaria como en los casos de engaños a menores muy pequeños». «A partir de la adolescencia, comienzan a tener deseo sexual y los acosadores aprovechan eso», añade. Los casos más graves son, por un lado, cuando el contacto pasa de ser virtual al físico; y cuando las víctimas dejan de ceder y sufren verdaderas extorsiones y amenazas por parte de estos ciberdelincuentes.
El trabajo policial contra estos criminales no para. De hecho, son bastantes las investigaciones actualmente abiertas en Madrid. «Alguien que es aficionado a la pornografía de adultos tiene libre acceso a ella en internet; pero si lo que te gusta son los niños, necesitas más y más. De ahí que consigan el material en un sitio y lo intercambien con otros, como si fueran cromos», explica el inspector.
A la sección llegan cada año 30.000 informaciones de todos sus proveedores de Estados Unidos. Al cribarlas, se quedan en alrededor de un 10% (los 3.000 informes mencionados). En Madrid, el Grupo I realiza alrededor de 23 registros al año, por lo que las detenciones superan el medio centenar (50-60) entre los tres grupos. De todos los informes alertando de posibles casos (lo hacen máquinas, de manera automática, según unos parámetros), Instagram aparece como el vehículo más utilizado para estos pedófilos, con 5.000 avisos. Después van Facebook (2.350), Google (1.800), TikTok (1.700), WhatsApp (1.310), Twitter o X (986), Discord (908)y Microsoft (901), según los datos ofrecidos a este periódico.
Sin embargo, el último registro en casa de uno de estos depredadores en Madrid, el pasado 6 de octubre, fue por el envío de material con menores a través de Snapchat, otro sistema de mensajería instantánea, que entre otras cosas permite emitir vídeos grabados como si fuera tu propia webcam.
El efecto de la pandemia
Sobre el perfil de estos traficantes de pornografía infantil, aclaran los agentes que «pueden llevar una vida perfectamente normal y tener hijos a los que no les hagan nada». La pandemia también se dejó sentir en la actividad de los pedófilos, debido al encierro general. Si los proveedores remitieron justo antes 28.600 informes, se produjo entonces «un pico muy fuerte», que fue bajando a 17.000 en 2021; pero que volvió a repuntar en 2022 (22.151) y 2023 (hasta la fecha, 18.677). «Está creciendo, aunque a un ritmo suave», pronostican sobre cómo puede acabar este año.
Más datos: el grueso de los casos, entre el 70% y el 80%, corresponde a intercambio y tráfico de pornografía infantil. Luego, están los 'groomers', alrededor de un 15%; y el otro 10% relativo son chavales que deciden exponerse desnudos o en actitudes sexuales por sí mismos. «Lo cierto es que hay muchísima delincuencia oculta. Detenemos a uno y vemos que tenía un montón de víctimas más», reconoce el veterano investigador.
Y elimina clichés sobre los propios agentes que se dedican a limpiar el mundo de tanta escoria: «Una cosa que la gente cree equivocadamente es que estamos poco tiempo en esta unidad, pero en realidad la media es de más de 10 años. Nuestro trabajo es detener a delincuentes. Además, una parte también consiste en desmenuzar imágenes y analizarlas, y eso es muy duro. Pero también es duro dedicarte a los homicidios o hacer una autopsia. El trabajo resulta muy satisfactorio, porque estás rescatando a niños de verdad, y además detienes al delincuente. Aquí estás salvando a niños y consiguiendo condenas. Estamos acostumbrados a ver el mal, pero lo normal no es el mal».
Sobre la actitud de alerta que deben tener los padres, detalla: «Hay que tener cuidado con los niños, pero no vivir obsesionados con que nos los van a violar. El adolescente necesita su espacio e intimidad».
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