Incendios, agresiones y toneladas de basura en el infierno okupa de chabolas en Tetuán
Una mujer intenta matar a otra pegándole con un taburete metálico en la cabeza
Contraataque vecinal para echar a la okupa pirómana de Tetuán

Hace seis años, el día a día en la calle de Jaén, en el distrito de Tetuán, se tornó en un infierno. Un edificio de dos alturas situado en el número 17 se quedó vacío, pero pronto decenas de personas se organizaron para okuparlo. De nada sirvió que los históricos residentes de esta calle cercana a Cuatro Caminos intentasen echarlos; los nuevos vecinos se hicieron fuertes, con amenazas, «tomando el barrio». Llegaron incluso a instalar chabolas en la azotea del inmueble y en el patio trasero, donde acumulan toneladas de basura, desperdicios y enseres.
El edificio ha sido desalojado en varias ocasiones –la última, en septiembre del año pasado, tras declararse un incendio– y se ha tapiado con ladrillos la planta baja, pero ellos se las ingenian siempre para volver. Desde hace más de un lustro, las denuncias por los problemas de seguridad que se viven en el enclave se suceden, con peleas y agresiones constantes. La última, tuvo lugar el sábado, cuando una de las residentes en las infraviviendas del patio trasero –entre la calle de Jaén y la de Tiziano– pegó con una silla metálica a otra en la cabeza.
La agresión se produjo pasadas las 17 horas y fueron los 'inquilinos' de otra de las chabolas –formadas solo por cubículos a modo de habitaciones– los que dieron la voz de alarma tras escuchar «un fuerte ruido». Al asomarse al solar, encontraron tirada en el suelo y sangrando por la cabeza a una mujer, de 36 años, que habitaba una de las infraviviendas. Su compañera de habitáculo, de 34 años, acababa de atacarla. Aunque por el momento se desconoce qué desencadenó el golpe, sí se sabe, gracias a las declaraciones de los testigos, que tenían rencillas previas.
En estado muy grave
Al lugar se desplazaron equipos de Samur-Protección Civil, que hallaron a la víctima en parada cardiorrespiratoria a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico severo. Tras realizar maniobras de reanimación durante media hora, lograron revertir la parada, si bien la mujer se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de La Paz.
El traslado no fue sencillo: primero, por las dificultades del terreno, al que se accede por un terraplén rodeado de maleza y, segundo, por la acumulación de basura alrededor, tanto en el camino como en el solar en el que se han asentado estas personas. Fue necesario el apoyo de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid para conseguir evacuar a la víctima.

En la infravivienda, agentes de la Policía Municipal detuvieron a la agresora que, según han afirmado fuentes policiales a este diario, confirmó inmediatamente los hechos. A la espera de que el estado de salud de la víctima evolucione, se enfrenta a un presunto delito de tentativa de homicidio.
Los vecinos han pedido en reiteradas ocasiones que el edificio y las infraviviendas se derriben para que los okupas no vuelvan. «Es un infierno, convivimos con la venta de drogas, las peleas... Nunca sabes qué va a pasar. Nos da miedo salir por si nos atacan«, denuncian los moradores, sin querer dar sus nombres, y aseguran que el trapicheo en las chabolas, donde la mayoría de residentes son filipinos, es constante.
De hecho, en febrero del año pasado, se detuvo a una mujer por provocar un incendio en el inmueble okupado después de que se negaran a venderle droga. Tuvieron que desalojar a una veintena de personas. Los vecinos pensaban que la pesadilla se había acabado, pero nada más lejos de la realidad. En septiembre se desataron las llamas, pero en el patio exterior. Siete personas fueron evacuadas a consecuencia del fuego, que se propagó rápidamente a por de la acumulación de basura.
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