El galápago europeo vuelve (con ayuda) para quedarse en las lagunas madrileñas
La antigua gravera de El Porcal, ahora incluida en el catálogo de humedales, es el hogar de varios ejemplares de esta especie autóctona en peligro de extinción
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A apenas 20 kilómetros del centro de la ciudad se encuentra la laguna de El Porcal, un humedal que se cuenta entre los mayores de la región, propiedad de la cementera Portland Valderribas y que está incluido en el catálogo de humedales regionales. En este paraíso de la biodiversidad, responsables de la Consejería de Medio Ambiente, junto a expertos de la organización Grefa, acaban de liberar once ejemplares de galápagos europeos, una de las especies más amenazadas en la región, en situación crítica y catalogada como 'en peligro de extinción'. La idea es ir reforzando las poblaciones, a la vez que se retiran los ejemplares de galápago americano, especie invasora muy agresiva con los autóctonos.
El galápago europeo, que alcanza en su etapa adulta entre 12 y 38 centímetros, es «exigente, y su hábitat natural son las zonas encharcadizas al pie de la sierra», explica Luis del Olmo, director general de Biodiversidad y Recursos Naturales. En los últimos años, afirma, «por la recolección que se ha producido –los ejemplares en ocasiones son vendidos en el mercado negro– y por la calidad del agua, se ha hecho muy raro encontrarlos». De hecho, añade, «tocó fondo hace unos años» y ahora se está consiguiendo recuperar gracias a proyectos como este de repoblación, que lidera Grefa.
La laguna de El Porcal es una antigua gravera, propiedad del Grupo Cementos Portland Valderrivas, que ha sido «restaurada durante 30 años para preservar su historia, tradición y belleza natural», explican en la compañía. Está considerada, añaden, como una de las grandes reservas biológicas.
El espacio reune las características para ser un hábitat excelente para los galápagos europeos. Su presencia allí viene a sumarse a las 251 especies de vertebrados que conviven en ese entorno: 206 son aves, 21 mamíferos, 10 reptiles, 7 anfibios y otras 7 peces.
Los expertos están afanándose en la recuperación de esta especie, en situación crítica en la Comunidad de Madrid. «Cuando nacen, son del tamaño de una galletita», y a veces acaban devorados por las cigüeñas y otras aves, explica Del Olmo. En Grefa llevan tiempo criando anualmente en sus instalaciones a una cincuentena de ejemplares, que se mantienen en ese entorno seguro hasta que alcanzan un tamaño que les permita sobrevivir en libertad.
En la Consejería de Medio Ambiente están centrando los refuerzos de población en aquellas zonas donde hubo ejemplares y se extinguieron. Y se intenta que haya conectividad entre estas áreas de cría. Por ejemplo, hace unos años se detectaron varios ejemplares en la laguna del Campillo, próxima a este territorio.
Del Olmo destaca el ejemplo de colaboración público-privada que supone esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la propiedad y de la entidad de custodia Naumanni, «con mucha solera en la zona del sureste», reconoce el director general de Biodiversidad. «Nos consta que el hecho de que, como esta laguna está cerrada, reune las condiciones para evitar expolios y daño a estos ejemplares».
Portavoces de Cementos Portland Valderribas explican que han formado «un equipo comprometido con la preservación de los espacios naturales protegidos, incluyendo especies vegetales y animales tanto autóctonas como migratorias, y en especial en favor de especies como la Cerceta pardilla y los 11 nuevos ejemplares de Galápago europeo» incorporados a El Portal y «que se unen a los casi 130 que ya habitan en nuestras lagunas».
Entre 350 y 700
El lugar de la suelta ha sido elegido por los técnicos del Parque Regional del Sureste, los de Grefa y los de la Asociación Herpetológica Española. Los ejemplares que se han soltado tienen un año y medio de vida. La idea es promover su desarrollo para salvar a la especie, atacada, entre otras, por sus parientes del otro lado del Atlántico: el galápago americano, más grande, que expulsa a los autóctonos de los mejores sitios donde solearse o poner sus huevos. Paradójicamente, los responsables medioambientales que acudieron a la suelta de estos ejemplares, se encontraron por los caminos con tres de estos galápagos americanos.
Según estudios realizados por los expertos de la Asociación Herpetológica Española, la población de este galápago en la Comunidad de Madrid se sitúa en la actualidad entre los 350 y los 700 animales adultos. La mayor parte de los efectivos se encuentran en la Sierra de Guadarrama.
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