Funambulista: «Para mí, Madrid nació en acústico, para mí, nació en Libertad 8»
COLONOS
La capital es el templo de la música, donde ha echado raíces, donde la propia ciudad que le ha hecho ser tal y como es
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A Diego Cantero, Funambulista de nombre artístico y en lo sucesivo, de primer golpe de vista no se le distingue en el tráfico de la Ronda de Valencia. Nacido en una pedanía de Molina de Segura, que además es partido judicial de unas ... tierras secas aunque feraces, es embajador de la Región de Murcia 2023 y eso lo lleva en el corazón. Tampoco, aunque diga que sí, lo delata el acento; quizá alguna expresión huertana, ciertos giros, que se le mixturan con la cadencia madrileña, si es que existe.
Lo que sorprende es la ilusión porque se le retrate en la fachada del Circo Price, donde el 11 de abril, festividad de San Estanislao, dará un concierto de su 'Animal, gira acústica'. Los colores del Price le excitan, pero no olvida que desde los 18 años, yendo y volviendo del pueblo, «el bueno de Julián» de Libertad, 8 lo llevaba a tocar a esa cantera de tantos. Local que guarda no solo la historia de la música y de los músicos que vinieron a Madrid a comerse el mundo; también de la propia ciudad. Fue una vaquería, la 'sede' de la sectorial ferroviaria del PCE en la clandestinidad y un Parnaso familiar para cantautores.
Como muchos colonos, Madrid le supuso hacer de la necesidad, virtud. Y la cuestión de que Madrid es el templo de la música patria lo condujo a descubrir una ciudad; a un atardecer en el que el niño de Murcia vio la vida que fluye ahí abajo, sobre el metro, en el metro. Tomó un cuaderno y ya la ciudad le entró en las esquinas del corazón. Conociéndola; desde un piso compartido en Madrid Río (aquel Madrid Río casi nuevo, casi sin sombra) a los verdores de la sierra, de la Casa de Campo, que él, sincero, no entiende que no se le dé más valor con lo cerca que está. Tararea por lo bajo una coplilla de carnaval, adora a Joaquín Sabina y, en su cargo de embajador murciano, alerta de que los murcianos van a conquistar el mundo. Madrid, concretamente. Esta tierra donde tiene a sus hijos, y donde, sin ningún ambage reconoce haber echado raíces.
—A micrófono cerrado, por expresarnos como los clásicos, ha dicho que Madrid es el templo de la música.
—Efectivamente.
—Salir de la huerta murciana y venirse a esta Babel. Diría que es un paso valiente...
—Hombre, cuando uno vive en Murcia y tiene que tocar en Galicia, la cosa es complicada.
—Y aquí está.
—Sí, porque además de mi música compongo para otros compañeros, y esos compañeros están aquí. Además, las sesiones en Madrid eran mucho más cómodas que en otros sitios.
—Entiendo las razones, pero ahora, haciéndole las fotografías en el Price, se le nota con energía madrileña.
—Fue más tarde, cuando ya empecé a vivir aquí, cuando empecé a descubrir aspectos que me entusiasmaban. Por ejemplo, algo que me encanta y está poco explotado es su naturaleza, su campo, sus árboles, su sierra. Y lo cerca que está.
MUY PERSONAL
- LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO Molina de Segura, Murcia, 6 de abril de 1980.
—O sea que, de Madrid pondera la periferia natural. Asfalto y pinar.
—Es que Madrid me lo da todo. Lo tengo todo. Imagínate; tengo el ajetreo, el trabajo, pero también mi tranquilidad.
—Entiendo que siendo del sediento sur, la sierra le parezca un vergel. La teoría de buscar lo verde que ya nos dijo nuestra anterior entrevistada.
—De hecho iba buscando el verde. Yo vivía en un piso compartido en Madrid Río, y ahora he acabado viviendo en Pozuelo. Yo necesito casi a diario mirar hacia adelante y ver el horizonte, que al principio me era imposible.
— ¿Madrid es más eléctrico o más acústico?
—Es que para mí, Madrid nació en acústico. Para mí, Madrid, nació en Libertad 8 con el bueno de Julián a los mandos. Julián me llevaba a tocar a Libertad 8 desde que tenía 18 años.
—Un murciano, músico, en la flor de la vida, en Pozuelo y con críos, ¿cómo pasa la vida?
—Mi rutina tiene que ver con la de mis churumbeles, que a veces se despiertan temprano después de una noche a veces catastrófica. Los llevo al colegio, y ya, a partir de ahí, depende. Algo de promoción, entrevistas; procuro hacer mi jornada laboral como cualquier otro. Porque el trabajo de la música es también una rutina. Eso sí, procuro salir con mi perrete y los niños a dar un paseo largo. Y desconecto. Otros días tengo la suerte de trabajar en el estudio debajo de casa.
—¿Diría que la ciudad le ha regalado alguna canción?
—Madrid me inspira. Ha inspirado muchas canciones y más para alguien que vivía en una pedanía de un pueblo. Y es que cuando llegué, abrí la ventana, vi gente corriendo, vida; eso me hizo escribir una canción. Decía: «Una mujer paga contando las monedas / Abajo el metro va a parar en la Puerta del Sol / Un niño corre desgastándose las suelas». Se llamaba 'Y yo'. Era uno de los primeros días de septiembre.
—La pedanía, el pueblo. Decía la Fortunata de Galdós que Madrid era pueblo.
—Sí, es algo que he descubierto después, que tiene algo de pueblo. Cada barrio es un pueblo. Es una ciudad llena de micropueblos.
MÁS INFORMACIÓN
—Vuelvo a su tierra. Ha sido embajador de la Región de Murcia 2023. Un estandarte. ¿Qué supone ese cargo?
—Es que para mí es muy fácil llevar a Murcia en el corazón. Aunque mi acento me delata rápidamente, lo voy perdiendo con los años. Aparte, encontrarme con murcianos aquí es increíble. Los murcianos vamos a invadir el mundo, y Madrid concretamente (ríe).
—Haga de embajador de Madrid.
—Madrid me ha hecho la persona que soy. Tengo dos hijos aquí. Vine por un rato y acabé echando las raíces aquí.
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