Frenazo al uso de portátiles y tablets para el próximo curso en los colegios madrileños

La apuesta del Ejecutivo regional por la digitalización es clara y de hecho, cuenta incluso con una Consejería específicamente dedicada a este tema. Pero en lo que se refiere a la imbricación de la tecnología en las aulas, la inicial actitud de puertas abiertas, que sobre todo se desarrolló por la fuerza durante el caótico curso del Covid, ha ido girando hacia una postura más cautelosa.

En efecto, si en 2022 se invirtieron 26,9 millones de euros en adquirir ordenadores, tabletas y monitores para 8.100 aulas de Primaria y ESO en la región, los cada vez más alarmantes datos de las adicciones a pantallas entre menores han sido el toque de atención que ha hecho frenar en seco. Y ahí entra la nueva normativa que quiere poner en marcha la Comunidad de Madrid, y que regulará el uso de tabletas y ordenadores en las aulas.

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Por eso, el consejo de Gobierno puso ayer en marcha el trámite para elaborar un nuevo decreto que regule, por primera vez, la limitación del uso de estos dispositivos digitales en los colegios. No los móviles, que ya están prohibidos en todo el ámbito escolar –incluido el recreo– desde 2020; de hecho, hay incluso colegios madrileños como los de Las Rozas, donde se han instalado taquillas para que los alumnos dejen allí sus móviles al entrar en el centro. La nueva norma va a por los ordenadores y las tabletas, que podrán utilizarse de forma controlada, en función de los años de los alumnos y los cursos que estudien. Con la idea de que el uso sea muy residual o ninguno en los primeros años de Enseñanza Primaria, y se vaya introduciendo progresivamente para los más mayores.

La norma se somete ahora a consulta pública, para recibir las aportaciones del sector. Después, se redactará y se aprobará en consejo de Gobierno. El portavoz del Ejecutivo autonómico, Miguel Ángel García Martín, cree que podrá aplicarse ya en el próximo curso, 2025-/26.

No se trata, explican en la Real Casa de Correos, de proscribir las tecnologías; entienden que pueden tener un gran valor pedagógico, pero aplicadas de un modo pedagógico y controlado. «Madrid va a ser pionera en esta regulación», aseguraba García Martín. Se propondrá que tabletas y ordenadores individuales puedan utilizarse en los colegios cuando se estime así por la dirección, siempre utilizando criterios pedagógicos y como apoyo a los libros de texto, que serán la principal vía de aprendizaje. «No podrá ser el vehículo principal de enseñanza el ordenador o la tableta, sino siempre el libro de papel, y la pizarra tradicional», concluía el consejero.