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La Fiscalía investiga como delito de odio los insultos machistas desde el Colegio Mayor Elías Ahuja

El centro expulsa al joven que gritó «putas, ninfómanas...» y cerca ahora al resto de cabecillas de la acción

Un alumno entra al Colegio Mayor Elías Ahuja TANIA SIEIRA / Vídeo: atlas

AITOR SANTOS MOYA / MARÍA LOZANO

Madrid

«Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, sois unas putas ninfómanas. Os prometo que vais a follar todas en la capea, ¡vamos Ahuja!». De las ventanas del Colegio Mayor Elías Ahuja a la Fiscalía de Madrid, pasando por el Congreso de los Diputados y dejando tras de sí una riada de condenas políticas, muestras de repulsa, expedientes educativos... pero también el apoyo de parte de las agraviadas. El Ministerio Público investiga ahora los insultos machistas como presunto delito de odio tras una denuncia presentada por el Movimiento contra la Intolerancia, que cataloga el hecho como una «acción coordinada y deliberada».

Ello obliga al órgano madrileño -que ya no actuará de oficio- a determinar si los hechos, en los que se observa a un centenar de internos gritar enardecidos después de que uno de sus compañeros profiriese insultos machistas contra las alumnas de la residencia Santa Mónica, son constitutivos de delito y tienen encaje jurídico para elevarlo a juzgado o si, por el contrario, procede al archivo de las diligencias.

A nivel interno, la primeras consecuencias de la bochornosa acción acaecida el domingo a medianoche no se han hecho esperar: el lunes el consejo de dirección del Elías Ahuja aprobó la primera expulsión, pero todo apunta a que no será la única. El centro, que trabaja ya en la identificación de los implicados, reconoce que los cánticos entre ambos colegios son una tradición, aunque limita el cruce de consignas a aquellas en las que no se ofende a nadie. «Lo que se ha salido este año de madre han sido los insultos de esa primera persona y las faltas de respeto», explicaba ayer el subdirector, Álvaro Nieto. Una justificación que cae por su propio peso a tenor de un vídeo anterior publicado en Tiktok el 18 de octubre de 2021 y de idénticas características al viralizado ahora en redes sociales.

El escenario de los hechos, dada la magnitud de lo acontecido, resultaba hasta tétrico a primera hora de esta tarde: seis periodistas, una calle cortada y dos puertas, las de los dos colegios mayores señalados, que apenas se abrían a cuentagotas. «Muy bien, Álvaro», aplaudía una joven desde su habitación del Santa Mónica. De reojo, el subdirector del Elías Ahuja miraba hacia ella en pleno carrusel de explicaciones. El respaldo recibido desde el balcón del centro agraviado no fue el único. A pesar de la reacción de gran parte de la sociedad a la polémica, estudiantes del Santa Mónica han expresado que no se sienten «acosadas» y que ven los hechos como «una tradición». «Es una frase con la que nos llaman para que salgamos a las ventanas y luego empezamos con una dinámica de canciones. Es un espectáculo, sin nuestra participación no tendría ningún sentido», declaraba una de las colegialas, quien prefería mantenerse en el anonimato.

Ella es una de las estudiantes que difundieron ayer un comunicado firmado en nombre de todas las jóvenes, si bien, este medio no ha podido confirmar que en él se recoja el sentir general de todas las residentes del Santa Mónica. «Un vídeo viralizado sin entender su contexto es fácil de malinterpretar. A pesar de la gravedad de sus palabras, se trata de una práctica con tradición entre colegios mayores, de la que se ha creado una impresión de odio y machismo que no puede estar más lejos de la realidad», rezaba el escrito.

La propia estudiante negaba tener miedo de sus vecinos del Elías Ahuja como había insinuado poco antes Rita Maestre, concejal del Ayuntamiento y portavoz del grupo municipal Más Madrid. «Después se preguntarán por qué sentimos miedo por la calle», decía Maestre. «Eso no es así. Nosotras no le damos la importancia ni la tiene. No nos sentimos acosadas, son amigos nuestros. Que nos llamen putas no es porque sean unos machistas retrógrados. Es una tradición», respondía la estudiante.

Reacciones políticas

Como no era de extrañar, las reacciones en el ámbito político no tardaron en saltar. «Es la muestra más evidente de que hace falta educación sexual y que desde las instituciones dejemos de legitimar discursos machistas que niegan la violencia y la igualdad de las mujeres», enfatizaba la ministra de Igualdad, Irene Montero. Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresaba su indignación e instaba a no dar «ni un paso atrás» porque «las políticas de igualdad son necesarias». Y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, condenaba la actitud «denigrante, machista y repugnante» y pedía suspender la capea programada como «muestra de arrepentimiento».

Otros, en cambio, como el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, aprovecharon la coyuntura para cargar contra el «blanqueamiento mediático-político de la ultraderecha» y catalogar la «'performance' de cachorros neonazis de cayetano en el Elías Ahuja», diseñada «para aterrorizar a las chicas del colegio de enfrente».

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