Doble salto de Vallecas a Bruselas: el diputado más veterano y una de las más nuevas se despiden de la Asamblea
El socialista José Cepeda, que lleva 21 años en el Parlamento regional, y la 'popular' Alma Ezcurra, nueva esta legislatura, ponen rumbo al Parlamento Europeo
La Asamblea de Madrid reclama a Sánchez más Guardia Civil en la Comunidad
![José Cepeda y Alma Ezcurra](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/16/eurodiputados2-Rfx1DsD0z7IcHJUdskxSoSK-1200x840@diario_abc.jpg)
Veintiún años y tres días después –«parece una condena de cárcel»–, el diputado José Cepeda dijo adiós a la Asamblea de Madrid para tomar rumbo a Bruselas, después de ser elegido dentro de la lista del PSOE a las elecciones europeas. Iba ... en el número 20, de los 20 que logró su partido. In extremis.
Cepeda es el más veterano de los diputados que pisan la Cámara de Vallecas y se marcha al Parlamento Europeo junto a una de las 'novatas', Alma Ezcurra, del PP, que aterrizó en la Asamblea hace justo un año. El último pleno les dedicó un aplauso, como representantes de Madrid que tratarán de defender los intereses de esta región, «y de España», en Bruselas y Estrasburgo.
Como veterano que es, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, permitió a Cepeda tomar la palabra para despedirse de todos. Es un diputado de la 'vieja política', y no por ello de la mala, sino todo lo contrario. Forma parte de esa generación que todavía guarda un respeto al adversario y a la política, aunque se defiendan ideas diferentes. De hecho, tuvo palabras de cortesía para todos, también para Más Madrid y Vox.
Cepeda llegó a Vallecas el 10 de junio de 2003, una fecha que a la mayoría ya no le dirá nada, pero que él tiene grabada a fuego, y no solo porque fue su estreno, sino porque dos escaños más allá estaba el asiento reservado para José Tamayo. Este nombre quizás suene más a muchos. Sí, fue el día del 'tamayazo', cuando dos diputados del PSOE se rebelaron frente a un eventual pacto con IU que habría dado el poder autonómico a Rafael Simancas. Y ahí estaba Cepeda, viendo en carne propia cómo se las gasta la política a veces.
Cepeda, de 55 años, ha sido un diputado respetado dentro y fuera de su partido. Se despide con un pacto reciente del PP y PSOE de Madrid bajo el brazo. Algo asombroso a estas alturas. Casi un milagro, podría decirse. Fue el impulsor del acuerdo para crear la Agencia regional de Ciberseguridad, a finales del año pasado. Ha pasado apenas medio año, y de ese conato de acercamiento entre el PP de Ayuso y el PSOE de Lobato no quedan ni las migas.
En las últimas semanas, de forma significativa, se ha recrudecido claramente el enfrentamiento entre los líderes del PP y del PSOE de Madrid, hasta hacer imposible, hoy por hoy, la consecución de ningún pacto político. Algo que, por otra parte, Ayuso tampoco necesita por su mayoría absoluta. Pese a ello, Cepeda y Ezcurra se dejaron ver charlando de forma amigable en la Asamblea, para comentar la aventura política compartida que tienen por delante.
Cepeda llevaba ya en los últimos años con actividades de política internacional, con su acta de senador, que perdió tras las elecciones pasadas. Formó parte de la unión interparlamentaria, donde defendió un informe de ciberseguridad, terreno en el que es experto, que aún sigue vivo en las instituciones europeas. El paso a Bruselas lo ve como un «salto natural».
A eso se une que, pese a su relación cordial con Lobato, nunca formó parte de su equipo. El líder del PSOE de Madrid, de otra generación, llegó con su propia gente, y Cepeda nunca entró en el núcleo duro del nuevo secretario general de los socialistas madrileños.
De todos estos años recuerda, junto a su estreno colosal con el 'tamayazo', otro momento significativo. Había sido jefe de campaña de Pedro Sánchez en las primarias socialistas frente a Madina en 2014. Y en el pleno posterior, con la victoria ya en la mano, el PP le brindó una ovación. Cosas de la política, que siempre suelen tener una doble intención: por aquel entonces, Tomás Gómez, enemigo interno de Sánchez, tenía las riendas en Madrid.
Alma Ezcurra, de 37 años, ha sido asesora en diferentes gabinetes del PP desde hace 12 años, trabajó en FAES y ahora es coordinadora general de la Fundación Reformismo XXI, ligada al PP de Feijóo. Siempre se ha movido entre papeles, discursos y documentos internos y en este último año se puso el foco sobre ella de manera inopinada cuando subió a la tribuna del pleno de la Asamblea, a eso de las cinco de una tarde de noviembre, para lanzar uno de los discursos más contundentes, firmes y sólidos contra la amnistía que se habían escuchado en las filas del PP. Recibió un aplauso unánime de los suyos y un aluvión de felicitaciones en las redes sociales.
Hace poco más de un año, Ezcurra recibió una llamada del secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, para proponerle ir en la candidatura encabezada por Ayuso para las autonómicas, como número 33. Ella no tenía una vinculación especial con Ayuso, ni siquiera con la parte orgánica del PP. Pero dijo 'sí', y aunque ya era conocida puertas adentro de su partido, puertas afuera se la empezó a conocer y situar como parte de la guardia pretoriana de Ayuso en la Asamblea, junto a otras diputadas aguerridas como Elisa Vigil o Mónica Lavín.
MÁS INFORMACIÓN
Un día, Feijóo la llamó para que fuera a su despacho, y le señaló su próximo destino: Bruselas, como número tres. Poco después, en privado y en un mitin de campaña de las europeas, Ayuso le hizo un encargo especial desde Madrid: «Da todas las batallas, con bravura y contundencia».
Ezcurra se va de la Asamblea con el reconocimiento de su grupo, «somos una gran familia», y con diez leyes aprobadas a sus espaldas, entre las que destaca las reformas de las normas LGTBI y Trans, punto clave del mandato de Ayuso.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete