No solo los chinos vibran con su Año Nuevo en Usera
Miles de personas colapsan el barrio en el día grande de las celebraciones, con la exhibición de la simbología del país asiático y una considerable participación de españoles
Los Reyes Magos se coronan en Madrid con una cabalgata victoriana de ensueño y sin lluvia

El Año Nuevo Chino, que oficialmente entró en escena este domingo 2 de febrero, se ha convertido, con el apoyo de la comunidad del país asiático y el interés de los madrileños y los turistas, en unos de los acontecimientos que no hay ... que perderse en la ciudad.
Cada vez, desde más temprano en el invierno, no son pocos los eventos que rodean a esta fecha que este 2025 está simbolizada por la serpiente de madera. Si hay un lugar donde esta celebración adquiere mayor relieve es el barrio de Usera, donde el domingo, un desfile conformado por cerca de 1.300 participantes, llenaba las calles del colorido propio de esa cultura.
Serían las 12 cuando la comitiva partía de la confluencia entre Marcelo Usera y la calle de Manuel Muñoz, justo allí, el espectáculo comenzaba mucho antes. Eran bastantes los ciudadanos que en romería se acercaban hasta el lugar. Todos comentaban, más siendo domingo, la masiva afluencia de público. El tiro de cámara, casual, alumbraba la variedad de la cabalgata en la que no sólo los oriundos de China participaban. También se divisó, por ejemplo, a unas bailarinas de una comparsa boliviana que llevaban los elementos propios de su cultura indígena y que convertían la celebración del Año Nuevo Chino, también, en un acontecimiento multiétnico, en consonancia con el barrio.
Aun así, el desfile ha ido ganando prestigio, tanto que si hace unos años la policía abría la comitiva al paso exacto de bailarines y dragones, ya se coloca un doble vallado, con filtros de seguridad, para que la celebración transcurra con toda la normalidad posible. Precisamente los ojos no rasgados de muchos de los 1.300 participantes en la festividad era motivo de aplauso, de chascarrillo. Como cinco filas de personas colapsaban en el buen sentido las calles que daban a Marcelo Usera, esa Castellana de la Cabalgata de la colonia china. Un crío, en una de esas callejuelas que cruzaban, apenas divisaba uno de los dragones.
Llegaban, eso sí, los acordes de los tambores. La simbología de la serpiente del año entrante. En un instituto cercano sonaba 'Orobroy', de David Dorantes, y danzaban unas muchachas. El sitio estaba cotizado, pues a ras de suelo, la perspectiva era la de animales mitológicos sobrevolando la cabeza del personal. Que Usera es el 'Chinatown' madrileño no es un lema, es la realidad. Los 1o.000 chinos residentes en el enclave (de los cerca de 60.100 que viven en la región de Madrid) disfrutan de su día grande y lo comparten.
Resulta una estampa conmovedora ver a otro niño levantado a hombros por su padre, en una bulla (aglomeración) en la calle de Jesús del Gran Poder y el padre pedirle que disfrute lo máximo posible, «que a casa no llega Telechina». Hace dos años se celebró por estas fechas, y también a todo lo grande, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Pekín y Madrid, que siguen la senda en el mundo de los embajadores de aquel vehículo cultural que fue el Galeón de Manila, o la Nao de China, donde se intercambiaban productos, cultural y una forma de ver el mundo que, distinta, va demostrando que puede ser compatible. Por eso la estampa de la Delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, sosteniendo una pancarta de la Unión de Asociaciones Chinas en España.
Colofón de Dj Yang
También frente a otros años, se rifaban los balcones, donde los vecinos veían pasar a sus vecinos, más lejanos o más cercanos, rodeados de la parafernalia con la que solo ellos saben celebrar el cambio de año. Un dragón bufaba vaharadas de humo artificial. Era también digno de admirar el respeto con el que algunas participantes portaban los clásicos farolillos, llenando Usera de sus costumbres más espirituales. Una decena de personas hacía danzar a otro de los dragones, a un paso ligero en una mañana que poco a poco iba templándose de sol.
Entre carrozas entendidas y diseñadas a la asiática manera y comparsas de las distintas asociaciones de China residentes en Madrid, también se divisaban detalles más mínimos: algunos atavíos creados por los más pequeños de forma artesanal y que forman parte de las actividades educativas e integradoras de sus distintos centros de enseñanza. El desfile por la calle de Marcelo Usera hasta la Avenida de Rafaela Ybarra, en la esquina con la calle de Elisa Ochoa no es la única de las actividades relacionadas con el Año Nuevo Chino. Si la comitiva acabó con el colofón de la actuación del célebre DJ Yang, las celebraciones durarán hasta final de mes, principalmente en el distrito.
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