La descomposición del PSOE y Más Madrid deja a Ayuso sola en la Asamblea
«Lobato para nosotros es irrelevante», advierten en el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid
El escándalo de Errejón, el caso de la diputada Arenillas y la pelea interna entre socialistas hunden a la izquierda
Juan Lobato dimite como secretario general del PSOE de Madrid tras la exclusiva de ABC
Comparecencia de Pedro Sánchez por la DANA, en directo: última hora de la sesión de control al Gobierno marcada por Víctor de Aldama y Juan Lobato hoy

Isabel Díaz Ayuso podría ir coleccionando los rivales políticos que ha tenido enfrente en la Comunidad de Madrid y que han ido cayendo, uno detrás de otro, en los últimos cinco años. El último puede ser Juan Lobato, quien por ahora sigue como ... portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, al menos físicamente, aunque en los últimos días ha perdido la confianza de buena parte de su grupo parlamentario. Esta semana no hay sesión de control en el Parlamento madrileño, por lo que Lobato se ahorra un debate frente a Ayuso, en el que previsiblemente no saldría muy bien parado. Para el siguiente Pleno con sesión de control quedan tantos días, quince, que en el PSOE no saben ni qué pensar: «Vete a saber si Juan llega al fin de semana, como para pensar más allá. Nada está asegurado».
Enfrente de la bancada de la mayoría absoluta del PP en la Asamblea están los dos grupos de la izquierda, Más Madrid y PSOE, cada uno con 27 diputados. Pero en este momento su presencia es puramente testimonial, al perder tanto uno como otro fuerza política con sendos líderes que han sufrido un serio revés por causas internas.
En esta situación, el PP Ayuso ha visto como una eventual alternativa a su Gobierno ha pinchado y la izquierda sigue sin encontrar la forma de consolidarse en esta región. En este momento no hay un líder de la oposición que pueda hacer sombra a la presidenta regional ni que tenga la fuerza suficiente para poder plantarle cara.
El pinchazo de Más Madrid, que ha hecho descarrilar al partido, se ha producido con el estallido del escándalo de Íñigo Errejón, que afecta de manera directa a la portavoz parlamentaria, Manuela Bergerot. La que fuera jefa de gabinete de Errejón es Loreto Arenillas, diputada de Más Madrid en la Asamblea, y fue ella quien aseguró que en junio de 2023 informó a la secretaria de organización de su partido de «un acto protagonizado por Errejón». La secretaria de organización era Manuela Bergerot, quien, según la versión de Arenillas, lo mantuvo en silencio y el partido no tomó ninguna medida disciplinaria ni legal contra el diputado.
Bergerot ha rechazado de plano renunciar a su acta de diputada: «Por supuesto que no voy a dimitir». Pero el caso Errejón se les ha atragantado a todos los diputados de su grupo parlamentario. Arenillas aseguró el 25 de octubre que había decidido abandonar su acta de diputada y el partido. Pero más de un mes después no lo ha hecho. Sigue teniendo el acta de diputada, mientras que Más Madrid no la ha expulsado de su grupo parlamentario, lo que la habría llevado directamente al Grupo Mixto. Esta medida habría hecho que Más Madrid se quedara con 26 diputados, uno menos que el PSOE, y por tanto Bergerot dejaría de ser la líder de la oposición.
La diputada y su partido se mantienen en una tregua silenciosa y dejan pasar el tiempo así. Arenillas, que no acude a los plenos ni vota de forma telemática, pidió la baja médica, lo que le permite esquivar las sanciones previstas por el reglamento para las ausencias prolongadas de tres o más sesiones plenarias.
Con todo, lo peor para Más Madrid no es que tenga un diputado más o menos, sino que ha perdido la credibilidad con una de sus banderas más significativas, la del feminismo y la lucha contra el machismo. Bergerot ha intentado presumir del discurso feminista de su partido, después de estallar el caso Errejón, pero se lo pone muy fácil al PP, y en concreto a Ayuso, para mofarse de ellos y echar por el suelo su «hipocresía», según se repite en los plenos.
Tocado y hundido
Con Más Madrid tocado y prácticamente hundido, quedaba el Grupo Socialista en la Asamblea como referente más o menos sólido de la oposición frente a Ayuso. Lobato se estaba trabajando un perfil de futuro, para intentar llegar a las elecciones de 2027 con ciertas garantías de éxito tras décadas de fracasos del PSOE en las urnas. Pero tenía un problema el líder de los socialistas madrileños: Sánchez le había puesto la cruz.
Lobato era una apuesta diferente del PSOE de Madrid, con un estilo de hacer política que nada tiene que ver con estos tiempos de polarización y esos «linchamientos» internos que ayer denunció en su declaración. Su perfil es opuesto al de Sánchez y hace meses empezó a comprobar cómo empezaban a surgir posibles candidatos alternativos para relevarle, con el visto bueno de Ferraz y La Moncloa.
El portavoz socialista estaba empeñado en seguir al menos hasta 2027. Ahora se conformaría con llegar a las primarias de enero. Y está comprobando cómo se ha quedado sin apoyos, incluso en su núcleo de máxima confianza. Ayer, en su declaración, apenas estuvo acompañado de Mar Espinar, una de sus más fieles. Sin el apoyo de su grupo parlamentario y sentenciado por Ferraz, su autoridad en la Asamblea ha caído bajo cero y ha dejado de ser un rival con ínfulas de alternativa para Ayuso. «Para nosotros Lobato es totalmente irrelevante», sentenciaron en el equipo de la presidenta.
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