Cuatro clanes albaneses, al asalto de más de un centenar de chalés en las zonas exclusivas de Madrid
Las cifras de robos en viviendas de alto y medio 'standing' crecen hasta llegar a niveles previos a la pandemia
El eje de la A-6 y la carretera de los pantanos es el objetivo principal de estas organizaciones itinerantes
Asalto a punta de pistola en casa del delantero del Atleti Ángel Correa con su familia dentro
![Un ladrón, en una vivienda unifamiliar de Parla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/20/albaneses2-RArmDUfLXMucgAXVMWfBsAP-1200x840@diario_abc.jpg)
Calle de Murillo de Arroyomolinos. Es lunes, 25 de noviembre, sobre las 20.30 horas. Una familia está preparándose para cenar cuando se da cuenta de que alguien ha entrado a robar en su chalé. El dueño logra echar mano de su teléfono móvil y ... graba el coche en el que ha huido la banda de ladrones. Las cámaras de seguridad de la vivienda también ha captado cómo uno de los delincuentes trepa por el garaje para acceder a la casa por arriba. Otro vecino de la misma urbanización, La Rinconada, sufrió hace poco la visita de los indeseables: «Entraron con mi chica e hijo dentro. Al oír el ruido, el caco salió corriendo. He tenido que cambiar la cerradura por otra potente para que, por lo menos, tarden más en entrar». Otros residentes en la zona suman sus experiencias: «Donde mi vecina entraron también sobre las 20.40 horas. Inmediatamente, pusimos alarma y rejas en toda la casa. Las cámaras las tenemos más activas que nunca».
Cada día se denuncian 25 robos con fuerza en el interior de domicilios en la Comunidad de Madrid. Según la reciente estadística del Ministerio del Interior, fueron 6.726 en los primeros nueve meses de 2024. Pero desde otoño la cifra va en aumento, al menos en algunas zonas ya victimizadas, según los investigadores consultados. Preocupan, sobre todo, los clanes albaneses y el centenar largo de casas unifamiliares que están asolando.
Los asaltos a viviendas, sobre todo chalés de estatus medio-alto y lujo, están a la orden del día en la región; principalmente, en las áreas más pudientes. En la demarcación de la Guardia Civil, son municipios del eje de la M-501 (carretera de los Pantanos) y de la cercana A-6 (autovía de La Coruña), en la zona oeste y noroeste, localidades como Villaviciosa de Odón, Villanueva de la Cañada, Las Rozas, Boadilla del Monte, Majadahonda, Torrelodones…
Son los objetivos principales de las bandas de albaneses, otrora conformadas por antiguos militares y paramilitares, pero que ahora conforman jóvenes comunes. Fuentes policiales extienden el paso de estas organizaciones a urbanizaciones también dentro del territorio controlado por la Policía Nacional, como Pozuelo de Alarcón y La Moraleja (Alcobendas), las más exclusivas. «Estamos ahora mismo volviendo al volumen de estos robos previos a la pandemia [2019]. Si desde el Covid la casuística había aminorado, ahora regresamos a las cifras de antes. Sobre todo, desde el cambio de hora del pasado mes de octubre», señalan los investigadores. Y la llegada de la Navidad, con salidas de los moradores mucho más frecuentes, no parece que vaya a mejorar la situación, coinciden los analistas.
Células pequeñas y jóvenes
Este repunte viene de la mano, sobre todo, de las bandas de albaneses, que tienen especial querencia por este tipo de viviendas. En la región madrileña, en la actualidad, hay actuando, «como mínimo», cuatro células de este origen. El 'modus operandi' más habitual es entrar en los chalés en las últimas horas de la tarde y primeras de la noche, entre las 19 y las 23 horas, porque es más fácil encontrar solas las casas. No son grandes grupos, de dos o tres varones entre la veintena y la treintena de años, que compran un vehículo de segunda mano de manera legal a un tercero pero evitan hacer el cambio de titularidad; de este modo, si las matrículas son captadas por testigos o cámaras de videovigilancia, no saldrá su identidad en la base de datos.
La Comunidad de Madrid recibió cada día una media 25 denuncias por robos con fuerza en domicilio entre enero y septiembre de 2024
Son clanes itinerantes, con gran movilidad, que no tienen en cuenta las demarcaciones policiales. Vienen de su país, pasan en Madrid unas semanas o meses, y luego siguen dando palos en otras ciudades del país y se vuelven a Albania. Algunos tienen a peristas o receptadores en nómina en España y aquí venden el material robado; otras veces, lo hacen en su país, donde invierten en ladrillo o en negocios.
«Salen todos los días a robar, incluso varias veces cada noche. Utilizan los vehículos adquiridos y, si es necesario para evitar las garitas de vigilancia o las rondas de seguridad de estas urbanizaciones, llegan campo a través, pertrechados con bragas y gorros oscuros. No hace falta que hagan estudios previos ni que cuenten con santeros [personas del entorno de las víctimas que filtran datos fundamentales sobre horarios, rutinas y medidas de seguridad a la banda]», añade otro informante.
![Dos guardias civiles trasladan a un chileno detenido en la operación Habitat Prado Grande](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/20/albaneses1-U28675477558kyd-760x427@diario_abc.jpg)
Evitan que hay gente dentro, porque lo que buscan es que no haya contacto físico: conocen la legislación y no está igual penado un robo con fuerza en domicilio que un robo con violencia, que son los casos mínimos. Así, acceden a los chalés por la parte de arriba, mediante el método del escalo, a las segundas plantas, y acuden rápidamente a las habitaciones. Como lo habitual es que las alarmas estén conectadas, aprovechan esos minutos hasta que lleguan los agentes para arramplar con el dinero en efectivo, joyas y relojes de alta gama. «Si les da tiempo, se llevan las cajas fuertes. Y, si tienen suerte y gozan de mucho tiempo y alguno de los ladrones tiene pericia, las revientan allí mismo», añade un experto en estas investigaciones. Aunque hay ocasiones en las que se van de vacío, precisamente por esas prisas y por la falta de estudios previos; pero les da igual, porque de ahí se van a otra casa.
Murcigleros
El otro método, menos frecuente, es el que utilizan los murcigleros: entran también por la parte superior de la vivienda pero sabiendo que en la zona inferior están sus moradores. Procuran, eso sí, robar sin que se enteren de su presencia, y prefieren correr ese riesgo porque así se aseguran de que las alarmas y demás sistemas de seguridad estén desactivados.
Cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que accedan a urbanizaciones con sus propias medidas de seguridad? El ejemplo de aquella en la que ocurrió el violentísimo asalto a la mansión de José Luis Moreno, en El Monte de las Encinas (Boadilla), no es el más paradigmático, porque en ella sí que es muy complicado actuar. Pero en otras lo más problemático que se pueden encontrar los amigos de lo ajeno son una garita por la que puede pasar todo el mundo y las cámaras. «Que solo sirven para que, una vez cometido el hecho, quizá podamos recabar imágenes, pero no para evitar los asaltos», explica un policía. Es decir, que el tránsito dentro es libre y las pistas que dejen solo pueden ayudar para la investigación posterior, no para la prevención, de modo que quizá estos albaneses se encuentren ya fuera de Madrid o de España cuando las pesquisas avancen.
El 'modus operandi' más común es entrar cuando los moradores no están, desafiando a las alarmas
La laxa legislación en materia de robos con fuerza, las numerosas urbanizaciones 'premium' y la movilidad geográfica hacen de nuestro país un objetivo apetecible para los albaneses, que también actúan en Alemania, Italia y Francia. Así no sorprende que en los últimos meses haya un repunte en la Comunidad de Madrid, con más de cien golpes de este tipo en chalés. Por lo pronto, la Guardia Civil ha llevado a cabo en lo que va de año once operaciones con éxito del tipo Hábitat ('pronombre' que llevan las investigaciones sobre robos en viviendas; las de los aluniceros y butroneros en locales son denominadas Cerbero).
Violentos chilenos
Una de ellas, eso sí, destacó por lo inusual en el uso de la violencia física. La protagonizaron una banda de chilenos que que asaltaban los domicilios en horario diurno, dándoles igual que hubiese personas dentro. En Hábitat Prado Grande, el Grupo de Delincuencia Organizada de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Madrid detuvo a cuatro personas de la mencionada nacionalidad, de entre 36 y 58 años. Tres de ellos entraban por el escalo a las parcelas y luego forzaban puertas o ventanas de las plantas bajas. Una mujer, desde fuera, vigilaba para que no fueran sorprendidos. Así cometieron una veintena de robos en Villaviciosa, Boadilla, San Sebastián de los Reyes, Pozuelo, Las Rozas y la ciudad de Madrid. Se hicieron, solo en moneda fraccionada, con 60.000 euros durante la pasada primavera.
Hubo un asalto violento también mediático, el que sufrió el jugador del Atlético de Madrid Ángel Correa este pasado enero. Cuatro sujetos le sorprendieron a él y su familia dentro de la casa, en Boadilla del Monte. Se llevaron grandes cantidades de joyas, relojes y dinero. El caso aún está bajo investigación.
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