Cs Madrid renuncia a la mitad de alcaldías que en 2019 pero no tiran la toalla: «Hay que verlo como un acto de valentía»
En los últimos cuatro años, la formación ha sufrido una derrota histórica, fugas y una refundación. Pese al goteo de abandonos, dicen que mantienen la ruta para dar la batalla de «analógicos contra digitales»
El paso en falso de Villacís que abrió la puerta a la desbandada de sus ediles
Begoña Villacís habla en un pleno con Pepe Aniorte, uno de los concejales que se ha dado de baja de CS
Cuando se celebraron las últimas elecciones municipales, en 2019, Ciudadanos presentó listas propias en 113 localidades de la Comunidad de Madrid; acumuló más de medio millón de votos, 257 concejales, un 16,8 por ciento del total de apoyos y consiguió nueve alcaldías y entrar en 17 gobiernos en coaliciones con PP o PSOE. Ahora, van a llevar candidatos a 59 municipios, la mitad que entonces. Pese a que se desangran en un goteo de fugas y abandonos, sus dirigentes mantienen la hoja de ruta y no tiran la toalla: se creen necesarios para acabar con «las políticas de hace 20 años» y quieren dar la batalla: «Analógicos contra digitales», explica Aruca Gómez, candidata a presidir la Comunidad y secretaria de relaciones institucionales de la formación.
Aunque el tango diga que veinte años no son nada, en política cuatro pueden marcar una diferencia como de la noche al día para un partido. Ciudadanos estaba en 2019 en pleno ascenso; sus principales caras en Madrid, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, se convirtieron en vicealcaldesa de la capital y vicepresidente del Gobierno regional, ni más ni menos. Dos años después, Aguado era cesado de forma fulminante y su partido fue arrasado en los comicios autonómicos del 4-M.
Pactos rotos
La crisis en Ciudadanos lleva tiempo fraguándose y dejando cadáveres por el camino. En Madrid, esto se ha traducido en fugas y abandonos, y en la pérdida de varios gobiernos municipales en los que participaban, en coalición con el PSOE o el PP. Incluso han perdido por el camino a un alcalde, el de Paracuellos, que dejó hace dos meses el partido para presentarse a la reelección bajo las siglas de otra formación. La lista es larga: se dieron de baja seis ediles en Valdemoro, uno en San Fernando de Henares, dos en Colmenar Viejo, uno en Guadarrama...
En Valdemoro (74.700 habitantes) gobierna en solitario –el único caso de CS en toda España– Sergio Parra. Tras las seis fugas en su equipo, tuvo que tirar de la lista electoral, que se agotó, por lo que hubo de recurrir a alguien ajeno a la lista, Javier Agejas, para cubrir una de las concejalías. En Collado-Villalba (65.000 habitantes), el pacto de Gobierno con el PP se rompió en marzo tras varias acusaciones de los populares que colmaron el vaso de una tensísima relación. Siguen juntos, no obstante, en otros grandes municipios, como Aranjuez o Arroyomolinos. En Colmejar Viejo, sus dos ediles dejaron CS y pasaron a los no adscritos, aunque sin dejar las responsabilidades de Gobierno. Y lo mismo ocurrió en Guadarrama, donde se produjo la fuga fue de un edil naranja.
«El candidato de Sanchez es Ortega Smith; lo tendrá más fácil con el PP entrenando a los gobiernos de pesadilla con Vox»
Begoña Villacís
Vicealcaldesa de la capital y coordinadora de CS en Madrid
Y para caso singular, el de San Lorenzo de El Escorial: la concejal de Ciudadanos pactó con el PP en 2019, pero rompió ese pacto en 2021 para votar una moción de censura con PSOE y Unidas Podemos que derribó al alcalde popular. En su partido señalaron que era una acción tomada a título personal y sin contar con la organización. En 2022, tumbó los presupuestos de su propio Gobierno, al votarlos en contra junto a PP y Vox; y fue expulsada del ejecutivo local.
De CS son los alcaldes de localidades más pequeñas como Torrejón de la Calzada (Azahara Molina), El Molar (Yolanda Sanz), Villarejo de Salvanés (Jesús Díaz Raboso), Robledo de Chavela (Fernando Casado) o Santa María de la Alameda (Francisco Palomo) y La Acebeda (María Rosa García).
Tormenta
Pero ¿qué lleva a un partido en retroceso, con dirigentes en desbandada y una fuerte crisis interna, a continuar en la pelea y presentar candidatos a decenas de municipios donde habitan cinco millones de madrileños? Aruca Gómez sostiene que «hay que verlo como un acto de valentía»: «Cuanto más arrecia la tormenta que nos quieren provocar desde el bipartidismo, con embestidas del PP y del PSOE, hay que reconocerle el valor a quienes dan un paso al frente», arguye en conversación con ABC.
La riada de deserciones es el ruido del que se vale el bipartidismo, insiste la dirigente, para quitarlos «de enmedio, para que la gente desee volver a las mayorías absolutas». «Pero eso es un nido de corrupción y de involución», advierte. Para Begoña Villacís, la cara más conocida de Ciudadanos en Madrid y uno de sus referentes estatales, ante esa actitud de los defensores del bipartidismo, ellos dan «el contrapunto reformista, que en Madrid ha funcionado muy bien».
Villacís matiza que sus candidatos a las municipales «en realidad son muchas más» porque están también «aquellos que acuden junto a otros partidos, como el caso de Alcobendas». «Es lo que yo defendía, buscar alianzas para fortalecernos», asegura. Se refiere a sus declaraciones del pasado mes de enero, cuando pedía trabajar en «fórmulas creativas» para «reforzar el centro político» y las salidas de sus candidatos en las elecciones de mayo.
Frente a las fugas masivas, que a ella le han afectado en su propio equipo –han abandonado el partido sus concejales Ángel Niño, Pepe Aniorte y Sofía Miranda–, les resta importancia: «Renové a cuatro concejales en 2019, y ahora renuevo a cinco; es seguir la dinámica». Ante la evidencia de que son ellos los que se han ido, insiste en su tesis: «Un par se van; les deseo lo mejor. Pero los perfiles más potentes, estamos todos: Mariano Fuentes, Silvia Saavedra, Santiago Saura, Miguel Ángel Redondo...». En este punto, lanza un aviso a navegantes: «Yo he respetado lealmente nuestro pacto de gobierno, hasta el límite de haber renunciado dos veces a la Alcaldía. Espero que se haga igual en la otra parte».
El espíritu batallador no se le puede discutir a esta formación: ante la marcha del alcalde de Paracuellos, que se ha pasado a otro partido a apenas dos meses de los comicios, su respuesta a sido presentar otro candidato. «Que ha salido de los afiliados –recuerda Aruca Gómez–; no van a poder con nosotros». Le afea al actual regidor que «él ha podido, gracias a la marca, sacar adelante los planes en el ayuntamiento».
Encuestas
Las particularidades de Ciudadanos, un partido aún muy joven –se presentó por primera vez en Madrid en unas municipales en el año 2011– también se extienden a sus afiliados: «Hay que tener en cuenta que en CS hay mucha gente que no había militado antes en política, y no responde igual que en otros partidos: nuestra gente es diferente para todo», explica Gómez.
Si dentro los problemas crecen, fuera la perspectiva no es mucho mejor: las encuestas publicadas no son muy favorables a Ciudadanos. La última que ha elaborado GAD-3 para ABC, les deja fuera del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad: apenas alcanzarían un 1 por ciento en la Asamblea –frente al 3,6 por ciento de 2021–, y un 2,8 por ciento en la capital –logró un 19,2 por ciento en 2019–, por debajo incluso de lo que se prevé que obtenga Unidas Podemos.
Aruca Gómez es optimista: «La energía diferencial se está notando un montón. No aspiramos sólo al 5 por ciento, sino a ser decisivos». Por eso, rechaza a quienes dicen que su partido está muerto: «Eso es el mantra del PP para que no nos tengan en cuenta. Aquí no hay nadie muerto». Lo mismo defiende Begoña Villacís: «No está muerto el proyecto. Mucha gente responde a este perfil, y quiere regenerar, quiere la política para adultos, cree que no se pueden subir las jubilaciones o los sueldos de los funcionarios indefinidamente con los salarios de los jóvenes como están; el proyecto sigue muy vivo».
De hecho, está convencida de que son necesarios porque «el candidato de Pedro Sánchez es Ortega Smith: su galería de horrores con Bildu, ERC, etc, estará amortizada, y a la hora de ganar espacio en el centro, que es donde se ganan las elecciones, Sánchez lo tendrá más fácil cuando el PP esté estrenando gobiernos de pesadilla con Vox».
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