Carlos Chamarro, actor de 'Camera Café': «Lope de Vega era un tipo más brillante que Shakespeare. No tengo ninguna duda»
COLONOS
El catalán, en los escasos ratos libres de la capital, no perdona ni su vermut ni la vida familiar
Ion Aramendi: «Creo que en Madrid hay cosas muy vascas y otras que no son más que puro postureo»
Carlos Chamarro atiende en el teatro que lleva el nombre de un grande, Quique San Francisco. Saltó a la fama con 'Camera Café' como el impagable Julián Palacios, y ahora, en el espacio escénico de Chamberí, anda con la obra 'Un buen colchón'. Su ... hablar es didáctico, pausado, aunque no se corta en la defensa del teatro catalán de aquella vanguardia cuando en Madrid se estaba en el Siglo de Oro.
Le fastidia el 'vuelva a usted mañana', la politización, aunque admira incondicionalmente a un madrileño como Lope de Vega, al que pone muy por encima de Shakespeare. Es hombre familiar, amante del vermut, la cocina, los hijos, y un admirador de su pareja. Hay que volver a su tono pausado y a las ideas claras.
—Al ser esta una sección sobre Madrid le pregunto sobre Barcelona. Y su negociado, el teatro.
—Sí, como catalán, hace 40 o 50 años ya hemos sido la cuna del teatro, no sé si por alguna herencia europea, al estar más pegados a Francia. Era la ciudad desde donde se escapaba todo el mundo a Perpiñán a ver películas de la Nouvelle Vague. El teatro nace de la crítica social. Y en aquella época salieron grupos como Els Joglars que para mí fueron los que más potencia le dieron a la crítica social. Salió Tricicle. En Madrid se estilaba más el teatro clásico, por el teatro en verso, por el Siglo de Oro. Y en Barcelona, por esa cultura paralela en catalán, teníamos otros autores, y Cataluña, por eso, tiró más por el teatro protesta.
—Luego está el microteatro. Y ahora, sí, hábleme de sus dos ciudades.
—Pues con el microteatro pasa al contrario. Aquí está funcionando muy bien, en Barcelona se ha intentado varias veces. Creo que porque no ha estado bien gestionado porque la idea es la misma. Pero en Cataluña hay mucha 'performance', que es un teatro, entre comillas, que tiene un minutaje distinto al que tiene una sala grande. En Madrid ha funcionado porque es una oferta fresca. Y es muy importante esa pequeñita barra donde puedes quedar con un amigo antes de la función. Además tienes a los actores supercerca, que es un reclamo muy bonito.
—No me desvío de su oficio. ¿Qué personaje de la historia teatral, desde Sófocles, un poner, asociaría con Madrid?
—Uff, madre mía, pues no te sabría decir. Podría ser un Tenorio, por lo que te he dicho antes, que identifico Madrid con el teatro más clásico. O Lope de Vega, que era un tipo más brillante que Shakespeare. No tengo ninguna duda en eso. Más brillante, y más promiscuo y prolífico (ríe por la azarosa vida fuera de los corrales de comedia del 'Fénix de los Ingenios'). Tuve la suerte de hacer en el Teatro Clásico 'El castigo sin venganza', porque le tachaban de ser un autor como muy de comedia y dijo «¿ah sí? Pues voy a hacer un drama». Y es que me parece una de las obras cumbre del Siglo de Oro español.
MUY PERSONAL
- LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO. Barcelona, 12 de agosto de 1973.
—¿Sigue existiendo la inveterada costumbre matritense de una copa después de un estreno?
—Sí. Es como el momento cuando te han venido a ver, tras un estreno, y pones al otro un brete al preguntarle qué le ha parecido la función. Pero los que ya llevamos un tiempo en esto ya no condicionamos a la gente.
—En Madrid, ¿hay que interpretar o ser?
—Hombre, para mí Madrid está muy politizada y a veces tienes que interpretar mucho. Y lo que cuenta en la vida es ser uno mismo, para lo bueno y para lo malo.
—Vuelvo al principio. En el género dramático, ¿qué deberían aprender Madrid de Barcelona y viceversa?
—Pues mira, yo creo que Madrid debería aprender de Barcelona una autenticidad, la de aquellos grupos de hace cincuenta años que trabajaban mucho la obra desde el ideario. Y no desde textos ya establecidos. Aunque exactamente no sé cómo está ahora. Y Barcelona de Madrid, lo que podría hacer es abrir un poco la mente de ese «no te conozco, no sé quién eres, no sé si te voy a coger para este proyecto». Pues no, se hace una prueba y si gusta el trabajo en el casting se cuenta con el intérprete. Hay que apostar por el actor. Existe más miedo en esto.
— La cuestión es la misma. Pero cuando no está en las tablas.
—Pues en Barcelona sí te podían poner una tapita, que es algo que no hacen. Y si pides unas patatas te las cobran. Y en Madrid hay que aprender que le falta para tener una playa. Que para los que somos de litoral, Madrid tiene un punto que nos agobia.
MÁS INFORMACIÓN
—Como Perales, ¿a qué dedica el tiempo libre en la capital?
—Dedicarme a mi familia, leer, pasear. Mi vermut. Me gusta mucho la restauración, cocinar. Y poco tiempo tienes. Hacer deporte para elongar músculos...
—¿Qué actor o actriz, que haya conocido en esta ciudad, le ha marcado más?
—Voy romper una lanza en favor de mi mujer, que después de ser doctora 'cum laude' en Física se dedica de lleno a la interpretación.
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