Camorritos, una histórica colonia a las puertas del desahucio total
Los titulares de 80 chalés deberán entregar las llaves al ayuntamiento de Cercedilla al caducar la concesión. Los vecinos acudirán a los tribunales y pedirán la suspensión cautelar de la orden hasta la resolución de los jueces
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Uno de los vecinos afectados por el futuro desahucio
Abuelos, padres, nietos y sobrinos, en total cuatro generaciones de las que forma parte Pablo Abellanas, han estado vinculadas durante décadas a la misma casa de Camorritos «de abajo», que es como se conoce a la parte sur de la histórica colonia situada en ... la sierra de Guadarrama y que a día de hoy ve su futuro comprometido. Los titulares de en torno a 80 chalés, según informó la Comunidad de Madrid a sus vecinos el pasado 30 de septiembre, deberán entregar sus llaves en un plazo de tres meses desde la recepción de la carta, pues la concesión a la que está sometido el terreno sobre el que levantaron sus hogares ha caducado.
Las familias ahí residentes no aceptan el inminente desahucio al que se han visto expuestos y acudirán a los tribunales para solicitar la suspensión cautelar de la orden hasta que se pronuncien definitivamente los jueces, «evitando el enorme daño que podría ocasionar a cientos de personas».
Esta colonia, un tranquilo paraíso a las afueras de Cercedilla, nació a principios del siglo pasado, a raíz de dos reales órdenes del Ministerio de Fomento, durante el reinado de Alfonso XIII. En las mismas se autorizaba a la Sociedad del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (SAFEG) a ocupar los terrenos incluidos en los catálogos de montes de utilidad pública para construir una línea de ferrocarril que conectara con el Puerto de Navacerrada. Todo ello motivado por el creciente interés por la montaña. Fue una nueva Real Orden posterior la que autorizó a la mencionada sociedad a levantar los edificios necesarios para dar vida a este terreno que entonces era un erial.
Se permitieron así el establecimiento de comercios, casas para obreros, capilla y centro recreo, y todo lo que hiciera posible la comodidad de las personas que iban a residir en la misma. Además, según un informe publicado en 2020 por el ayuntamiento de Cercedilla, también se permitió «ceder a terceros el derecho a ocupar temporalmente» los terrenos y a construir edificaciones.
Colonia de Camorritos, en la sierra de Guadarrama
Sobre este mismo espacio se levantó lo que ahora es la casa de Pablo y su mujer, a quien conoció en Camorritos y con quien se casó en la capilla de esta histórica colonia. «Vivo en esta casa desde el 2000, cuando fallecieron mis padres y se la compramos a mis hermanos, pagando 24 años de hipoteca. Tengo 64 años, en unos meses me jubilaré y si finalmente me desahucian tendré que empezar mi vida de cero», relata con angustia este vecino de Cercedilla, que durante décadas ha conocido el insufrible frío de la sierra de Guadarrama.
En abril de 2019, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la región dio por caducada la concesión. Sin embargo, la apertura de un plazo de alegaciones y el posterior estallido de la pandemia dificultó la presentación de los expedientes y catapultó la notificación del Gobierno regional hasta septiembre de este año. Desde ese momento, los vecinos tanto de Camorritos como las más de 300 viviendas del Puerto de Navacerrada –que se encuentran ante el mismo problema– tienen hasta enero para entregar las llaves a los propietarios, los ayuntamientos de Cercedilla y Puerto de Navacerrada.
«La Comunidad de Madrid nos dijo que tratáramos de llegar a un acuerdo con Cercedilla. En base a esto, consultamos la posibilidad, pero el ayuntamiento, vistas sus expectativas con este terreno, no está abierto a comunicarse», determina a este periódico Enrique Castells, otro de los vecinos y miembro de la Asociación de Titulares afectados de la Colonia de Camorritos.
Desde la Consejería de Medio Ambiente aseguran a este periódico que su labor se limita a comunicar a ambos consistorios de la sierra madrileña el fin de la concesión y la exigencia a los ocupantes de estos terrenos de entregar las llaves a los dueños, y los que deciden qué se hace con las hectáreas que forman esta colonia. Sin embargo, los ahí residentes lo tienen claro: el ayuntamiento –gobernado por el Grupo Independiente Cercedilla– «quiere llevar a cabo una operación económica para embolsar dinero extra a costa de echar a un montón de familias a la calle y sin tener en cuenta la angustia y agonía que significa para muchos de ellos».
Uno de los vecinos afectados por el futuro desahucio
José Luis, ya jubilado, compró su vivienda en este terreno como una segunda residencia. «En esta casa he puesto la mitad de mi vida, mis hijos han venido a aquí y ahora nos vemos fuera de la noche a la mañana», explica este vecino, que asegura que en la nota registral, que consultó antes de hacerse con esta propiedad, se especificaba que «no se conoce o no consta fecha de limitación».
Tras firmar todos los papeles, comenzó a aumentar gradualmente su presencia en Camorritos, donde hoy pasa cuatro días a la semana. Él considera que para poder vivir aquí, donde los inviernos se hacen cuesta arriba, se debe sentir simpatía por «el monte, la soledad y el silencio», se debe ser consciente de que se trata de un espacio protegido y advierte de que en muchas ocasiones «toca rascar el hielo de las tuberías».
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ContinuarSin embargo, no son solo las ganas lo que permite a uno soportar las duras condiciones de este punto, sino también requiere un gran esfuerzo económico. «Tuvimos que hacer una rehabilitación integral de la casa para poder venirnos a vivir aquí, tenia la electricidad a 125v, las tuberías eran de plomo, las ventanas de madera sin aislamiento, el tejado de pizarra con gorras, la calefacción de carbón y yo no la conocí nunca en funcionamiento. Las obras nos costaron más de 120.000 euros. Todos estos trabajos se contrataron en el pueblo», determina Pablo.
El ayuntamiento de Cercedilla, en el mencionado informe sobre la situación de dichas colonias, apunta que el valor actual de estos inmuebles «es muy considerable» y la explotación de los mismos a través de nuevas concesiones podría reportar «ingresos importantes que podrían ser destinados a la mejora de sus infraestructuras o servicios sociales, en beneficio de todos sus vecinos».
Colonia de Camorritos, en la sierra de Guadarrama
Hoy, este consistorio sostiene la misma posición. Mantendrá la totalidad de los chalés, apartamentos, residencias y demás edificaciones e infraestructuras construidos sobre dichos terrenos; exige a los actuales ocupantes la entrega de dichos inmuebles «el día y hora que señale la Consejería»; y agradece la labor de la Comunidad de Madrid, «que ha contribuido con su compromiso y su trabajo a este gran éxito de la Democracia y el Estado de Derecho».
La postura de este ayuntamiento, «que habla permanentemente de que su propuesta es en beneficio de todos sus vecinos» es una de las cuestiones que «más duelen» a los residentes de esta colonia. «Si lo mejor para mí como vecino es que me quiten mi casa y me dejen en la calle, no quiero imaginarme cual sería la peor… Yo vivo aquí, estoy empadronado, pago mis impuestos en el pueblo, entierro a mis muertos en el pueblo, voto en el pueblo, y sin embargo no tengo la condición de vecino».