Búsqueda contra el reloj para encontrar a María Trinidad, una mujer de 83 años perdida en la carretera

El rastro del coche que conduce María Trinidad López-Almansa López se pierde a unos 15 kilómetros de su casa, a la salida de Torrelaguna. El corto trayecto, de apenas 18 minutos, se alarga entre la penúltima cámara que la capta (en una rotonda de Fuente el Saz de Jarama) y la última por espacio de dos horas. «Circulaba a una velocidad muy lenta, tan despacio que eso genera peligro para cualquier otro conductor», relata desesperada su sobrina Mar Sánchez. Desde las 21.20 horas del pasado martes, nadie ha vuelto a ver a su tía ni tampoco el vehículo, un Dacia Sandero, gris claro metalizado, con matrícula 2312-GTS. Cualquier pista, por pequeña que sea, puede ser vital para dar con el paradero de esta mujer de 83 años, vecina de Valdetorres del Jarama.

La Guardia Civil, Protección Civil, policías locales de las localidades de la zona, vecinos y familiares la buscan desde entonces. «Lo más importante es la divulgación del coche, porque si no está dentro, estará cerca», advierte su sobrina. Los agentes del Instituto Armado están cotejando las cámaras de la Dirección General de Tráfico (DGT) a fin de estrechar el perímetro en el que buscar. Mientras, se han realizado varias batidas, en las que se han empleado drones y un helicóptero para tratar de localizarla también desde el aire. Todas, hasta ahora, han sido infructuosas.

La huella de María Trinidad se borra el martes en Valdetorres de Jarama. A media tarde sale de casa para dirigirse al municipio contiguo de Fuente el Saz. «Ella no solía conducir y, si lo hacía, siempre era con su marido», recuerda Mar, con la circunstancia añadida de estar incomunicada. «El problema es que no tenía batería y como tenía que ir a un centro de belleza que está a 2 kilómetros de su casa, salió sin el teléfono», explica. En el local, se realiza una limpieza facial y se marcha en aparente normalidad. A las 19.20 horas, las cámaras de tráfico la graban en la carretera que une los dos municipios.

La octogenaria pasa de largo al llegar a la altura de su vivienda y llega a la rotonda de Fuente el Saz. Allí, da media vuelta y también pasa de largo. «Estuvo buscando su casa, yendo y viniendo, porque debió desorientarse», cuenta su sobrina, consciente de la mala climatología ese día. «A esa hora ya era de noche, llovía...», añade, sin saber si su tía se detuvo o qué pudo pasar para que tardase cerca de dos horas en llegar a Torrelaguna, donde una cámara caza al vehículo por última vez.

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La Guardia Civil ha comprobado que no hubo accidentes en esa franja de tiempo y espacio (al menos registrados) y que no hay ninguna persona ingresada con sus características en los hospitales más cercanos: la mujer mide 1,62 metros de estatura, pesa 70 kilos, presenta una complexión normal y el pelo corto y de color rubio. «Su marido tiene 86 años y está destrozado», subraya Mar, quien se ha desplazado desde Valencia (donde vive casi toda la familia) hasta Madrid para estar con él y participar en todas las tareas de búsqueda. «No tienen hijos, yo he sido como una hija para ella».

María Trinidad cogió el coche con el depósito casi lleno, por lo que lo más seguro es que no se detuviera en ninguna gasolinera. «Lo importante es dar con el coche, y saber así si se salió de la carretera o lo dejó aparcado en algún lugar», remarca su familiar. El domingo habló con ella y no advirtió nada extraño. «Mi opinión es que ella se asustó de tal manera que la mente le hizo un 'click'», considera al respecto de su tía, una mujer que nunca lleva tarjetas de crédito, pero que suele salir con bastante efectivo encima.