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La candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Madrid, Begoña Villacís ERNESTO AGUDO
Cris de Quiroga

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Ciudadanos se hunde desde 2018, esa moción de censura fallida en Murcia que ahondó en la crisis de los liberales, y el desafío de Begoña Villacís (Madrid, 45 años) es salvar Madrid. La capital es uno de los últimos reductos de los naranjas, donde gobiernan en coalición con el PP y gracias a los votos de Vox. Algunas encuestas garantizan su supervivencia en el Ayuntamiento; la última de GAD3 para ABC, sin embargo, confirma su desaparición, con el 2,8% de los votos, lejos del umbral del 5% necesario (80.000 papeletaws) para entrar en el Palacio de Cibeles.

Villacís afronta las elecciones del 28M tocada. Más de la mitad de sus once concejales le han dado la espalda. Solo tres repiten en lo más alto de la lista: su hombre de confianza y delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, Silvia Saavedra y Miguel Ángel Redondo. El cuarto, Santiago Saura, que quiso ser el segundo de Edmundo Bal en las primarias de CS, cierra simbólicamente la lista. Han sido años y meses agitados, sobre todo, después de que Villacís coqueteara con ser «una corriente interna dentro del PP», como publicó 'El País'.

El pasado febrero salieron a la luz encuentros de la vicealcaldesa con el coordinador nacional del PP, Elías Bendodo, y conversaciones en las que ella dudaba sobre su futuro en el grupo municipal de CS. Fueron días convulsos, hasta que Villacís lo desmintió todo: «No me quedo en Ciudadanos porque nunca me he ido». La vicealcaldesa dijo que tomar cafés con personas de otros partidos formaba parte de su trabajo. Pero el grupo implosionó y, en la recta final del mandato, había concejales de CS que no hablaban entre ellos ni con Villacís y otros que se arrimaban al PP. A un mes de las urnas, dos saltaron de bancada.

El delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, y el responsable de Innovación y Emprendimiento, Ángel Niño, ocupan los puestos 32 y 25, respectivamente, en la lista de los populares. Y Villacís mira hacia delante, con un equipo renovado que tiene «principios» y que define Madrid como «la Villa que no se rinde». Igual que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, la vicealcaldesa se agarra a la gestión de los últimos cuatro años y al matrimonio sin sobresaltos con el PP, un balance positivo que espera le permita reeditar el pacto de 2019.

La carrera profesional de Villacís

Villacís estudió Derecho y participó en muchas tertulias televisivas como analista, donde se cruzó con el entonces presidente de CS, Albert Rivera. Antes de que los liberales la ficharan para las elecciones municipales de 2015, también negoció con Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, que le ofrecieron incorporarse a la lista de Vox. La candidata, que hoy se postula como la única alternativa a los «zascas» de la extrema derecha, se decantó por encabezar a los naranjas e irrumpió en el Ayuntamiento de Madrid con siete concejales. En 2019, Villacís consiguió el 19,2% del voto y otros cuatro ediles. Cuatro años después, su supervivencia en Cibeles es una incógnita.

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