DE BANDAS, BANDOS Y BANDIDOS
BAJO CIELO
A veces Madrid me sorprende por patosa; antes no eras así
Las nuevas formas de moverse por Madrid
![Una de las aglomeraciones en Chamartín este verano](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/08/24/DAMBin(14)-RNSlCyF1rJvEs3qsLJyu0KI-1200x840@diario_abc.jpg)
Ay Madrid cómo me dueles a veces. Se termina el verano y recuperas ese ritmo frenético al que te has acostumbrado a movernos. La ciudad, llena de obras, sigue creciendo de modo absurdo porque el orden nunca fue una tus prioridades. Lo haces desordenada ... porque te hicieron así, crápula, villana y anárquica. Ya lo dijo Danny de Vito, que Madrid siempre está en busca del tesoro y se parece a Atapuerca.
Los madrileños de segunda generación van con machetes en los pantalones 'cagaos' y se apuñala por venganza o por torpeza. Recuerdo cuando no se podía pisar la plaza de los Cubos o algunas zonas de Malasaña porque los rapados, rojos o nazis, te pegaban una paliza sin preguntar. Pero acabaste con ellos y les echaste de la ciudad porque aquí estamos hechos para vivir y no para matarnos. Ahora, sin embargo, parece que las bandas de latinos o insensatos se te hacen bola y no sabes ni por dónde empezar para terminar con ellas.
Te ponen fea, insegura, lejana y peligrosa. Los parques se llenan de esa música que es la banda sonora de esta generación de mimados que ni van ni vienen, que se quedan porque les dejas en su nonada de ilusiones. Y se rajan, se matan, se apuñalan y no les pones coto porque no tienes tiempo para ser adulta. O no quieres. O no sabes.
La polarización
Se acaba el verano y vuelven los bandos. De nuevo se crispa y se cobra por ello en televisiones, en medios de comunicación, en redes, en todo. Luego bajas al bar y la cosa parece que no era para tanto, pero fuera siguen los adictos polarizándose desde esa pantalla que es la pena más larga que tenemos. Y en el restaurante papá y mamá le sueltan el móvil al niño para que se calle o para que se pinche, que es lo mismo en esta adicción sin control parental. Los chicos se hablan por mensaje porque no saben mirarse a los ojos. Ni quieren. Se acaba el verano y parece que nunca hubiera sido. Ya estamos igual que antes de irnos, que si tu más que si yo tanto. Y ellos pescando. Y nosotros picando. Si dejáramos ver la tele como hacíamos en verano igual nos iba mejor y formaríamos solo un bando. El nuestro. El de todos.
Madrid se levanta de su mes de descanso y resulta que tiene ojeras porque ha dormido mal con tanto ruido taladrando. Los estudiantes no saben dónde dormir porque no hay sitio para tantos. Los pisos, reformados, todos iguales, como si les hubiera inyectado bótox con su madera nueva, su cocina abierta y su precio disparado. La ciudad, corriendo a toda mecha, va dejando atrás lo que no deja propina o pelotazo. Por eso entre bandidos en las notarías, los bandos para el populacho y las bandas para los niñatos, está Madrid terminando agosto como si nunca lo hubiera empezado. Donde estaba el restaurante ese ahora hay otro. Y la tienda de siempre, la droguería de viejo Manuel Riesgo, la de detrás de Gran Vía, en Desengaño, ha echado el cierre sin saber ni por qué ni hasta cuándo. Puede que pronto sirvan 'smash burguers' o margaritas, o pokes o tequeños, o todo eso que abarrota el Glovo de nuestra pereza, que es en realidad otra derrota nueva.
Por eso, a veces Madrid me sorprendes por patosa. Antes no eras así. Ni tan cambiante ni tan avariciosa. Será cosa de este nuevo siglo en el que no importa tanto la raíz sino la poda.
Los retrasos en el tren parecen estar hechos aposta. Temo que los artistas que se bajaban en Atocha prefieran seguir hasta Segovia, Guadalajara o Pucela. Que Madrid termine siendo otra parada más en la ruta hasta la fama, y que siga borrando todo aquello que buscaban los poetas.
Antes la ciudad estaba llena de ilusiones y derrotas, pero hoy, entre bandas, bandos y bandidos estamos dejándola coja. Pero ella acelera y sigue sin mirar atrás todo lo que deja. Quizá cuando no quede nada de ella nos preguntaremos qué pasó para perderla. Aunque cuando eso ocurra, no quedemos ninguno de los que la hicimos de esta manera.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete