Ayuso acusa a Sánchez de pedir su dimisión para tapar la ley de amnistía

Sara Medialdea

Madrid

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13/03/2024
Actualizado 14/03/2024 a las 02:28h.

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Serena e intentando contener la mecha corta de su carácter, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso compareció ayer por segunda vez en 48 horas para dar explicaciones sobre las acusaciones contra su pareja, Alberto González Amador. Un particular, recordó, sometido a «una inspección fiscal salvaje» pero en cuya actividad «no hay un solo contrato con la Comunidad de Madrid». Es, concluyó, «una persecución política escandalosa y turbia por las filtraciones». Y por la que el presidente del Gobierno pidió ayer varias veces su dimisión, como también hicieron varios ministros y hasta un eurodiputado en el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo. No le preocupa: «Pedro Sánchez está sentado en la corrupción política y económica, y eso no lo va a tapar aunque pida mil veces mi dimisión».

Por ahí comenzó su defensa, precisamente, recordando que hoy se aprueba la Ley de Amnistía: «El presidente del Gobierno ha pedido mi dimisión, imagino que para intentar tapar ese escándalo». Pero «sigue sin exigir su acta de diputada a la señora Armengol y al ministro Torres», o «mantiene en su cargo al exministro Illa, cada vez más sospechoso de haber repartido millones de euros sin justificación». «Sánchez busca desestabilizarme a través de mi destrucción personal, cuando el único destruido aquí es él», denunció.

Desde que se publicara el pasado lunes en eldiario.es que la Fiscalía de Madrid había presentado una denuncia contra la pareja de Díaz Ayuso, acusándole de dos presuntos delitos fiscales y otro de falsedad documental para eludir el pago de 351.000 euros en el Impuesto de Sociedades que le correspondía por su facturación en compraventa de material sanitario, se han alzado voces en el PSOE pidiendo explicaciones a la jefa del Ejecutivo madrileño. Hasta que ayer, el propio Pedro Sánchez daba un paso más y exigía su dimisión.

En su defensa ante una acusación que, hasta ahora, se refiere a la conducta de su pareja sentimental y no a la gestión pública de Díaz Ayuso, esta lamentó «ver a los poderes del Estado filtrando datos de un particular para intentar destruir a un político», refiriéndose a ella misma.

Y defendió a González Amador: «Hasta donde sé, mi pareja está sufriendo una inspección fiscal salvaje que afecta de los años 2018 a 2022, para retrasar los casi 600.000 euros que Hacienda le debe. Es falso que deba a Hacienda dinero. Es una inspección sacada de quicio. Un ciudadano particular está siendo asediado por todo el poder del Estado por ser mi pareja».

Díaz Ayuso quiso dejar claro desde un principio que las acusaciones contra su pareja no tienen ninguna vinculación con el Gobierno regional ni con la gestión de la presidenta al frente del mismo: «No hay un solo contrato con la Comunidad de Madrid» en las actividades de su novio que están bajo vigilancia. «Se está mezclando todo en una persecución política escandalosa y turbia por las filtraciones».

Especialmente crítica fue con la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que «soltaba por los pasillos datos personales de este particular que ni siquiera el propio afectado conocía». Puntualizó que los hechos que se investigan afectan a «una época en que no eramos pareja. La próxima vez que salga con alguien le pediré el currículum, su certificado de Hacienda y el de vacunación», ironizó.

Entre las críticas que le han llovido a Isabel Díaz Ayuso estos dos últimos días, muchas se refieren al piso en el que vive con su pareja, que la ministra María Jesús Montero dijo que estaba pagado «con fraude a la Hacienda Pública». También de esta acusación se defendió la presidenta madrileña: «No es un piso de un millón, no es mío, está hipotecado, está registrado mediante notario, está legal, está todo en A. No está comprado, como hacen tantos políticos socialistas, con billetes en rulos».

A renglón seguido, subrayó que los ciudadanos no le «pagan la vivienda, ni la peluquería, ni los transportes, ni como al señor Sánchez los transportes ni el jardinero, ni limpieza, ni todo lo que a él y su familia le pagan».

La jefa del Ejecutivo madrileño ya aludió ayer a lo que considera una persecución o cacería hacia ella y su familia, mantenida en el tiempo. Por eso, volvió a defenderlos: «Mi padre murió sin deber un duro, siendo un hombre honrado; mi madre no ha dado pelotazos; mi hermano es un comercial que lleva 30 años haciendo lo mismo; y mi pareja no está en ninguna trama, sólo está sufriendo una inspección de Hacienda orquestada contra mí».

Tan convencida está de que los ataques se dirigen a ella aunque las bofetadas las reciba su novio, que lanzó una cuestión al aire: «¿Hablaríamos de todo esto si no fuera mi pareja?». Destacó también que el mayor incremento patrimonial de Alberto González Amador se produjo «con el principal proveedor del Gobierno de Pedro Sánchez», por lo que animó a los periodistas «a preguntar en Moncloa». Se refiere a la empresa FCS Select, la misma a la que los populares de Madrid pusieron en el foco en una denuncia en Anticorrupción en marzo de 2022 por contratos que superaban los 263 millones de euros. Compraba material a la mercantil de su pareja.

A Pedro Sánchez le aconsejó tranquilizarse: «Relájese. Relájese porque no sabemos qué le está pasando; algo le sucede para estar así de nervioso. A lo mejor le recomiendo unas vacaciones en República Dominicana, y usted lo sabe muy bien, hay vuelo directo», indicó, en un críptico mensaje. Insistió en destacar el «nerviosismo del presidente», y animó a los periodistas a investigar «quién y cómo se han filtrado» datos de un particular.