Cada avería en Cercanías cuesta a Madrid 15 euros persona/hora: 20 millones en 2023
Poner más Metro y autobuses tiene un coste: sólo en diciembre, supuso a Transportes 1,2 millones de euros
Renfe endurece su compromiso de puntualidad y solo indemnizará la totalidad del billete por retrasos de más de 90 minutos
Usuarios de Cercanías de Madrid, indignados por estar atrapados, sin aire y tener que llegar a Atocha caminando
![Pasajeros en un andén en la estación de Atocha](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/10/estacion-atocha-Rh1D9fPnZ0AS6lqO4ZecYPM-1200x840@diario_abc.jpg)
Lunes, 7.30 de la mañana. Decenas de miles de personas esperan hacinadas en una estación a que llegue su tren de Cercanías; algo pasa porque no aparece ningún convoy desde hace rato, y el público sigue acumulándose en los andenes. En otro punto, centenares ... de viajeros se preguntan qué ocurre; su tren se ha detenido en medio de las vías y no avanza desde hace un cuarto de hora. Por megafonía se les explica que hay una incidencia que les permite continuar. Se les ruega paciencia. No funciona el aire acondicionado y algunas personas comienzan a agobiarse. Y no hay nada más contagioso que el miedo y la inquietud. La escena es ficticia, pero se ajusta punto por punto a la que viven en demasiadas ocasiones los viajeros de Cercanías madrileños.
Y cada vez que ocurre una avería, el resto de la red de transporte público se tensiona y debe responder con más oferta. Algo que no sale gratis: hasta 15 euros por persona y hora le cuesta al Consorcio Regional de Transportes el refuerzo en Metro y autobuses. Unos 20 millones de euros al año, calculaba la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, invierte la región en refuerzos de Metro y autobuses interurbanos a causa de las averías.
Unas 700 incidencias se produjeron durante el pasado año en la flota de Cercanías. Y en lo que va de año, ya se contabilizaban casi 180, entre averías y afecciones. El asunto ha hecho correr ríos de tinta, generado centenares de quejas en las redes sociales, y servido de combustible a la guerra política.
De hecho, el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Jorge Rodrigo, ha escrito hasta cinco cartas en seis meses al ministro del ramo, Óscar Puente, solicitándole entrevistas para hablar de los problemas de Cercanías, y expresándole su preocupación por la seguridad de los usuarios, después de que se produjeran varios descarrilamientos de convoyes en la red de Cercanías.
Alternativas
No es fácil poner cifras al coste de reforzar Metro y autobuses interurbanos cada vez que se produce una incidencia en Cercanías: depende de la duración de la misma y de los usuarios afectados. Y estos son no sólo los que se quedan atrapados en un convoy en medio de la vía durante un tiempo indeterminado –desde varios minutos a más de una hora–, sino también todos los que sufren las consecuencias de que ese tren se detenga en una vía o un túnel, y no permita pasar a los demás: miles de personas en las distintas estaciones del trayecto, esperando y desesperándose porque su medio de transporte no llega.
Cuando esto pasa, no es extraño que desde megafonía de los trenes se sugiera a los usuarios que opten por otros medios de transporte. Pero para que éstos puedan absorber el incremento repentino de demanda, es necesario reforzarlos. Y eso no es gratuito.
En la Consejería de Transportes tienen cuantificado lo que les supusieron, por ejemplo, las incidencias del pasado mes de diciembre, cuando en apenas dos semanas se produjeron tres descarrilamientos que afectaron a las líneas de Cercanías. El primero, el 26 de noviembre, fue un Intercity que se salió de la vía a las 14.30 en el túnel de Recoletos dirección Chamartín, lo que provocó la suspensión del servicio entre Atocha y Recoletos y afectó a las líneas C1, C2, C7, C8 y C10.
Nueve días después, el 5 de diciembre, a las 14.42, en el mismo lugar, Cercanías comunicó nuevos problemas por otro descarrilamiento, que provocó desvíos, retenciones y demoras selectivas en las líneas C1, C2, C7, C8 y C10.
Tres descarrilamientos
Hubo un tercer descarrilamiento el 8 de diciembre, a las 00.40 horas, por un tren procedente del aeropuerto de la línea C1. La hora en que se produjo, en plena madrugada, evitó que se produjeran problemas en otras líneas, y sólo se vio afectado el último servicio de la línea C1, que finalizó recorrido en Nuevo Ministerios.
De acuerdo con los cálculos de la Consejería de Transportes, estas tres incidencias acumuladas en un solo mes afectaron a unos 160.000 viajeros de la red de Cercanías. El tiempo medio empleado por cada viajero para replanificar su trayecto fue de 30 minutos. Aplicando la fórmula de 15 euros por persona y hora de coste en reforzar servicios, el resultado es que este mes hubo que gastar 1,2 millones de euros en reforzar el resto de la red de transporte público.
Es el dinero que costó reforzar la red de transportes públicos en el pasado mes de diciembre como consecuencia de los tres descarrilamientos que se produjeron, y que afectaron a unos 160.000 viajeros de la red de Cercanías que tardaron, cada uno, unos 30 minutos en replanificar su trayecto.
Los ceros comienzan a dispararse si uno traslada este coste, por tres incidencias, a las 700 que registró en 2023 la flota de Renfe-Cercanías. Y en lo que va de año, superan ya las 170. No hay más que echar mano de la hemeroteca: 6 de mayo, lunes, una avería provoca retrasos en varias líneas y una situación de caos en Atocha, con decenas de personas retenidas casi una hora en un tren de la línea C9 que acaban cruzando a pie las vías para poder llegar a la estación. Esto ocasionó, por rebote, retrasos en las líneas C2, C7 y C8.
Lejos de calmar las aguas, el ministro de Transporte, Óscar Puente, echó más leña al fuego al asegurar, tras un consejo de ministros, que estos cientos de incidencias en Cercanías se podían multiplicar «por diez» en Metro; un dato desmentido desde el Gobierno regional, donde aseguraron que sus averías eran un 62 por ciento menores que las de Cercanías.
Requieren información
La preocupación es máxima en la Consejería de Transportes: «No se trata de simplemente retrasos o afecciones, sino que estamos cuestionándonos directamente la seguridad de todos los pasajeros y viajeros de Madrid», decía el consejero, Jorge Rodrigo, en una de sus cartas al ministro Puente. «Es inadmisible esta situación que, como usted sabe, no es nueva». Sus misivas no han obtenido respuesta.
Por eso, en la última reunión del Consorcio Regional de Transportes, se acordó remitirle al Ministerio de Transportes, mediante certificado oficial, una solicitud de información sobre la situación de la red de Cercanías, para «poder actuar con previsión ante incidencias y evitar molestias a los ciudadanos». Lo que le pide el Consorcio al Ministerio son datos precisos sobre el estado de los trenes, sus principales puntos conflictivos o las infraestructuras pendientes de actualizar.
Son las incidencias se registraron durante el año 2023 en la red de Cercanías, de acuerdo con los datos oficiales. En lo que va de año, pasarían ya de 170 los problemas en la red que han soportado los usuarios.
Mientras, siguen los problemas en la red, y la guerra política: el consejero Rodrigo acusaba este viernes al ministro Puente de estar más centrado en «amnistiar» a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, que en su trabajo, «que es solucionar los problemas de la red de Cercanías de Madrid».
Los sindicatos de Cercanías tienen claro que el problema se debe a la falta de mantenimiento durante muchos años. Y no le ven solución a corto plazo, porque los 20 años de «inversión nula o insuficiente» por parte de gobiernos de diferentes colores políticos, van a tardar tiempo en revertirse. Las inversiones necesarias, explicaban desde CC.OO., son muy altas y suponen largos periodos de tramitación y ejecución.
A largo plazo
Por eso, aunque en los últimos años se están inyectando enormes cantidades de dinero, aún quedan «muchos años de caos y problemas» en la red. Según los datos de la última reunión de la Comisión de seguimiento del Plan de Cercanías –que se celebró en otoño del 2023–, la cuantía de las inversiones previstas en él se ha reforzado, pasando de 5.089 millones de euros de 2018, a 6.670 en marzo de 2023 y a 7.116 millones en octubre del año pasado.
De estas cantidades, hay ya obras y proyectos en marcha por 4.862 millones de euros, señalaron en aquella comisión. «El problema es que desde que se decide una inversión hasta que se visibiliza, van a pasar entre 7 y 10 años», señalan desde CC.OO.
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