La avaricia y las traiciones sentenciaron al Loco Aroni de cuatro balazos en Ciempozuelos
El ajuste de cuentas en Ciempozuelos ya tiene su primera víctima mortal: el líder de Los malditos de Bayóvar. Iba a abrir su oficina de extorsiones en España, pero dos sicarios le quitaron la vida

Esta es una historia de alianzas, asesinatos y avaricia. Tres palabras que podrían rubricar el epitafio de Renée Jesús Aroni Lima, de 40 años. Es uno de los dos suramericanos que fueron disparados a plena luz de la tarde el 5 de agosto a solo ... unos metros de la sede de la Policía Local de Ciempozuelos. La Guardia Civil les identificó pronto: varones de 40 y 25 años. El segundo, con dos tiros, intentó huir a la carrera pero no llegó lejos; el primero, con cuatro orificios, dos en el tórax y dos en el cuello. El más joven sigue ingresado, bajo custodia policial y sin querer colaborar con la Guardia Civil. Dice que no recuerda nada. El otro, su jefe, llevaba en estado crítico desde aquella tarde. El martes, los médicos del Doce de Octubre no daban nada por su vida. El jueves falleció.

Es el final del líder y de los pocos fundadores que quedaban del clan de Los malditos de Bayóvar, que llevan unos veinte años sembrando el terror en Perú. Conocido como el Loco Aroni, atesora más de una decena de homicidios, cometidos por él mismo u ordenados, entre ellos el del hijo de un alcalde de su país, en la discoteca Pericos de San Juan de Lurigancho, en mayo de 2014. Se excusó estando en ese momento en la clandestinidad: «No sé por qué la Policía me busca en Jicamarca si sabe que yo no trabajo ahí. Yo me dedico a lo que es mantenimiento industrial, estoy en plantilla, recibo por honorarios, como cualquier ciudadano normal trabajo en una empresa». Nadie le creyó, claro.
Fuego amigo
A lo que realmente siempre se ha dedicado es a la extorsión para hacerse por las bravas con terrenos agrícolas; al cobro de 'impuestos revolucionarios' a lugareños; a volarle la tapa de los sesos a sus enemigos... Pero también ha puesto los puntos suspensivos a la vida de los suyos. De con quienes, a raíz de estar encarcelado por robos, se convirtieron en sus compañeros de fechorías y crearon la oficina de cobros y sicariato.
Uno de ellos era Juan Ezequiel Rayos Céspedes, 'Chicharrón'. Fue su cómplice en el crimen de la discoteca. También les 'picó el billete' a delincuentes peruanos como Juan Carlos Roca Morey y Anthony Munzante; y Miguel Román García, 'Doctor Cuba', un promotor de conciertos muy amigo de Carlos Burgos, el joven de 23 años acribillado en la sala de fiestas, y que se había enemistado con Aroni.
Corrupción policial y judicial
Una de las 'gracias' con las que contaban Los malditos de Bayóvar era la corruptela en torno a policías, jueces y demás funcionarios que podían amargarles la vida. Y quizá por eso solo fue acusado de tenencia ilícita de armas en el caso de Carlos Burgos.
Como acumulaba cargos por más de cuatro años (y por su reconocida peligrosidad), Aroni fue enviado a prisión preventiva. A los seis meses, el sistema peruano obligó a dejarlo libre. No sin antes haber seguido haciendo y deshaciendo en sus negocios entre rejas.
El año pasado, en plena pandemia, Aroni fue sorprendido en una fiesta privada junto a 13 mujeres y 21 hombres. Y cocaína, marihuana, un bate, y una pistola con munición, así como una réplica de un fusil AK-47. Fue más o menos por aquellas fechas, tras los primeros meses de 2021, cuando se le perdió la pista. Hasta que un año después dos sicarios le han reventado la cabeza y el pecho. Los pistoleros iban en una moto, habían practicado seguimientos previos a Aroni y a su otra víctima, y les tendieron una emboscada al salir de un bloque de pisos en Ciempozuelos. Se cree que vivían allí desde hace poco, ya que nadie les conocía.
Casquillos de bala de sicarios
Primero hubo unos agarrones y gritos, durante unos 30 segundos, precisan fuentes del caso. Luego, el sicario que iba detrás en la moto sacó una pistola y descerrajó una decena de tiros. Son los casquillos que se recogieron en la zona, de un calibre pequeño, de 22 milímetros, muy utilizado por los sindicatos del crimen colombianos.
En medio del revuelo creado, huyeron hacia la carretera. La única de ese eje de Madrid que cuenta con cámaras es la A-4 (Andalucía), que se han escudriñado al milímetro. Pero lo más probable es que los pistoleros estén ya en Perú y que, como Aroni y su cómplice, utilizaran documentación falsa.
Desde 2014, las luchas internas en el clan eran a sangre y fuego. Tras las muertes de Chicharrón y Trujillano, el Loco Darwin, Loco Harry y Chachi (ya ejecutado), intentaron quitarle el trono a Aroni. Comenzaron las delaciones y no se descarta que uno de los suyos le haya puesto precio a su cabeza, ahora que pretendía instalarse en España por su cuenta con su ritual de extorsiones.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete