Auge del 'chemsex': Madrid acapara más de la mitad de los casos y hasta el 80% tiene VIH

La ruleta rusa del sexo sin protección y con drogas se extiende, sobre todo, por el mayor uso de las 'app' de ligue

Expertos alertan de que crece el 'slam' en estas orgías, que supone inyectarse estupefacientes: «Es una adicción»

Estas son las drogas que se usan en el 'chemsex'

Inspección policial en una sauna de Madrid durante la pandemia ABC

Carlos Hidalgo

Madrid

22/08/2022
Actualizado a las 14:59h.

Alberto (nombre ficticio) lo tenía todo: este empresario, a sus casi 50 años, vivía con su pareja, tenía un nivel socioeconómico alto y jamás había consumido drogas. Ya era seropositivo, aunque no había desarrollado la enfermedad del sida. Pero su novio le propuso practicar 'chemsex' ... y su vida dio un vuelco. A los pocos meses, no solo esnifaba estupefacientes, sino que también hacía 'slam' (golpe, en inglés), que consiste en inyectarse la droga vía intravenosa, como en la peor época de la heroína de los años 80.

«El 'chemsex' se convirtió en una adicción, que destruye tu faceta laboral, la sentimental, la familiar, la económica...«. Hasta que ha podido salir de ese infierno.

Es un superviviente de la mezcla de alcohol, drogas (la mayoría de las conocidas como de diseño) y sexo sin protección entre dos hombres (62,1%), en grupo (46,5%), en trío (44%) o incluso en soledad (16%). Al menos, eso es lo que dice el informe 'Aproximación al chemsex 2021: encuesta sobre hábitos sexuales y consumo de drogas entre hombres', realizado por Apoyo Positivo e Imagina Más, con el aval del Ministerio de Sanidad a través del Plan Nacional de Drogas. Editado este 2022, es la última literatura científica tan extensa publicada sobre esta peligrosísima práctica sexual.

El doctor Daniel Hernández Huerta es psiquiatra del hospital Ramón y Cajal y a él derivan desde la Unidad de Infecciosos todos los casos de usuarios de 'chemsex' que requieren tratamiento mental. Afirma que, a diferencia de otras realidades, «aún no se ha realizado un estudio epidemiológico», aunque sí existen «muestras sesgadas». La primera es una encuesta redactada a nivel nacional a usuarios del 'chemsex' (el número total de personas es lógicamente desconocido), en la que, pese a ser la tercera autonomía por población, Madrid acapara el mayor número de casos: el 46,9%, casi 5 puntos por encima que Cataluña y a años luz del resto de regiones. Otra encuesta más reciente la sitúa en el 61,9% del total de 'jugadores' de esta ruleta rusa.

Hay, eso sí, un dato muy orientativo; los servicios de drogodependencias del Ayuntamiento de Madrid atendieron en 2017 a 15 personas por este asunto; en 2021 fueron más de 300, señala el documento. Es decir, veinte veces más.

Titulados y con trabajo

El experto psiquiatra, que lleva siete años en esta labor, reconoce a ABC que «sí hay un incremento en la última década». Señala el uso de las 'app' para contactos, principalmente Grindr (78%), Scruff (55,7%), MachoBB (29,1%), Instagram (28,2%) y Wapo (23,4%), y los problemas mentales que crecen al realizar esta práctica como elementos clave de este auge. Por ello, insiste en que «es importante buscar ayuda, en salud mental y adicciones».

Las muestras reflejan que estos adictos son varones homosexuales y, en segundo término, bisexuales; de entre 20 y 50 años; aunque predominan, según el estudio avalado por Sanidad, los de entre 25 y 34 años, seguidos de entre los de 35-44. La media de edad de los encuestados se sitúa en los 36,1 años. «A diferencia de la epidemia de la heroína, con el 'chemsex' –explica el psiquiatra– son personas con estudios universitarios, activos a nivel laboral, con salarios superiores a los mil euros».

Drogas utilizadas en sesiones de 'chemsex' ABC

Aunque lo más preocupante quizá sea que «una gran mayoría de los que lo practican son VIH positivo»: «El riesgo de contraer enfermedades venéreas es muy elevado. Entre el 70%-80% son seropositivos, lo saben y también lo mencionan antes de estas prácticas sexuales». Es decir, que al 20%-30% que está sano no le importa participar en estos encuentros.

Policonsumo de drogas

El doctor Daniel Hernández, que trata solo él a unos diez pacientes nuevos al mes (lo que supondría una media de 120 al año, en su consulta del Ramón y Cajal) enumera las sustancias que se mezclan en este cóctel de altísimo riesgo: «Las principales en el 'chemsex' de Madrid son la mefedrona, metanfetaminas, GHB, popper, ketamina, alcohol, Viagra, Cialis, cocaína… El policonsumo es muy preocupante: se toman dos, tres, cuatro o cinco drogas distintas. Hay estudios que hablan de que el 20% de usuarios de 'chemsex' hacen mezclas muy amplias.

«Lo más frecuente es encontrarse con gente con ansiedad y depresión, que son incapaces de dejar esta adicción, porque es una adicción. En otros casos tienen trastornos psicóticos. No hay una causa común, cada uno tiene su historia propia. Trato a pacientes con síntomas de depresión y ansiedad previos, y en estas fiestas se evaden y se sienten bien. Los hay con historias traumáticas detrás, y les resulta un refugio. Otros lo experimentan porque lo han escuchado, son 'buscadores de emociones'. Cuentan que sienten un placer mucho más intenso«, resume el psiquiatra especializado.

Insiste en que la tendencia, por lo que ve en su consulta, es la de «una curva ascendente, pero hay que ser cautos»; aunque reconoce que el porcentaje de pacientes que le derivan por el uso del 'chemsex' es mucho más alto.

Agresiones sexuales

Más allá de las infecciones, existen otros riesgos, y hay casos constatados, de personas que han acudido a una de estas sesiones y han sufrido agresiones sexuales; de hecho, estas orgías pueden durar desde horas hasta varios días.

Otros problemas derivados son los legales, pues existen afectados que, pese a que en su día a día tienen una vida normal de cara al resto, han sido sorprendidos en una redada policial en un club o sauna y han sido detenidos por posesión de drogas, y se encuentran a la espera de juicio.

Es algo que ocurrió en varias ocasiones durante la pandemia y sus restricciones horarias y de reunión; la Policía desalojó la misma sauna en dos ocasiones en un breve espacio de semanas, en la que halló a 300 hombres, sin mascarilla ni distancia de seguridad, y varios de ellos portaban cantidades de droga demasiado altas para justificar el consumo propio. Precisamente, en esa sauna, la Paraíso, fue donde se dio el primer brote de viruela del mono el pasado mayo, en Madrid, y fue clausurada temporalmente.

Perfiles

Se trata de hombres homosexuales y, en menor medida, bisexuales de entre 20 y 50 años, aunque la media tiene 36. A diferencia de lo que ocurría con la heroína en los años 80, son personas con formación universitaria, muchos con posgrados, con trabajos liberales de más de mil euros y empresarios.

Lugares de captación

Las 'app' de ligue suman tres de cuatro casos, seguidas en este orden por relaciones con amigos, bares y discotecas (en gran medida, con cuartos oscuros), saunas, webs, parejas sexuales y prostitución.

Enfermedades mentales

Lo más frecuente es encontrarse con personas con cuadros de ansiedad y depresión previos, que buscan así evadirse de sus problemas. En otros casos, son personas con cuadros psicóticos. También gente que arrastra historias traumáticas y el 'chemsex' les supone una especie de refugio, según el psiquiatra Hernández.

Crecimiento

No existe un estudio epidemiológico sobre el 'chemsex' hasta el momento, pero sí encuestas a sus usuarios. Son muestras de entre 500 y 700 personas. La primera habla de que el 46,9% reside en Madrid, siendo la región a la cabeza. La más reciente, del estudio realizado por dos asociaciones y avalado por el Ministerio de Sanidad, habla de que nuestra comunidad ya suma el 61,9% de la casuística. Lo cierto es que los servicios de drogodependencia del Ayuntamiento de Madrid han pasado de tratar 15 casos de infecciones venéreas por 'chemsex'en 2017 a más de 300 en 2021. Esto supone que se han multiplicado por veinte en solo cinco años.

Principales drogas

En la Comunidad de Madrid, en esta práctica, la sustancia más demandada es la mefedrona, muy peligrosa, seguida por la metanfetamina (la que domina en Barcelona); luego están el GHB, popper, ketamina, Viagra, Cialis, cocaína...