El año en que los Reyes Magos madrileños fueron escritores ilustres

Hay muchas referencias en la prensa a la noche de Reyes, y casi tantas imágenes de ese evento repartidas a lo largo de los tiempos. En 1906, ABC hace mención a una autorización concedida por el gobernador «para que una original cabalgata circule por las calles de Madrid en la noche de Reyes», compuesta «por los Reyes Magos, con camellos, servidores, etc», que «tendrá por objeto llevar al domicilio de los niños juguetes que previamente hayan sido depositados en distintos establecimientos convenidos». El objeto, explicaba candorosamente el cronista, «es dar a los niños la impresión de que son los propios Reyes los que llevan a sus domicilios los juguetes. Por este servicio se abonarán pequeñas cantidades, que serán puestas a disposición del gobernador con destino a los necesitados».

En 1907, Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente se acercaron hasta la Casa de ABC y dejaron allí 10 vales para recoger en sus depósitos de regalos otros tantos juguetes. El periódico incluía un boletín de inscripción para que los niños en cuyas manos cayera el ejemplar, pudieran dar sus datos y hacerse con uno de esos juguetes. Se les pedía detallar qué era concretamente lo que querían que les regalaran -con el compromiso de hacérselo llegar- y que incluyeran un número no mayor de 19.000. Los diez niños cuyos números se aproximaran más al premio mayor del sorteo de la Lotería Nacional del 10 de enero serían los agraciados.

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Los repartos de juguetes a los niños eran muy frecuentes: se hicieron en empresas, en orfanatos y casas de beneficencia. Los hubo, por ejemplo, en el Asilo de San Bernardino y de Santa Prístina, con cabalgata maga organizada por el varias veces alcalde de Madrid Alberto Aguilera. «¡Es un alcalde con toda la barba!», se congratulaba ABC. Esto ocurría en 1910, y cinco años después, en 1915, a las diez de la noche se realizaba la primera cabalgata callejera de Reyes de Madrid.

Siguiendo con las visitas de Sus Majestades a los niños vulnerables o enfermos, en 1911 llegaban al Asilo de Santa Cristina, también de la mano de Aguilera. Los Reyes Magos llegaron montados «en briosos alazanes» y les acompañaban trompetas y con dos auténticos camellos. Al final del todo, un carro enorme cargado de juguetes.

Había reparto de juguetes en la Sociedad Obrera de Enseñanza Fomento de las Artes, donde los organizadores se adelantaron a su tiempo e invitaron también a varios niños y niñas del Colegio Nacional de sordomudos y ciegos. Y en la Unión Mercantil de la calle de Carretas se adjudicaron, previo sorteo, más de mil juguetes. En el Círculo de la Juventud Conservadora, el ex ministro Sánchez Guerra dio un discurso agradeciendo a ABC haber sido el primero y el inspirador de estas fiestas de reparto de juguetes.

Corría el año 1929 cuando la cabalgata de Reyes Magos la organizaba el periódico El Heraldo de Madrid, junto al Ayuntamiento y la Diputación Provincial, y con la colaboración del Circo Price. Una comitiva extensa que comenzaba con los motoristas de la Guardia municipal, los maceros y carrozas de la diputación, los heraldos que precedían a los Reyes, y estos a caballo. Por detrás, la banda de música del Colegio de la Paloma, gigantes y cabezudos y los bomberos, además de los artistas del Circo Price. En su recorrido, hicieron paradas en varios Asilos: el de Las Mercedes, la Inclusa y otros.

Pero sin duda singular fue la cabalgata de Reyes de 1935, con unos Reyes Magos auténticamente ilustrados, como eran Ramón Gómez de la Serna, Salvador Bartolocci y Antoniorrobles. En esta ocasión, y haciendo gala de su profesión y su devoción, en lugar de juguetes, Sus Majestades repartieron cuentos infantiles entre los pequeños.