El refugio de 35 madres que un día pensaron en deshacerse de su bebé
Existen fundaciones que facilitan pisos de acogida a madres con niños y embarazadas. La demanda de este tipo de ayudas ha crecido un 70% en el último año: «Hay cientos de mujeres en lista de espera»
Buscan a una familia de acogida para el bebé abandonado en una bolsa en Carabanchel

Rehúsa revelar algún dato que la identifique. Pero escucha con atención. Arrastra una historia que pocos conocen. Y a su alrededor comienza a fraguarse un coloquio que le atribula. «Hace unas semanas hallaron el cuerpo sin vida de un recién nacido en una ... planta de tratamiento de residuos de Valdemingómez. Y unos días después localizaron a un bebé abandonado en el interior de una bolsa de supermercado en un portal de Carabanchel». Las tres mujeres de la habitación, y que se encuentran formando un pequeño semicírculo, se acarician el vientre. Caras de horror. Miradas de espanto.
En España, desde el año 2000, se han registrado un total de 476 bebés abandonados, según datos del Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC). La Comunidad de Madrid registró ocho de estos casos entre 2021 y 2023, lo que representa el 14 por ciento del total nacional. En lo que llevamos de año se han contabilizado tres. ¿Qué motiva a una madre a desamparar de esa forma a su neonato?
Ella, aunque con actitud curiosa, sigue sin delatarse. Muestra signos de querer mostrar su opinión, de adentrarse en la conversación. Las otras dos mujeres se presentan dicharacheras. A las tres les unió una misma preocupación: no saber qué hacer con la vida que les afloraba en su interior. Cada una con su historia, todo cambió cuando se quedaron embarazadas. Sin familia, pareja, trabajo ni papeles se verían obligadas, por mucho que quisieran aferrarse a aquella criatura, a acogerse a la única vía que los centros sociales les ofrecían: el aborto.
Jhennefer Aline es la primera en querer dar a conocer su historia. La joven brasileña de 29 años toma la palabra. Cuenta a este periódico que trabajaba en un club nocturno cuando se quedó embarazada de un hombre que no era su pareja, y que se desentendió cuando recibió la noticia. La joven trabajaba en el local sin documentación. Cuando informó al gerente de su estado la despidieron. Entonces el primer sentimiento que se fraguó en su interior fue el rechazo.

«No es que no quisiera tenerlo, es que económicamente no me lo podía permitir. Estaba completamente sola. Me vi en una situación desesperada: ¿cómo criaría a mi hijo?», expresa. Cuenta que en ningún momento le comunicó a su familia que se encontraba encinta: «Mi idea era abortar. No quería que lo supiera nadie». Con este pensamiento rondando en su cabeza, y habiendo contactado ya con clínicas de aborto, explica que una voluntaria de Refugio Provida le aconsejó acudir antes a la Fundación Madrina, dedicada a la asistencia y ayuda de colectivos en riesgo de exclusión o marginalidad en el ámbito de la infancia, mujer y maternidad.
Dicha entidad «benéfico asistencial» surgió en el año 2000 al detectarse que un 95 por ciento de los casos de las jóvenes y adolescentes en España, en situación de riesgo y dificultad, quedan desatendidos por falta de recursos. Estas mujeres suelen presentar graves problemas de exclusión social que les puede ocasionar «pérdida de empleo, de hogar, de la guarda de sus hijos y abandono de pareja o de la familia».

Entre otras cosas, la fundación presta atención sanitaria y pone a disposición de madres con niños y embarazadas pisos de acogida, que en estos momentos amparan a 35 mujeres. Según Conrado Giménez, presidente de la organización, «la demanda de ayudas ha crecido un 70 por ciento con respecto al año anterior».
Desde hace dos meses, Aline comparte uno de estos pisos con las otras dos mujeres que se encuentran también en el habitáculo donde se desarrolla la conversación. Llegó a la fundación con la esperanza de obtener alguna ayuda que le permitiera seguir con su embarazo. «El apoyo que me ofrecieron fue suficiente para decidir sacar adelante a mi bebé», señala.
La mayoría de las mujeres que cometen este delito suelen ser jóvenes
de entre 20 y 34 años
Angie Yulieth toma el relevo. Llegó de Colombia hace un año «con la misión de encontrar mejor calidad de vida». El plan, orquestado junto a su marido, consistía en que Angie, con su hija pequeña, cruzara el charco y más tarde lo hiciera él. Pero una vez en España, su pareja la abandonó. Ella entonces se encontraba embarazada. Y, aunque cuenta que fue deseado, le asaltaron dudas.
«No le importó la familia, no le importaron sus hijas y no le importé yo», cuenta apenada. La colombiana, gracias a una amiga de su infancia que residía en Madrid, comenzó limpiando para una señora mayor que al conocer su estado, le expresó que no podía continuar dándole trabajo. Y como Aline, se vio sin papeles, sin empleo y sin una vivienda digna. Fue su compañera quien le habló de la fundación, la misma que un tiempo atrás la acogió a ella. ««Aquí ayudan a las mujeres embarazadas»», me dijo».

Orquídea Adon, responsable de empresas y captación de fondos, es una de las encargadas en prestar la ayuda necesaria a estas madres que acuden dudosas a la fundación. «A lo que más se enfrentan este tipo de mujeres es al miedo. El miedo a la incertidumbre. El pensar 'estoy sola, en un país diferente. ¿Qué será de mí mañana?' Es este temor, entre otros, el que motiva a que algunas mujeres –que desconocen que existen este tipo de ayudas–abandonen a sus bebés», interviene la trabajadora.
«¿Qué opinan ustedes de esas madres?», pregunta este diario a las presentes embarazadas. De nuevo caras de horror. «Se me parte el corazón. No entiendo cómo se atreven, qué les lleva a hacer algo así», expresa Yulieth.
Razones de abandono
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024 se han producido 15 casos de bebés muertos o abandonados en España. La fundación señala que existen varios factores probables que conducen a una madre a hacerlo: que padezca problemas de salud mental (diez casos), sufra violencia de género (cuatro casos) o no tenga apoyo social y familiar (un caso). No obstante, existen otras razones por las que se elige el abandono: amenazas por parte de los servicios sociales y motivos culturales.
Con respecto al año anterior, según un informe elaborado por la misma organización, la mayoría de estos casos en adultos –un 35 por ciento– fueron motivados por el abandono o separación de la pareja. En adolescentes, este porcentaje lo ocasionó el miedo de las madres hacia los padres y el futuro. En general, la mayoría de las mujeres que cometen este delito suelen ser jóvenes de entre 20 y 34 años que «provienen de entornos con dificultades socioeconómicas, falta de apoyo social y vivienda precaria».
«Existe una correlación entre el abandono y la experiencia de violencia
de género»
Además, la entidad asegura que existe una correlación entre el abandono y la experiencia de violencia de género: «El maltrato físico o psicológico puede llevar a la mujer a tomar esta decisión como medida de protección para ella o para el propio bebé». Y señala que existen 15.000 casos de menores que sufren algún tipo de maltrato.
Tras escuchar a sus compañeras, finalmente se decide a evocar el pasado. Sigue sin querer revelar su identidad, pero se lanza a hablar. «Soy una madre soltera, víctima de violencia de género, con dos hijos tutelados, que iba a abortar en la clínica Dator presionada por una trabajadora social por mi situación de vulnerabilidad», se presenta. Cuenta que la única opción que le transmitieron fue el aborto.
«¿Por qué el abandono en los contenedores? Porque existen mujeres y adolescentes que no encuentran un apoyo. Hablo también por mí. Si no hubiese encontrado esta solución, quizás hubiese sido una opción. Muchas nos callamos durante los nueve meses, intentando luchar hasta el final, hasta que nace tu hijo y te ves sin ningún apoyo familiar, social ni profesional», concluye.
Tras sus palabras, Fundación Madrina recuerda que desde la organización ofrecen «asesoramiento, acompañamiento y recursos para evitar el abandono del bebé», y un número de atención 24 horas (900 649 198): «No estás sola, cuenta con nosotras».
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