Alfonso Reyes: «La capitalidad de Madrid ayuda, pero hay capitales en el mundo invivibles»

No por casualidad fue uno de los artífices de aquel Unicaja que el difunto, y llorado, Javier Imbroda, estuvo a punto de llevarse una ACB que en la Costa del Sol se transmutó en lágrimas a medio camino entre la alegría y la frustración.

Deportista retirado habla con pausa, risas, retranca y bonhomía. Luego 'su' Javier Imbroda haría política, mediaría entre una pelea malagueña de 'mercheros' con la autoridad que da el baloncesto, y no pasó nada en los papeles. Era la hora del desayuno. Se sentó Reyes en unas escaleras que, vistas a la distancia, eran las gradas de una cancha de baloncesto. Posó. No cambió la sonrisa.

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— Así, al resol, no lo veo muy alto, 2, 20 cm. Pero es un pensamiento y he venido a preguntar y pregunto. ¿Qué tenía Madrid de símbolo, siendo una ciudad chata y baja para nuestros padres?

—En el 78, a mi padre, que es militar, lo destinaron Madrid. Antiguamente los funcionarios podían pedir el traslado consorte. Y mi madre lo pidió.

—Usted no es ni de lejos mayor, pero sabe. Y sabe de Madrid.

—Yo he pasado casi toda mi vida en Madrid. He vivido en Málaga, París, Lugo, en Córdoba. Pero aquí es donde seguramente pasaré el resto de mi vida. Aunque es cierto que tengo a Málaga muy cerca entre comillas. Y visitar el extranjero, que lo tengo muy visto, lo cambio por conocer más mi país. Y Madrid. Que hay un montón de sitios que no he visto. Es una ciudad de posibilidades inabarcables.

—Habrá rincones.

—Me gusta de Madrid Río a los Austrias. He vivido en París, y Madrid es inmensa. Y he vivido en Aluche, Argüelles, Puerta de Toledo. Hay muchos estímulos, sí, pero a los que llevamos toda la vida aquí se nos hace muy asequible, fácil cercana y amable, muy amable.

—Más...

—El Madrid de los Austrias, de ahí a Mayor. A la Plaza Mayor. Lo más bonito que tenemos y la gente se sorprende de que eso esté en Madrid. O la Iglesia Catedral Castrense, donde me casé. En la calle Mayor. Enfrente del atentado a Alfonso XIII desde encima de Casa Ciriaco. Hay un monumento que pasa algo desapercibido. O pensar que está al lado donde mataron a Escobedo. Está todo ahí, la Historia está ahí concentrada. Pasa algo parecido con Londres. Y Madrid que tantos puntos de interés tiene. El Paseo del Prado, El Retiro, el parque del Oeste de mi infancia.

—¿Madrid es todo?

—Para mí Madrid es todo. Salvando el problema de la contaminación. Pero es el precio de las grandes ciudades. Y Madrid es cultura. Pocas ciudades pueden tener tantos museos, por ejemplo. El Paisaje de la Luz, ahí está, condensando una maravilla. Empezando por Atocha. Ha cambiado el tópico que dices de de funcionarios y deportistas. O el Nuevo Norte, que será un acicate de mejora.

—¿La capitalidad es un problema?

—Y la capitalidad ayuda, sí. Pero hay muchas capitales de Europa que son invivibles. Y tienen ríos caudalosos (Ríe).

—Dígame un sitio. Huya del tópico.

—Madrid Río es un acierto. Ya va habiendo sombras. Y tiene muchos pulmones.

—Tampoco, y con cariño, es esto el Edén.

—Madrid, como todo, siempre se puede mejorar. Pero así, de primeras, no sé qué le falta a Madrid. Mejorar la circulación, insisto. Madrid.

—Imagínese un entrenador de la NBA, con su carpeta, y sus segundos. Son universitarios. Pregunto. ¿Conocen Madrid?

—Madrid es mundialmente conocido. Y quien no lo conozca es que no tiene cultura.

—No tiene, insisto, rastro alguno de acento cordobés. Y es recíproco. Aquí andamos dos andaluces, de origen cordobés, sentados en algo que parece una grada del 'Madison Square Garden'. Esto merece una reflexión.

—Pues es que he vivido en todo el mundo, y repito, hay que conocer España. Uno de mis mayores placeres es llegar a Madrid. Y antes, me habías preguntado que qué ve el madrileño. En su retina cabe todo. Pero llegar a casa, con lo visto por el mundo, es un lujo.