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Protestas masivas... pero no tanto

Se reabre la polémica sobre el número real de asistentes a concentraciones

Protestas masivas... pero no tanto ABC

CARLOS HIDALGO

La protesta del Movimiento 15-M en la Puerta del Sol ha reeditado el debate sobre qué método (si es que lo hay) es el adecuado para conocer con fiabilidad cuánta gente acude a un evento de estas características. Con frecuencia en este tipo de acontecimientos se abren auténticas «guerras de cifras» entre los convocantes y las administraciones públicas. En algunos casos la disparidad de los datos es abrumadora.

Desde hace unos cinco años la Policía no realiza recuentos oficiales , sólo cálculos «a ojo» para consumo interno. Fue durante la segunda legislatura de José María Aznar al frente del Gobierno y en los primeros años de Zapatero cuando el Ministerio del Interior solicitaba al Cuerpo Nacional de Policía cifras concretas sobre cuántas personas tomaban parte en protestas.

Eran años en los que las grandes ciudades españolas, pero sobre todo Madrid, acogían manifestaciones y concentraciones de gran magnitud casi de manera periódica. Entonces, el método más fiable, aunque no exento de polémica, era el siguiente: desde el helicóptero de la Policía se tomaban fotografías aéreas, en distintos tiempos; sobre todo, al inicio, a la mitad y al final del recorrido, y se iba parcelando las áreas según el nivel de concentración que registraran.

Cruce de datos

Los resultados se transmitían a un centro de control, donde se cruzaban con los datos aportados por un programa informático de la Policía Municipal que calculaba la superficie útil: los metros cuadrados que podían ser ocupados por los manifestantes, descontando, por lo tanto, el mobiliario urbano, infraestructuras, etcétera.

Así, dependiendo de la densidad, se adjudicaba por zonas una persona, dos, tres o cuatro por metro cuadrado, hasta alcanzar la cifra total. De esta manera, la Policía estima que en Cibeles caben unas 25.000 personas, unas 18.000 en Colón y unas 9.000 en Sol . La mayor manifestación que la Policía computó con este sistema fue la convocada contra la guerra de Irak en 2003, cuando ofreció el dato de un millón de asistentes.

En España solo una empresa se dedica de manera especializada a contabilizar el número de asistentes a manifestaciones o concentraciones. Se trata de Lynce, que suministra sus datos a la agencia Efe. Lynce deja de lado la densidad y, mediante fotografías aéreas (incluso desde un zeppelín) y tomadas desde la calle, cuenta uno por uno a los manifestantes, mediante un «software» en continua actualización, según resume su director, Juan Manuel Gutiérrez.

Bandas de colores

Esas imágenes son procesadas informáticamente y se asigna un número a cada persona. Luego se establecen bandas de colores por cada millar. Los resultados son muy alejados de las astronómicas cifras que normalmente aportan los convocantes de las protestas.

Un ejemplo: la manifestación celebrada el Primero de mayo de 2010 entre Sol y Alcalá, congregó según los organizadores a 60.000 personas en un recorrido de unos mil metros. Los datos municipales hablaban de 16.000. Y, sin embargo, Lynce los cifró en 5.766, con una estimación de error al alza del tres por ciento.

Por otra parte, con un simple ordenador puede calcularse la superficie de una plaza o lugar público a través de la herramienta Visor SigPac, que delimita el perímetro. El programa fija el área en metros cuadrados y, una vez restado el espacio que ocupan el mobiliario urbano y demás «obstáculos», se obtiene la superficie de ocupación. Ésta se multiplica por uno, dos, tres o cuatro, según las personas que se concentran en cada metro.

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