Violentas mafias chinas okupan chalés de lujo de empresarios compatriotas para extorsionarles
Se trata de una nueva modalidad delictiva de los grupos organizados, que exigen hasta 30.000 euros por irse de la casa
![Intervención policial en el polígono Cobo Calleja, en una imagen de archivo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/03/03/chinos-kU0D--1248x698@abc.jpg)
Las mafias chinas son de las más peligrosas que operan en España. No solo por el hermetismo de esta comunidad (y más en términos de criminalidad), sino por la extrema bestialidad y falta de piedad que demuestran con sus víctimas . Los capos de ... este origen están diversificando aún más su radio de actuación y la Policía Nacional ha detectado recientemente una nueva práctica: la okupación de viviendas pero, a diferencia de lo que ocurre en el caso de los usurpadores españoles, con la finalidad de extorsionar a sus propietarios y sacar grandes cantidades de dinero.
Juegan con la impunidad de que saben que no les van a denunciar, por la mencionada idiosincrasia de esta comunidad, tan silenciosa y endogámica a la vez. « Son delincuentes multirreincidentes, entre unos y otros acaban conociéndose y sus extorsiones y palizas son de auténtico terror. Conocen perfectamente quiénes manejan mucho dinero, dónde viven, sus rutinas y que la mayoría no tienen ni siquiera empleados domésticos», explican a ABC fuentes policiales.
Por eso, las principales víctimas son empresarios que tienen naves en el polígono Cobo Calleja , el asiático mayor de Europa, en Fuenlabrada, y propietarios de restaurantes y bares chinos que hacen importantes cajas. Además, son conocedores de que estas personas guardan grandes (a veces astronómicas) cantidades de dinero en efectivo en sus viviendas.
Sobornos antes de los juicios
El objetivo principal son chalés de alto nivel adquisitivo, sobre todo en las afueras de Madrid, aunque también se han dado casos de pisos. También hay casuística en la provincia de Toledo, aunque son mafiosos y víctimas asentados en nuestra región. En los últimos meses y semanas, la Policía Nacional ha conocido alrededor de una decena de casos. Y los que habrá que no llega a los oídos de nadie, «muchísimos más probablemente», explican nuestros informantes.
A uno de los capos de estos grupos le han llegado a detener hasta 18 veces en dos años , principalmente por extorsiones y robos con violencia. Lo que ocurre en estos círculos es que las mismas bandas presionan luego a las víctimas para que retiren la denuncia. Incluso se ha dado el caso de una de ellas a la que han pagado antes del juicio, en sala se han detractado de lo que le dijeron a la Policía y luego han recibido una brutal paliza de la organización criminal para que les devolviera el dinero.
Una vez okupadas sus viviendas, la finalidad de los cabecillas no es quedarse con ellas, aunque son ellos los que se instalan allí: les exigen entre 20.000 y 30.000 euros a cambio de devolverles la vivienda, pues saben que el empresario maneja esa cantidad y de manera rápida, sin tener ni siquiera que pasar por el banco. Es un negocio redondo y nacido también al amparo de la lasitud de las leyes españolas sobre okupación, que estas mafias chinas se las han aprendido a la perfección.
Los investigadores señalan esta nueva modalidad como «un ejemplo de la multirreincidencia de estos delincuentes»: «Les sale barato, pagan rápido, saben que no les van a denunciar y, sobre todo, que no van a acabar en la cárcel». No son criminales novatos. Llevan años practicando en España todo tipo de palos. La delincuencia china se ha diversificado tanto, que abarca desde la prostitución al cada vez más extendido tráfico (y exportación) de marihuana al por mayor , pasando por el blanqueo y, por supuesto, la extorsión , el delito más común, probablemente.
Los mismos que okupan pisos son los que se dedican a exigir una especie de impuesto del terror a todo tipo de comerciantes de su misma nacionalidad. Se trata de grupos criminales organizados que cuentan con un líder de entre 35 y 38 años y de él dependen unos veinte matones, más jóvenes (de 18 a 20) y entre quienes se ha empezado a detectar a marroquíes, que a veces son los que dan las palizas. En algunos casos, son trabajadores de Cobo Calleja los que actúan como ‘santeros’ (chivatos) y dan la información, previo pago, a estos chavales sobre el objetivo ideal, acaudalado, y sus datos fundamentales y rutinas.
«Actúan como Al Capone»
«Huelen el dinero y se las gastan como Al Capone. Entran en los negocio, le pegan una primera paliza al dueño y le dicen: ‘Si no quieres que vuelva a ocurrir, necesitas protección. Son 10.000 o 20.000 euros al mes’», pues varía según los posibles de los empresarios. Los principales damnificados están en Cobo Calleja y en la zona de Usera, donde predominan todo tipo de establecimientos regentados por asiáticos . Una de las bandas desarticuladas hace unos años era la del Sol, cuyo Wenping Li, apodado ‘Laozong’, cayó en su opulento chalé de Getafe.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete