Vigía, el ‘gran hermano’ para detectar las nuevas variantes del Covid en las aguas fecales de Madrid
ABC se adentra en el laboratorio de aguas residuales del Canal de Isabel II, la mayor red de rastreo y alerta temprana de la enfermedad en España
Una veintena de perfiles profesionales. Titulados en Ciencias Químicas, Biología, Ciencias Ambientales, ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, industriales, analistas y tomadores de muestras. Todos, con un mismo objetivo: detectar de forma temprana cualquier movimiento alarmante del SARS-Cov-2 en la Comunidad de Madrid gracias ... al análisis diario de las aguas residuales . En el laboratorio del Canal de Isabel II confluye la parte final de una secuencia de procesos cuyo resultado se traduce semanalmente en el mapa de trazas del virus del sistema ‘Vigía’ , un informe público que pueden consultar los ciudadanos desde el pasado martes.
Esta herramienta, a través de un código de colores, permite conocer la tendencia del Covid-19 en cada zona, la fecha del último análisis validado, el indicador de la presencia del virus y un valor comparativo del último dato respecto a los anteriores en ese mismo punto. Así lo explica a ABC Antonio Lastra, coordinador de Innovación en red del Canal de Isabel II, desde el laboratorio de aguas depuradas de Majadahonda donde se ubica el epicentro de esta red de rastreo, monitorización y alerta temprana del virus , la mayor puesta en marcha en España. Al otro lado de la pared, y protegido de cualquier agente que pueda contaminar las muestras de agua, se encuentra el laboratorio de genómica. «No se puede entrar por eso, para no alterar las muestras que ahí se estudian, unas 300 a la semana, no porque haya riesgo de contagio», explica a ABC. «El virus, este y otros, están desactivados. Lo que buscamos son sus trazas, los genes », incide para tranquilidad de los ciudadanos.
En las últimas semanas —el proyecto arrancó el pasado mes de julio— se investiga a marchas forzadas para detectar las distintas mutaciones de Covid-19 . La cepa británica, sudafricana o la brasileña están en el punto de mira de los técnicos del Canal, en contacto permanente con laboratorios y expertos que trabajan en metodologías capaces de superar las barreras existentes hoy en día para localizar y cuantificar estas variantes.
Mientras se suceden las explicaciones técnicas, desde la recepción y bajo un estricto protocolo, se anuncia la llegada de las furgonetas de la compañía. Uno de los tomadores de muestras desciende del vehículo, abre el portón trasero y se pone unos guantes de látex. En su mano porta una nevera en cuyo interior, refrigerada, transporta una botella de agua negra, en este caso tomada directamente de las alcantarillas. La red consta de 289 puntos de muestreo repartidos por toda la región. «Un total de 120 puntos de muestreo están en plantas depuradoras. El resto están en la red de saneamiento. Dadas las distancias que hay en Madrid, las muestras han de viajar refrigeradas para que no se degraden».
A solo 13 kilómetros de allí, Javier Cintero, otro de los técnicos encargados de tomar las muestras, hace sus cálculos para llevar la toma que acaba de recoger de la depuradora de los Viveros de la Villa. «Las horas a las que se realizan las tomas son importantes. Tienen que coincidir con franjas en las que normalmente se hace vida en las casas», señala. «Son aguas que recogen las excreciones humanas », apunta Lastra.
Hasta que esa muestra es útil para ser analizada se producen diferentes trabajos en el laboratorio. «Lo primero que tenemos que conseguir es concentrarla. Pasamos del litro al nanolitro. Para eso tenemos que hacer vibración, centrifugación y una serie de cribados. Al líquido resultante le hacemos una PCR », relata. Insiste en que, llegado ese momento, el virus está completamente desactivado. «No obstante, todavía podemos ver su cadáver entre comillas», describe. Los técnicos buscan entonces genes concretos que puedan asociarse al SARS-Cov-2 y no a cualquier otro coronavirus de los que hay presentes en las aguas residuales, además de comprobar que, efectivamente, las aguas recogidas proceden de la red doméstica.
En el laboratorio de genómica, donde se han invertido ya cerca de 4 millones de euros —aún restan otros 900.000 euros que ampliarán su capacidad de análisis en marzo— se podrían analizar todo tipo de virus. Cuando esté a pleno rendimiento dispondrá de cinco centrífugas, dos cabinas PCR, una cabina de seguridad biológica, tres termocicladores, dos robots purificadores, un equipo de enfriamiento de muestras, una centrífuga de tubos y una lámpara doble de luz ultravioleta, entre otros dispositivos. Actualmente, su capacidad es de 40 análisis semanales y el objetivo es que llegue a los 100 próximamente.
El estudio de esos datos obtenidos son, según Lastra, una «herramienta complementaria» para tomar decisiones sanitarias. «El sistema Vigía ayuda a la toma de decisiones al anticipar información fiable a las autoridades sanitarias madrileñas», explica a este diario la presidenta de Canal de Isabel II y consejera de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, Paloma Martín. Asimismo presume de que los resultados han adelantado la llegada de la segunda y tercera ola , así como la presencia de nuevas variantes del coronavirus. «En estos momentos Madrid capital permanece estable y se está produciendo un fuerte descenso para el conjunto de municipios de la Comunidad de Madrid, con una reducción del cerca del 60% desde finales de enero», concluye sobre los últimos datos disponibles.
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